La hostelería de la Región de Murcia vive momentos duros. Ningún sector ha sufrido más las restricciones, ni los cambios de criterio desde el final del primer estado de alarma. La Región fue la última en reabrir y la primera en cerrar, ya en el mes de julio. Dos meses tardaron para dar una solución a una parte del sector y permitir abrir a los pequeños bares con licencia de cafetería, dos meses en los que algunos ya se han hundido.
Villegas no se entera de que las restricciones sirven de poco, como vemos, si no se contratan más médicos y rastreadores. Cuando aún se estaba a tiempo de controlar el virus, no se pusieron los medios para realizar un seguimiento de los contagios. Ahora le toca al sector pagar los platos rotos. Los rastreadores del SMS cobran 1.400€ al mes, según el portal InfoJobs. Triplicar el número de rastreadores de junio hasta final de año le hubiera costado a López Miras alrededor de un millón de euros. Por no hacer a tiempo esa inversión, ¿cuántos millones van a perder ahora nuestros bares y restaurantes? ¿Cuántos puestos de trabajo perdidos y familias a la ruina?
Pero el colmo de los colmos llega ahora. La hostelería no ha visto un duro en ayudas propias del gobierno regional desde el inicio de la pandemia. Pues bien, en la primera convocatoria de ayudas López Miras mete a sus amigos del juego de tapadillo. Ahí está la lista, en el BORM del 14 de octubre, el boletín oficial de la vergüenza: Epigrafe 969.2. Casinos de juego, Epígrafe 969.3. Juego de bingo y Epígrafe 969.5 Salones recreativos y de juego.
Durante este verano los casinos y bares de apuestas no han sufrido ningún tipo de restricción de horario. Toda la caja que no hacían los bares, la estaban haciendo ellos. Las limitaciones nunca han ido con ellos, pero para las ayudas son los primeros de la fila. Hostelero, te están robando. Esas ayudas son tuyas y no de los señores del juego
Yo me pregunto por qué no se aplican las mismas reglas a estos locales, espacios cerrados herméticamente y poco ventilados, mientras se pone el foco en la hostelería. El resultado son dos grandes brotes, que sepamos, en el casino de moda de Murcia. Al dueño de cualquier bar se le hubiera caído el pelo por algo parecido. Los amigos de López Miras, en cambio, son intocables.
Yo me pregunto también si este es el modelo de ocio que queremos para nuestra juventud. Durante todo el verano los casinos y bares de apuestas eran el único sitio donde tomar una copa con los amigos. Cuando la única alternativa para nuestros jóvenes es juntarse en locales donde se fomenta la ludopatía, mal vamos. Cuando además se subvenciona con ayudas que deberían ir a los que más están sufriendo los efectos económicos de esta crisis, es que en esta Región estamos gobernados por auténticos sinvergüenzas.
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