Hoy viernes, las asociaciones empresariales de agricultores COAG, UPA y ASAJA convocan una manifestación en Murcia en el marco de las múltiples movilizaciones que están realizando a nivel nacional. Reivindican soluciones para un sector cuya actual estructura minifundista está condenada a muerte pues el desarrollo del capitalismo lleva a la acumulación de capitales. Según datos de Kantar Wordpanel, el 60% de los productos frescos se distribuyen en supermercados, cuya cuota de mercado está controlada en más de un 50% por cinco cadenas. Esto da un gran poder de negociación a las empresas de distribución, que pueden controlar el precio en origen de los alimentos. Así, las explotaciones pequeñas dejan de ser rentables y la tierra está pasando a manos de grandes empresas y multinacionales agropecuarias.
Dentro de sus reivindicaciones está la exigencia al Gobierno y a la Unión Europea de una Política Agraria Común (PAC) más justa, cuyo actual sistema está hecho a medida de los grandes terratenientes y la agroindustria. También reivindican el apoyo a sectores especialmente vulnerables como el apícola o un mejor sistema de seguros.
Su poder de movilización y lo llamativo de sus protestas con tractores al ralentí son perfectos para el espectáculo que buscan los medios de comunicación, los partidos tanto de izquierda como de derecha levantan la voz dándoles la razón, unos por la defensa del pequeño y mediano empresario, otros por la mitología del yugo y el sudor genuinamente español. Pero el campo esconde una vergonzosa realidad de explotación, ausencia de derechos laborales y miseria. Debajo de unas leyes de mercado que expulsan a los empresarios más pequeños estamos los nadie, los pobres, los inmigrantes que soportamos la dureza del trabajo y las penosas condiciones. Los agricultores reproducen sobre nosotros, y en peores condiciones, la explotación y el chantaje a los que les someten las grandes empresas.
La dinámica general del campo murciano es la contratación a través de ETT con salarios a destajo. Lo segundo incumple un derecho laboral básico que nos retrotrae a principios de siglo, lo primero incumple las leyes que determinan en qué casos se puede contratar a través de ETT y los Convenios Colectivos agrícolas que marcan un límite a la temporalidad. La contratación por días o semanas y los ínfimos salarios nos dejan en una situación de extrema precariedad pues los trabajadores no sabemos si este mes podremos pagar el alquiler, la luz, alimentarnos nosotros y nuestras familias o no. Hace muy fáciles las represalias contra aquellos trabajadores que nos atrevemos a alzar la voz e impide nuestra organización sindical al no haber plantillas estables.
Los límites de la jornada laboral son incumplidos sistemáticamente, siendo completamente normal jornadas de diez horas, seis o siete días a la semana, pero como se trabaja a destajo por salarios de quince o veinte euros diarios, la equivalencia en días trabajados para la Seguridad Social es menor a la realmente trabajada. Conllevando que muchos trabajadores extranjeros perdamos los permisos de trabajo por no cotizar los días necesarios, además del fraude económico a la Seguridad Social.
Los desplazamientos a los lugares de trabajo cuando los pone la empresa suelen conllevar grandes esperas que se suman a las ya largas jornadas laborales. Sin dejarnos tiempo para disfrutar de nuestra familia, de relaciones sociales saludables o ni siquiera, dormir lo suficiente. Cuando somos uno de los trabajadores lo que ponemos el vehículo el kilometraje normalmente es decidido por las empresas sin tener en cuenta lo que marca el Convenio.
Los incumplimientos de los derechos laborales son contínuos: jornada, salarios, contrataciones, cotizaciones, nocturnidad, permisos, descansos... Ocultos por el silencio informativo, los trabajadores agrícolas hacemos funcionar la llamada huerta de Europa dando nuestras vidas en condiciones miserables. Nuestra organización y nuestra lucha nos va a devolver la dignidad, exigimos la redistribución de la riqueza que crea el campo, exigimos condiciones humanas de trabajo. Queremos una sociedad más justa, más igualitaria, más libre.
*Julián Cuevas es Secretario Permanente de la CGT en Murcia
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