La patronal y la Autoridad Portuaria de Cartagena (APC) han puesto el grito en el cielo cuando el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) ha elaborado una resolución en contra del megalómano proyecto del macropuerto de El Gorguel por los impactos sobre el medio ambiente en general y el medio marino en particular; ya que puede afectar de una manera decisiva e irreversible a la Red Natura 2000. También la APC planteaba, en 2022, la alternativa de la ampliación de la Dársena de Escombreras, denominada Barlomar. El Instituto Español de Oceanografía (IEO) advirtió de los graves impactos ambientales del proyecto de macropuerto en El Gorguel, mientras que partidarios de este negocio portuario seguían empecinados en el cuento de la lechera olvidando la competencia de puertos como Barcelona, Valencia, Málaga o Algeciras.
En 2019, organizaciones vecinales, de colectivos de la Sierra Minera y la comarca de Cartagena y de grupos ecologistas, expresaron su rechazo rotundo a los intentos del Gobierno regional y de la CROEM del macroproyecto de Puerto de Contenedores en El Gorguel y el senador del PP, Francisco Bernabé, se opuso también al marcropuerto de El Gorguel siendo alcalde de La Unión.
Otro proyecto que significaría un desastre ambiental sin paliativos sería la ampliación de la dársena de Escombreras, denominada Barlomar, con una nueva terminal con capacidad para un millón de contenedores y un atraque para trabajos de mantenimiento de plataformas petrolíferas, con graves impactos ambientales sobre el medio marino que tendría la ejecución del proyecto.
El estudio de Instituto Español de Oceanografía encargado por la Autoridad Portuaria de Cartagena señala que la ampliación de la dársena de Escombreras afectará y provocará dispersión de contaminantes hacia las praderas de Posidonia oceanica y otras comunidades biológicas del entorno de las áreas marinas protegidas de la isla de las Palomas y cabo Tiñoso. El aumento del tráfico marítimo aumentará esta situación de una manera severa. Resultará difícilmente compatible la ampliación de la dársena de Escombrera con la declaración de la reserva marina de cabo Tiñoso.
El proyecto de Barlomar afectaría de una manera directa al LIC y ZEC Valles submarinos del escarpe de Mazarrón. El aumento del tráfico marítimo supondrá un incremento del riesgo potencial de la introducción y dispersión de especies invasoras, ya que casi cualquier tipo de organismos pueden ser transferidos en buques donde se transporta agua de un ecosistema a otro, como es el caso del agua de lastre. La afección de especies invasoras en el ZEC “Valles submarinos del Escarpe de Mazarrón” se está produciendo, ya que la mayor parte de sus comunidades de mäerl (fondos de algas coralinas y algas rojas) están afectadas por el alga Caulerpa cylindracea. El impacto del tráfico marítimo también afectara a las poblaciones de delfínidos y las rutas de emigración de cetáceos.
La contaminación química es otra de las principales amenazas que tiene la Bahía de Cartagena, pero el Plan Director no establece un análisis real de su situación medioambiental, aunque hay estudios que han evaluado este tipo de contaminación en este ámbito marino. La contaminación por metales traza en la bahía de Cartagena también está siendo estudiada por el Instituto Español de Oceanografía, que incluye esa zona en su Red de Mejillón, operativa desde 1993 hasta la fecha. Los altos niveles de cadmio), mercurio y plomo en mejillones salvajes de la Bahía de Cartagena, han propiciado su consideración como un punto negro de contaminación por metales en el Mar Mediterráneo.
El Plan Director de Escombreras sigue insistiendo en que el macropuerto en El Gorguel tiene potencial cabida el futuro por el crecimiento del tráfico de contenedores. El estudio del IEO señala que, en la zona de El Gorguel las praderas de Posidonia oceanica y comunidades litorales del alga parda Cystoseira amentacea están en muy buen estado de conservación con un buen estado ecológico de la zona y recuperación del ecosistema marinos.
Seguimos asistiendo a proyectos megalómanos con un futuro a ninguna parte por la competencia de puertos en el tráfico marítimo y con graves impactos ambientales, en vez de una mejora sustantiva y sostenible de los puertos y dársenas: autoconsumo fotovoltaico, reciclaje de vertidos y residuos, disminución de las emisiones a la atmosfera del tráfico de graneles, por ejemplo.
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