Él es elegante, lleva una camisa y un pantalón muy bonitos, que fueron hechos en una fábrica en Pakistán, o en la India, por unos obreros que trabajan en condiciones infrahumanas, en un antro que se les puede caer encima en cualquier momento (ya sucedió). Él está viendo la tele, en un televisor que fue fabricado en China, país donde los derechos humanos, igual que en Catar, brillan por su ausencia. A parte de mirar la tele, a veces postea en las redes sociales sobre la situación de los trabajadores en Catar, eso sí, lo hace desde su móvil, fabricado con, los explotados minerales de sangre, que tantas muertes y sufrimiento han provocado en el continente más pobre del mundo, África.
Él postea porque publicar ahora sobre los derechos humanos, es tendencia. Pero él ya sabía que existían estos problemas en Catar, y en muchos otros países del mundo. Pero quizás, solo quizás, en esta ocasión lo hace de manera más enérgica porque se esconde atrás un racismo anti-árabe e islamofobia que no puede evitar, por muy progresista que sea.
Shakira y Dua Lipa cancelaron su participación en el mundial, me pregunto si, cuando aceptaron la invitación, no sabían que había violación de derechos humanos, por lo tanto, cabe preguntarse por las motivaciones reales de ese cambio de postura: si fueron realmente los derechos humanos o el miedo a perder fans.
Todos (o casi todos) somos, en mayor o menor medida, hipócritas, podríamos reconocer este hecho, y a partir de ahí empezar a deconstruirnos. Estoy de acuerdo con las críticas al anfitrión de este evento deportivo porque al menos se podría hacer presión para que las familias de los trabajadores que han perdido la vida reciban las indemnizaciones que solicitan. Pero la violación de derechos humanos no cesa, tiene contrato indefinido y jornada completa, por lo que no podemos indignarnos a tiempo parcial, y solo cuando es tendencia, o cuando tenemos miedo de perder fans. Los influencers, los cantantes, y personajes públicos en general, tienen un gran poder para cambiar las cosas y mejorar la vida de aquellos que sufren. Hete aquí algunas de las luchas olvidadas, por las que podrían indignarse, o países que podrían también boicotear:
- En China los uigures siguen encarcelados en los campos de concentración, por el simple hecho de pertenecer a una minoría étnica musulmana. Esclavizados, y muchas de las prendas que nos ponemos aquí están fabricadas por ellos, y lo hacen forzosa y gratuitamente.
-En Palestina, el pueblo sigue sufriendo el bloqueo en la franja de Gaza, e Israel sigue maltratando, y construyendo asentamientos en tierras palestinas, echando de sus casas a familias enteras. Sin embargo, se ha organizado recientemente el festival de Eurovisión ahí, y nadie ha movido un dedo.
-En Birmania, país budista y, aparentemente pacifista, se está llevando a cabo, desde hace décadas, una persecución feroz e intento de exterminio de la minoría rohinyá, que fueron privados de la ciudadanía birmana, y están siendo expulsados de lo que fue su país durante varias generaciones. Los rohinyá hoy están considerados por la ONU como uno de los grupos más perseguidos en el mundo: operaciones militares para echarlos de sus tierras, incendiar sus mezquitas, violaciones…
-En la frontera sur, el Mediterráneo se ha convertido en una fosa común, de hecho, el número de muertos en esa travesía supera cualquier otra en el mundo. Solo en el año pasado murieron y desaparecieron, según ACNUR (2022), alrededor de 3.231 migrantes.
-Y, evidentemente, además de Catar, son muchos los países del golfo Pérsico que desde hace décadas explotan a los trabajadores inmigrantes. Emiratos, por ejemplo, donde vemos cada vez más fotos en las redes con los rascacielos tan hermosos, pues aquellos edificios también fueron construidos por trabajadores de Bangladesh, Pakistán e India, que fueron explotados y cobraron una miseria al mes para dejarlos tan bonitos.
No diré lo de Infantino “que Occidente debe pedir perdón por los últimos 300 años”, creo que eso es difícil de conseguir, pero al menos que haya conciencia de lo que sucede hoy. En varias ocasiones he informado a personas a mi alrededor de que hay aún en China campos de concentración de personas por el simple hecho de pertenecer a una minoría religiosa y la respuesta ha sido siempre la indiferencia. Veréis cuando sea trend…
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