La Asamblea Regional es una extensión del Ejecutivo y dudo que represente el sentir de la población general. La fracasada moción de censura nos ha desnudado las verdaderas intenciones de quiénes elegidos por un partido han optado por ser representantes de ellos mismos. El resultado, ir minando con paso firme lo conseguido en la anterior legislatura por su anterior partido y por el resto que los apoyaron. Espero que el sueldo a recibir ahora y después merezca la pena. La caída del nuevo Estatuto de Autonomía de Murcia para salvar la incompatibilidad del presidente regional, Fernando López Miras dice mucho del estado actual del Partido Popular. Un partido antaño cohesionado y hoy roto por los cuatro costados.
La retirada del Estatuto, según me señalan, es algo tan posible y ajustado a derecho como jurídicamente discutible, por lo que es posible que termine en los tribunales. Pase lo que pase, es difícil ver caer tan bajo al Partido Popular que empieza a parecerse a la Venezuela de Maduro que tanto les gusta criticar. No podemos olvidar que en la Asamblea Regional algunos periodistas han sufrido trabas y que los reporteros gráficos tienen prohibido hacer su trabajo con dignidad y las fotos que figuran en la portada de algunos medios tienen que ser tomadas desde la puerta batiente. Un castigo por la filtración de los mensajes de WhatsApp de López Miras sobre los que el juez habrá pronunciarse, tanto del hecho como sus efectos.
La operación para mantener al Maduro de López Miras tiene sobresaltados a los liberales del PP, claro que algunos hay que de tan liberales de boquilla van camino de entrar en Vox a ver si les reserva su trocito de cielo, mientras los de verdad se tapan la cara y enmudecen, las cosas de la vida. Entre tanto Ciudadanos se disuelve como un azucarillo, con una Inés Arrimadas dispersa ganando diputados en las encuestas del CEMOP y el PSOE tiene que encontrar su tono, que no localiza en el municipio de Murcia, porque de tenerlo hace ya tiempo que se hubiera propuesto la operación Cospedal para articular la ley electoral, que no descarto que suceda. Todo ello mientras los políticos enfilan la salida de una carrera electoral que, para algunos medios, empezó hace ya meses con una agenda propia, todo hay que decirlo.
Entre tanto las costuras siguen abiertas. Algunos sostienen que el silencio sobre la posible nominación de Ballesta es el resultado de una estudiada posición política que pasa por dejar a su grupo haciendo oposición, mientras el que asiste hierático a los plenos solo sonríe en las fotos en las que aparece mirando obras, como lo jubilado que esta, o inaugurando alumbrando navideños en el Rincón de Seca. Otros en cambio, subrayan que en realidad el conflicto por la sucesión sigue abierto y que los puñales florentinos, con los que en la política murciana se labran las carreras, no han parado y que el problema no es solo Murcia sino toda la Región, pues mantener al soldado Miras está provocando terremotos y fracturas que no van a más mientras el sistema de reparto de prebendas siga, algo que no pueden asegurar en caso de tener que cogobernar con Vox. Estos conflictos soterrados que, en otros partidos darían portadas de gloria en Murcia, pasan desapercibidos porque no se pone luz sobre ellos.
2023 está a la vuelta de la esquina y el problema es que mientras el Partido Popular esta jugando a rearmarse mientras se apuñalan a la espera de gobernar con Vox, en el otro lado todavía no se han terminado de despejar las opciones y nos queda un año.
La Asamblea Regional es una extensión del Ejecutivo y dudo que represente el sentir de la población general. La fracasada moción de censura nos ha desnudado las verdaderas intenciones de quiénes elegidos por un partido han optado por ser representantes de ellos mismos. El resultado, ir minando con paso firme lo conseguido en la anterior legislatura por su anterior partido y por el resto que los apoyaron. Espero que el sueldo a recibir ahora y después merezca la pena. La caída del nuevo Estatuto de Autonomía de Murcia para salvar la incompatibilidad del presidente regional, Fernando López Miras dice mucho del estado actual del Partido Popular. Un partido antaño cohesionado y hoy roto por los cuatro costados.
La retirada del Estatuto, según me señalan, es algo tan posible y ajustado a derecho como jurídicamente discutible, por lo que es posible que termine en los tribunales. Pase lo que pase, es difícil ver caer tan bajo al Partido Popular que empieza a parecerse a la Venezuela de Maduro que tanto les gusta criticar. No podemos olvidar que en la Asamblea Regional algunos periodistas han sufrido trabas y que los reporteros gráficos tienen prohibido hacer su trabajo con dignidad y las fotos que figuran en la portada de algunos medios tienen que ser tomadas desde la puerta batiente. Un castigo por la filtración de los mensajes de WhatsApp de López Miras sobre los que el juez habrá pronunciarse, tanto del hecho como sus efectos.