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Día de la Región de Murcia: 'de nada' y unas cuantas cosas más

“La medalla de la Región de Murcia no es para nadie, es para todos”, reza el vídeo que da a conocer que este año nos conceden a todos los murcianos el premio que se otorga en el Día de la Región por haber colaborado entre todos en rebajar el golpe de esta pandemia mundial. Dejando de lado el hecho de que la capital de la Región ha sido una de las ciudades de España donde menos se ha respetado el confinamiento, me parece un reconocimiento hermoso al esfuerzo conjunto realizado tanto por los Gobiernos como por parte de la ciudadanía a la hora de enfrentarnos a una situación sobrevenida y que nos ha sobrepasado ampliamente a todos. Tendríamos que remontarnos a la mal llamada gripe española de 1918, prácticamente un siglo atrás, para situarnos en un escenario de pandemia tan devastador como desconocido.

Pero una vez respondido ‘de nada’, surgen muchas preguntas para nuestros gobernantes tanto en el Día de la Región como en el día de después. ¿Cómo es posible que se haya aprovechado la emergencia de la COVID-19 para reformar una serie de decretos que permiten construir más con menos controles al tiempo que contaminar más con menos evaluaciones? ¿Nadie recuerda que venimos de la crisis de 2008 del boom inmobiliario y que el Mar Menor no levanta cabeza desde 2016? El Gobierno regional no ha hecho nada desde entonces, excepto quejarse de lo mal que lo hacemos los demás. O bien el presidente López Miras le ha echado la culpa a la sociedad murciana de los últimos 60 años ni más ni menos, o bien nos ha pedido que hablemos bien de la laguna salada así sin más, o, cómo no, ha señalado una y otra vez al Ejecutivo central. Es llamativo, cuanto menos, que el Gobierno regional piense que el Mar Menor pasaba por allí y que la responsabilidad de su estado no es de su competencia.

Como tampoco se explica que en plena pandemia hubiera un recorte presupuestario de la Región en el área de Sanidad de 57,5 millones de euros, correspondientes a las partidas de material sanitario y farmacia hospitalaria, al tiempo que López Miras se aumentara el sueldo en 3.000 euros al año para ajustarlos así con los de la vicepresidenta del Ejecutivo regional y consejera de Política Social, Isabel Franco, y la consejera de Hacienda y portavoz, Ana Martínez Vidal, no sea que en el Gobierno haya una brecha salarial, pero al revés.

Si claramente podemos felicitarnos y agradecer el hecho de que la Región haya sido una de las comunidades menos castigadas por la pandemia, también hemos de cuestionar las políticas adoptadas en este tiempo por el Gobierno regional más allá de las estrictamente sanitarias. No damos las gracias por estas medidas y cada día queda menos tiempo para pedir 'por favor'.

“La medalla de la Región de Murcia no es para nadie, es para todos”, reza el vídeo que da a conocer que este año nos conceden a todos los murcianos el premio que se otorga en el Día de la Región por haber colaborado entre todos en rebajar el golpe de esta pandemia mundial. Dejando de lado el hecho de que la capital de la Región ha sido una de las ciudades de España donde menos se ha respetado el confinamiento, me parece un reconocimiento hermoso al esfuerzo conjunto realizado tanto por los Gobiernos como por parte de la ciudadanía a la hora de enfrentarnos a una situación sobrevenida y que nos ha sobrepasado ampliamente a todos. Tendríamos que remontarnos a la mal llamada gripe española de 1918, prácticamente un siglo atrás, para situarnos en un escenario de pandemia tan devastador como desconocido.

Pero una vez respondido ‘de nada’, surgen muchas preguntas para nuestros gobernantes tanto en el Día de la Región como en el día de después. ¿Cómo es posible que se haya aprovechado la emergencia de la COVID-19 para reformar una serie de decretos que permiten construir más con menos controles al tiempo que contaminar más con menos evaluaciones? ¿Nadie recuerda que venimos de la crisis de 2008 del boom inmobiliario y que el Mar Menor no levanta cabeza desde 2016? El Gobierno regional no ha hecho nada desde entonces, excepto quejarse de lo mal que lo hacemos los demás. O bien el presidente López Miras le ha echado la culpa a la sociedad murciana de los últimos 60 años ni más ni menos, o bien nos ha pedido que hablemos bien de la laguna salada así sin más, o, cómo no, ha señalado una y otra vez al Ejecutivo central. Es llamativo, cuanto menos, que el Gobierno regional piense que el Mar Menor pasaba por allí y que la responsabilidad de su estado no es de su competencia.