El feminismo es una teoría política que tiene capacidad para ser la más revolucionaria; con ella puedes acabar desde con el patrón hasta con la Iglesia. Para construir feminismo se tiene que hacer desde abajo, tejiendo redes, organizándose como un sistema de contrapoder al que lleva miles de años instaurado.
En Podemos creo que lo estamos consiguiendo y que ya somos una red amplia de mujeres que piensa que la revolución tiene que ser feminista y construirse de abajo a arriba y con todas, con las personas trans, con las lesbianas, con las migrantes y con todas aquéllas que sufren dobles y triples discriminaciones. En Podemos hay Círculos feministas territoriales y estatales que llevan trabajando años en encuentros. Para este Vistalegre 2 hemos conseguido que la candidatura con la que me identifico, Podemos en Movimiento, así como otra de las candidaturas Podemos para Todas, hayan aceptado el documento ofrecido por el Círculo Estatal de Feminismo como propio.
Se puede cometer el error, y creo que hay quien lo hace, de hablar por alguien a quien no escuchas, a quien no conoces, hacerte portavoz de millones de mujeres y lanzar ese feminismo de las élites, blanco, de clase media alta, que viene de la Universidad, heteronormativo, y desde ahí erigirse como lideresa que enseña el camino a las demás de lo que se supone es más popular o dará más votos para ganar futuras elecciones.
Para mí el feminismo tiene que estar vinculado al movimiento feminista que tumbó desde la calle la Ley del aborto de Gallardón y que llegó a tumbar incluso al mismo ministro. Al movimiento que ha conseguido poner las violencias machistas en el centro, por el que las generaciones actuales hemos podido ir a la Universidad; ese mismo feminismo que acaba de llenar las calles de Wahington con medios millón de mujeres .
Y es que hemos estado en todas las luchas sociales, , desde Stonewall donde se inició el movimiento LGTBI y las primeras eran las trans, las que llevaban las pancartas y los golpes de la policía, hasta actualmente en la PAH, en las mareas y en cualquier lucha que impulse a una sociedad más justa. Las mujeres siempre somos las primeras, aunque después nos borren y aunque el poder tan jerarquizado y burocratizado sea difícil para nosotras.
Hay que respetar al movimiento feminista. Podemos tiene que ser parte de él y servir de instrumento para llevar esas demandas a las instituciones. Hay que reconocer también los saberes feministas porque el feminismo es una teoría política revolucionaria que lo impugna todo y lo impugna desde el principio. Hay que poner en el centro la economía feminista y el cómo las mujeres somos quiénes de manera gratuita e invisible hemos cargado sobre nuestros hombros la reproducción de la vida y los cuidados del mundo, es decir, es sobre nosotras sobre las que pervive el sistema económico neoliberal. Tenemos que conseguir que esos cuidados sean una responsabilidad social, para ello no nos pueden dejar arrinconadas en los antiguos roles de género, tenemos que llegar a la igualdad salarial, a la igualdad en las pensiones, conseguir la RBU que ayudaría a mujeres víctimas de violencia y de trata…
Tenemos que cambiarlo todo porque el sistema es criminal y sólo con reformas no habremos nunca ganado, tenemos que estar fuertes y unidas porque la revolución será feminista o no será.
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