En España hay una Constitución vigente desde 1978 que no se cumple en algo tan importante para las personas como es su religión. Si una cosa quita el sueño a los musulmanes murcianos es su entierro, se les niega el lugar donde descansar como Dios manda, son tratados como ciudadanos de inferior categoría.
El artículo 14 de la Constitución dice que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
En la Región de Murcia hay casi 35.000 españoles musulmanes que no son iguales ante la Ley.
En Molina de Segura y Cartagena la llegada al poder de Vox con permiso del PP (lo que Nazarena Balaguer denomina PPOX) ha supuesto un retroceso en el derecho a “recibir sepultura digna sin discriminación por motivos religiosos” recogido en la Ley de Libertad Religiosa.
En Cartagena había un proyecto que llevaba años en marcha hasta que la ultraderecha llegó al poder de la mano de Noelia Arroyo y se frenó. Pronto veremos el caso en los tribunales, que dirán lo mismo que con las clases de islam: hágase porque lo dice la Ley.
En Molina de Segura la situación es peor porque el cementerio estaba ya casi terminado gracias al acuerdo de la anterior corporación con los musulmanes del municipio. El nuevo gobierno de ultraderecha encabezado por José Ángel Alfonso ha decidido destruirlo y crear en su lugar un cementerio “ecuménico” ante la impotencia del colectivo afectado y la alegría del cura del pueblo.
Todos los municipios deberían tener un espacio para enterramientos musulmanes. En la Región solo hay en el cementerio de Murcia, que el ayuntamiento ha ido ampliando.
En Águilas también habrá. Ejemplar su alcaldesa, Mari Carmen Moreno, a la que vemos en la foto celebrando un 'Eid al Fitr' con sus vecinos, un gesto absolutamente excepcional en nuestra clase política.
De la España constitucional seguimos recibiendo lecciones: Bilbao acaba de habilitar en su cementerio 2.160 enterramientos para musulmanes de toda Bizkaia.
Que en la Región de Murcia un partido democrático y constitucional como el PP asuma la agenda islamófoba de la ultraderecha es preocupante.
En Molina de Segura también han cerrado la mezquita Annour y en Ramadán han obligado a los fieles a buscarse un local alejado del pueblo. En Murcia sigue sin reabrir la mezquita Albujari a pesar de tener todos los papeles en regla. En Lorca la islamofobia política y social impidió abrir un oratorio en un bajo de 200 metros cuadrados con todo en regla en el Barrio de Apolonia que la comunidad islámica llevaba pagando desde 2020.
El artículo 16 de la Constitución dice que “ninguna confesión tendrá carácter estatal… los poderes públicos mantendrán relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.
En la Comunidad Autónoma de Murcia, hasta hoy, solo importan católicos y judíos a tenor de la apretada agenda religiosa de nuestros gobernantes y de sus manifestaciones públicas sobre Ucrania y Gaza.
Queda claro que para nuestra élite política hay vivos y muertos que no merecen el mismo trato porque los consideran de segunda categoría. Hay excepciones, como la de Mari Carmen Moreno, que nos hacen mantener viva la esperanza de que es posible dejar a nuestros hijos una sociedad diversa conviviendo en paz.
En España hay una Constitución vigente desde 1978 que no se cumple en algo tan importante para las personas como es su religión. Si una cosa quita el sueño a los musulmanes murcianos es su entierro, se les niega el lugar donde descansar como Dios manda, son tratados como ciudadanos de inferior categoría.
El artículo 14 de la Constitución dice que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.