La dejadez e inacción de los gobiernos del PP ha convertido a la Región de Murcia en el mayor casino de Europa. Más de 350 salones de juego se reparten por los 45 municipios, a razón de una media de un salón por cada 4.200 habitantes, enormemente alejados de la media de España. Especial atención merece el municipio de Abarán, con 6 salones de juego a una media de 2.160 habitantes por salón.
Nadie en el Gobierno regional parece ser consciente de que han convertido su acción política en una fábrica de generar ludópatas, especialmente entre los más jóvenes. El 8% de la población entre los 14 y 17 años tiene adicción al juego. La última encuesta sobre el uso de drogas en las enseñanzas secundarias, realizada por la Consejería de Salud entre los años 2018 y 2019, concluye que el 23% de los alumnos de entre 14 y 18 años jugaron presencialmente en salones de juego, duplicando el número de los que reconoce que juegan a diario o casi a diario con respecto a la anterior encuesta de 2016. El 45% de los que habían cumplido los 18 años reconocen que han visitado una sala de juego.
A la vista de la política del Gobierno regional, parece que este ignora los informes de su consejero de Salud. La adicción al juego ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años, sin que los sucesivos gobiernos del PP hayan adoptado medidas. En 2011 el Grupo Parlamentario Socialista alertó de este problema y el Gobierno anunció un reglamento para prevenir la apertura de salas de juego. La realidad es que han pasado 10 años, ese reglamento sigue sin aprobarse y el número de salones se ha multiplicado por tres.
Los intentos del Grupo Parlamentario Socialista por regular el juego, a través de una ley, han fracasado por la oposición sistemática del PP y sus aliados. Lamentablemente, han preferido anteponer los intereses de las empresas del juego a defender la salud, especialmente de los más jóvenes. Es más, año tras año, presupuestan un incentivo fiscal millonario a las empresas del juego, cabría preguntarse qué tienen estas empresas que no tengan el resto de empresas de nuestra región.
Las asociaciones que trabajan en el campo de las adicciones vienen advirtiendo del incremento de personas atendidas por problemas de ludopatía. De hecho, según estas asociaciones, el número de personas atendidas por problemas de ludopatía en nuestra región se disparó en un 26% a partir del año 2018.
Ayer, precisamente ayer, mientras en la Asamblea Regional se debatía sobre este asunto, el gobierno regional aprobaba un nuevo plan para combatir las adicciones, qué casualidad. Un nuevo plan en el que, erróneamente dijo el consejero de Salud, por primera vez se recoge el tratamiento de la ludopatía. Hay que decirle al Sr. Pedreño que de poco sirven los esfuerzos en tratar y curar si no hay prevención, que no la hay. El consejero debería de poner más empeño en persuadir a sus compañeros del Consejo de Gobierno de la urgencia de una regulación del juego, que lleva 10 años de espera. Ya que, por lo que parece, los que defienden los intereses de las empresas del sector son más convincentes que él.
No puedo terminar sin agradecer el trabajo de las alumnas, alumnos, madres, padres, profesores del IES José Planes, que fueron quienes pusieron este grave problema en el debate social y político, y por supuesto a todas y todos los que trabajan para que esta lacra no acabe convirtiéndose en una nueva pandemia.
Doña Clara García de la FAPA Juan González fue quien dio titulo a este articulo cuando dijo, en su atrevida comparecencia ante las diputadas y diputados de la Asamblea Regional: “El juego se ha convertido en la heroína del siglo XXI”.
La dejadez e inacción de los gobiernos del PP ha convertido a la Región de Murcia en el mayor casino de Europa. Más de 350 salones de juego se reparten por los 45 municipios, a razón de una media de un salón por cada 4.200 habitantes, enormemente alejados de la media de España. Especial atención merece el municipio de Abarán, con 6 salones de juego a una media de 2.160 habitantes por salón.
Nadie en el Gobierno regional parece ser consciente de que han convertido su acción política en una fábrica de generar ludópatas, especialmente entre los más jóvenes. El 8% de la población entre los 14 y 17 años tiene adicción al juego. La última encuesta sobre el uso de drogas en las enseñanzas secundarias, realizada por la Consejería de Salud entre los años 2018 y 2019, concluye que el 23% de los alumnos de entre 14 y 18 años jugaron presencialmente en salones de juego, duplicando el número de los que reconoce que juegan a diario o casi a diario con respecto a la anterior encuesta de 2016. El 45% de los que habían cumplido los 18 años reconocen que han visitado una sala de juego.