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Madrid vuelve a decidir

El mensaje que a las seis y media de la tarde del pasado martes colgó Santiago Abascal en su cuenta de X -antes Twitter- apuntaba de forma directa a la Región de Murcia. “Espero que, a partir de ahora, los enemigos de los acuerdos de gobierno entre PP y Vox se abstengan de volver a poner en peligro la construcción de la alternativa”, escribía el líder de Vox en esa red social.

Minutos antes, un dubitativo Alberto Núñez Feijóo agradecía a Vox la aportación de sus 33 diputados a su intento por alcanzar la investidura, circunstancia que había transmitido a Felipe VI esa misma tarde, cerrando el turno de consultas regias. Abascal reclamó respeto a sus votantes y que a su partido no se le imponga un cordón sanitario.

Feijóo y Abascal hablaron el día anterior por teléfono. El primero se comprometió a instar a Fernando López Miras en el sentido de que tiene que alcanzarse un acuerdo en la Región de Murcia entre ambas formaciones. Y este puede edificarse sobre un punto intermedio entre lo que ofrecen desde el PP y lo que demandan desde Vox: la consejería de Agricultura, con alguna otra competencia adjunta, para los de José Ángel Antelo.

Las conversaciones estarían encaminadas a reanudarse la semana próxima. Y sellarse el pacto en vísperas de que se cumpla el plazo, previsto para el jueves, 7 de septiembre. PP y Vox solo se han reunido formalmente una vez en la Región, un encuentro en el que los primeros plantearon a los segundos un mero acuerdo programático, rechazando la entrada en el Ejecutivo autonómico de consejeros procedentes del partido de Abascal. La última petición de estos últimos pasaba por la vicepresidencia y dos o tres consejerías. Los populares intentaron posteriormente convencer a los de Vox con un puesto en la Mesa de la Asamblea Regional, algo que le negaron cuando se constituyó la cámara el 14 de junio.

De fructificar el acuerdo, los nueve diputados de Vox respaldarán a López Miras en una próxima sesión de investidura en el Parlamento autonómico, evitando así una nueva convocatoria electoral para el miércoles, 25 de octubre. Una vez más, las directrices y la estrategia políticas se deciden en Madrid y, en este caso, con la urgencia que implica que Feijóo precise de los diputados de Abascal para intentar alcanzar La Moncloa, a partir del 26 de septiembre, en una misión complicada aunque no imposible. Por aquello de que lo primero es lo primero. Y que, desde siempre, donde hay patrón, nunca manda marinero.

El mensaje que a las seis y media de la tarde del pasado martes colgó Santiago Abascal en su cuenta de X -antes Twitter- apuntaba de forma directa a la Región de Murcia. “Espero que, a partir de ahora, los enemigos de los acuerdos de gobierno entre PP y Vox se abstengan de volver a poner en peligro la construcción de la alternativa”, escribía el líder de Vox en esa red social.

Minutos antes, un dubitativo Alberto Núñez Feijóo agradecía a Vox la aportación de sus 33 diputados a su intento por alcanzar la investidura, circunstancia que había transmitido a Felipe VI esa misma tarde, cerrando el turno de consultas regias. Abascal reclamó respeto a sus votantes y que a su partido no se le imponga un cordón sanitario.