La Constitución Española de 1978 debería ser nuestro libro de cabecera porque nos recuerda nuestros deberes para una convivencia pacífica. En su artículo 16 nos dice que en el Estado español caben todas las religiones: “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”. Para añadir después que el Estado no es católico sino aconfesional: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.
El 28 de abril de 1992, el gobierno de Felipe González suscribió el Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España, que consolida el derecho de los musulmanes a tener “lugares de culto (mezquitas)” donde desarrollar su religiosidad: “A todos los efectos legales, son mezquitas o lugares de culto de las Comunidades Islámicas pertenecientes a la Comisión Islámica de España, los edificios o locales destinados de forma exclusiva a la práctica habitual de la oración, formación o asistencia religiosa islámica, cuando así se certifique por la Comunidad respectiva, con la conformidad de dicha Comisión”.
El Acuerdo de 1992 añade: “Los lugares de culto de las Comunidades Islámicas miembros de la Comisión Islámica de España gozan de inviolabilidad en los términos establecidos por las Leyes. En caso de expropiación forzosa, deberá ser antes oída previamente la Comisión Islámica de España, y no podrán ser demolidos sin ser previamente privados de su carácter sagrado, con excepción de los casos previstos en las Leyes por razones de urgencia o peligro”.
Con ese apoyo legal que da el Estado a los musulmanes, solo falta que la comunidad islámica responsable de la apertura de la mezquita cumpla la normativa urbanística en vigor, y las leyes sanitarias obligatorias en tiempos de coronavirus. La del barrio de Apolonia en Lorca, donde se recogen firmas contra la apertura de una mezquita en un antiguo secadero de jamones, las cumple a rajatabla, como ha asegurado la Concejalía de Urbanismo.
Tanto los vecinos del barrio de Apolonia, como los miembros del partido Vox de Lorca, deberían estar tranquilos porque la mezquita es legal. Por mi experiencia, no solo no va a causar problemas sino que va a traer paz y armonía al barrio. Es lo que suele ocurrir allí donde hay un oratorio, y son casi un centenar en la Región de Murcia. Una Comunidad Autónoma con 131 comunidades islámicas, según el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, de las que nueve están ubicadas en el municipio de Lorca, concretamente en el casco urbano y en las pedanías de Morata, Ramonete y La Hoya.
La misma movilización vecinal que hoy tiene lugar en Lorca contra la mezquita del barrio de Apolonia, la hubo en marzo de 2019 en el barrio Cuatro Santos de Cartagena. Un año y medio después, la mezquita cartagenera funciona con plena normalidad y no se ha producido ni un solo incidente, según nos confirma Ihab Fahmy, delegado de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) para la Región de Murcia.
Bulos y basura informativa
Entonces, la basura informativa que circula por internet llegó a generar bulos con titulares de este calibre: “Salta la llama yihadista en Cartagena: Artefacto explosivo y agresión islámica a la oposición vecinal a una nueva mezquita”. Una publicación que muchas personas compartieron, para felicidad de su autor, cuyo objetivo era sembrar el odio.
Es de vital importancia para una convivencia pacífica en democracia que se respeten las leyes y se dialogue con quien piensa distinto y reza a otro Dios. De lo contrario seguiremos estancados, no habrá avance, no habrá progreso social.
Según el último “Informe anual sobre la situación de la libertad religiosa en España” que data de 2017 y elabora el Ministerio de Justicia, se repite hasta “enquistarse en el tiempo” el problema de la oposición vecinal y la negativa de algunos gobiernos municipales a facilitar la apertura de mezquitas. Subraya el informe que “se constatan planes de ordenación urbana que restringen las posibilidades de apertura de lugares de culto o que prevén lugares inadecuados, en las afueras de las ciudades, o que establecen condiciones que los imposibilitan en el núcleo urbano”.
Las mezquitas son lugares de paz, de encuentro, de entendimiento, de concordia. Si tienen dudas al respecto, hagan el esfuerzo de conocer las que tenemos en la Región de Murcia, las puertas están abiertas. He tenido la suerte de ser invitado a la inauguración de varias, en diferentes municipios. Y como periodista he informado de ello tanto en mi blog Islam en Murcia como en la radio pública, Onda Regional de Murcia, donde encontrarán un vídeo que les introduce al interior de una mezquita el día de su inauguración, en este caso la del “Centro Islámico Ibn Arabi” de Cabezo de Torres. Sí, verán a una pareja de la Guardia Civil, y al alcalde, porque es lo normal cuando hay algo que celebrar en sociedad. La apertura de una mezquita, oratorio o lugar de culto musulmán, es algo para celebrar. Es señal de madurez democrática y normalidad en la convivencia entre personas de distinto credo. Mezquitas sí, odio no.