Un mes para hacérselo mirar
El que quiera saber, que vaya a Salamanca, dice el refrán tantas veces repetido. No parece que se lo haya aplicado el preboste López Miras, quien dice volver de la cumbre de presidentes autonómicos sin respuestas y sin soluciones para nada. Tampoco es de extrañar que lo diga puesto que, instalado como está en su línea ayusista de que el Ejecutivo estatal es inoperante y no hace nada, lo sorprendente sería que mostrara una mínima actitud institucional colaborativa para mejorar las cosas. Cosas que, por cierto, no mejoran en la Región de Murcia comparativamente con otros territorios, como viene a demostrar un somero vistazo a los índices de tantas cosas que nos siguen situando prácticamente en el furgón de cola del tren español: sanidad, educación, servicios sociales,…
Pero no en laxitud fiscal, por lo que no estaría de más que los gobernantes murcianos explicaran en qué consiste ese Bálsamo de Fierabrás mediante el que se mejoran todos los servicios públicos disminuyendo los ingresos regionales vía rebaja de impuestos. De todas formas, el presidente López descansará tranquilo este mes de agosto pues sigue gozando del favor mayoritario de los votantes regionales, como es obvio ahora gracias a la absorción en la práctica de buena parte del electorado del en vías de extinción Ciudadanos y gracias igualmente a la ampliación del espectro electoral popular hacia la extrema derecha, con el visto bueno del cuasi todopoderoso Teodoro y del guía en la sombra Pedro Auditorio Sánchez.
Así que quien de verdad debería hacérselo mirar con sumo cuidado en este mes de holganza es el líder socialista, Diego Conesa quien ––en virtud de la doble traición de los diputados ciudadanos (en 2019 y en 2021), también de sus propias torpezas y de su demostrada incapacidad para gestionar el interno del PSRM–– ha conseguido dilapidar infructuosamente su victoria electoral de hace dos años.
La confirmación de la anunciada expulsión del exdiputado Emilio Ivars es el último eslabón de una cadena de despropósitos inexplicables que han debilitado notoriamente a los socialistas murcianos de cara al electorado. Antes de Ivars, las salidas de la ya exalcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, y sus concejales, más la de la también exregidora de Molina, Ester Clavero, fueron reveladoras. Al margen de que ambas cometieron errores clamorosos que justificaron sobradamente sus respectivos apartamientos.
La cosa no es nueva, pues ya viene la cúpula del PSRM dando pruebas de su indefinición y confusión. Pero el problema de Conesa y sus prietas filas es aclarar qué clase de cohesión interna tiene un partido en el que cada quien, fuera del núcleo duro dirigente, ha venido haciendo dizque lo que le venía en gana y cuando le llegaba la gana. Porque, en consecuencia, lo que plantean esas salidas de pata de banco, o indisciplinas si se quiere, es cómo pueden darse en un partido con aspiraciones de gobierno tan destacados casos de cargos representativos que actúan como auténticos outsiders.
Quizá la explicación resida en que Conesa fue elegido secretario general del PSRM hace ahora casi cuatro años con solo el 51,89 por ciento de los votos: por los pelos y con una proporción destacada de militantes que no lo votaron. ¿Han hecho lo necesario para reunificar el partido internamente tanto el máximo responsable orgánico del partido como el representante de Sánchez en tierra murciana, José Vélez? Parece que hay ya bastantes, quizá demasiados, socialistas más o menos ilustres con cierto predicamento entre la militancia alejados del actual núcleo dirigente.
Los sondeos, las prospecciones, las encuestas de las que se habla parecen enseñar que ya son patentes las consecuencias, no solo entre los votantes sino también internas, del tremendo fiasco de la moción de censura de marzo ––gracias a un socio tan fiable como es Ciudadanos––. Por eso, López Miras, aunque siga confirmando lo de Quod natura non dat, Salmantica non praestat, descansará tranquilo en agosto. Habrá que ver si en el PSRM se lo hacen mirar. Y bien mirado. Porque el próximo 20 de noviembre ––¡menuda efeméride!–– se las vuelve a ver con los votos de la militancia. Y en diciembre, Congreso Regional. Pues eso: con lupa. Vale.
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