Apuntemos: los ERTE, que tantas vidas salvaron durante la pandemia; la reforma laboral; los catalanes y los vascos; la excepción ibérica; la subida de impuestos a los que más tienen y son ricos.
Desde que Rajoy perdió la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al poder España ni se ha roto, ni se rompe, ni se romperá, a no ser que algunos acaben con ella martillazos por no gobernar. Es curioso, aquí en la Región, después de 25 años de Gobierno, primero en solitario, después con el apoyo de un partido que incumplió sus promesas y que, cuando fue a cumplirlas, le saltaron una serie de tránsfugas que le permitieron mantenerse en el poder, hasta que al final -como todos esperaban- han acabado gobernando con una ultraderecha incapaz de hacer nada por una Región que se hunde con los peores indicadores de toda España. Pero al parecer ellos viven mejor, al resto nos cuesta llegar a fin de mes.
Seamos serios, ellos -que dicen que madrugan levantándose a las 11 para ver cómo el déficit crece por su nefasta gestión, cuyo crecimiento endosan a un Gobierno nacional que, por otra parte, solo hace regalarles dinero o perdonarles deuda- vienen a decirnos que si patatas. Se ha comentado muchas veces, en Murcia se mira más a Cataluña que a la propia Región; se mira más de Valencia para arriba que a la podredumbre del Mar Menor, cuyas competencias son autonómicas; se apuesta por una comunidad agraria en vez de una industrial. Un desastre que nos está pasando factura. Se mira más al País Vasco que a la mala situación de la educación de la Región; en los nacionalismos periféricos, en vez de la larga lista de espera para un médico especialista. Se justifica que la deuda aumente echándole la culpa al de fuera y no a las nefastas inversiones: desaladoras fantasma o aeropuertos sin aviones, teniendo a las carreteras autonómicas con más baches que un carril de cabras.
En el fondo da todo igual, el dinero de aquí sirve para contratar a gente de fuera, miren la tele autonómica -los de aquí mil euros, el de fuera se lleva toda la pana-. Lo de siempre, más de lo mismo. Todo esta en venta, todo se compra, se despide a periodistas de raza porque son incómodas para el poder, ¿por algún poste para emitir en FM? Recordemos que el concurso de las radios en FM está a punto de salir. Ya saben, el poder todo lo compra y, en el fondo, aquí la bandera de España sirve para tapar las miserias de una Región que cuenta cada vez con peores indicadores. Al final esto no va de la amnistía, el problema es que en España gobierne alguien que no sean ellos. Hay que tenerlo claro.
Apuntemos: los ERTE, que tantas vidas salvaron durante la pandemia; la reforma laboral; los catalanes y los vascos; la excepción ibérica; la subida de impuestos a los que más tienen y son ricos.
Desde que Rajoy perdió la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al poder España ni se ha roto, ni se rompe, ni se romperá, a no ser que algunos acaben con ella martillazos por no gobernar. Es curioso, aquí en la Región, después de 25 años de Gobierno, primero en solitario, después con el apoyo de un partido que incumplió sus promesas y que, cuando fue a cumplirlas, le saltaron una serie de tránsfugas que le permitieron mantenerse en el poder, hasta que al final -como todos esperaban- han acabado gobernando con una ultraderecha incapaz de hacer nada por una Región que se hunde con los peores indicadores de toda España. Pero al parecer ellos viven mejor, al resto nos cuesta llegar a fin de mes.