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El pacto de integración López Miras/Patricia Fernández

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La impresión general es la que la 'vía Patricia Fernández' ha quedado desarticulada y que la alternativa más real a López Miras ha perdido su última oportunidad. Pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que Génova ha bloqueado la candidatura de la alcaldesa de Archena en el plazo inmediato, para el inminente congreso regional del PP. De cara a este, se puede afirmar inequívocamente que López Miras ha logrado sobrevivir. Otra cosa es el panorama que Feijóo prevé para el medio plazo. Aquí todo cambia, y Patricia Fernández se visualiza en el horizonte como la sucesora del actual presidente del PPRM. Se trata de tener paciencia y de que el techo electoral que limita el crecimiento de López Miras dicte sentencia.

Desde el entorno de este último se están lanzando, durante los últimos días, mensajes orientados a hacer ver que no existe pacto de integración entre el actual inquilino de San Esteban y la alcaldesa de Archena, y de que la reunión entre ambos no conlleva ningún gesto preferencial hacia ella. El objetivo de tal versión interesada es doble: de un lado, se quiere trasladar la idea de que López Miras se encuentra en una posición de fuerza y de superioridad y de que no necesita hacer concesiones para permanecer en el cargo; de otro, aquellos miembros de su equipo que se postulan como sus sucesores intentan crear artificialmente un estado de opinión, basado en la idea central de que la alternativa a López Miras se encuentra en su equipo y no fuera de él. Pero, cuando existe tanto empeño en que trascienda un mensaje, es que quienes lo han alumbrado no la tienen todas consigo e intentan transformar a la desesperada la realidad. Para empezar, López Miras ha negociado con Patricia Fernández desde una posición de nerviosismo y de precariedad. Ha sido consciente, en todo momento, de que, de haber presentado esta los avales que poseía, la edil del Valle de Ricote tenía posibilidades de haber ganado el congreso o, en su defecto, de haberlo perdido por poco. Y, en ambos casos, la posición de López Miras hubiera quedado muy comprometida. Por otra parte, los miembros del equipo de Miras con ínfulas de sucesores conocen perfectamente que Génova ya ha trazado el futuro a medio plazo del PPRM, y de que, en este, no aparecen ellos como protagonistas de la película. No es fácil que vayan a aceptar esta realidad de forma inmediata, pero, si no quieren caer en una incapacitante melancolía, deberán concederle el crédito que exige tarde o temprano.

En este proceso agonístico de construcción de la realidad, los legionarios de López Miras se afanan por proyectar otra imagen sesgada de los hechos: el pacto de integración entre su jefe y Patricia Fernández supone la desaparición de esta última como una realidad singularizada fuera del aparato. De alguna manera, la alternativa crítica al modelo de gestión de López Miras habría quedado erradicada en pos de una unidad que en rigor, no dejaría de ser el triunfo del status quo. Pero, una vez más, existen matices en esta historia que juegan contra el relato oficial. Aquello que se ha integrado coyunturalmente es el proyecto encabezado por Patricia Fernández, no la propia Patricia. La posición crítica de la política archenera no desaparece ni pierde fuerza con el pacto de integración. Y la constatación de esto es algo que desorienta y pone de los nervios al “Miras team”.

La cuestión final, que resta por resolver, es saber por qué Feijóo ha apostado en el corto plazo por López Miras cuando es conocedor de de la desaprobación social que merece su gestión entre gran parte de los murcianos. Dos son las hipótesis que podrían explicar este acto de conformismo: en primer lugar, un pacto no escrito por el cual cualquier presidente de comunidad autónoma repite como candidato; y, en segundo, por el poder de presión que el 'teodorismo' sigue teniendo en la sombra. García Egea maneja demasiada información del PP como para que sus deseos sean ninguneados a las primeras de cambio. La Región de Murcia constituye para él la aldea de Astérix: mientras los suyos sigan en el poder, su reino tendrá alguna materialización en la tierra. Y que no le quepa duda a nadie de que luchará para que su poder no se quede en un simple recuerdo.      

La impresión general es la que la 'vía Patricia Fernández' ha quedado desarticulada y que la alternativa más real a López Miras ha perdido su última oportunidad. Pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que Génova ha bloqueado la candidatura de la alcaldesa de Archena en el plazo inmediato, para el inminente congreso regional del PP. De cara a este, se puede afirmar inequívocamente que López Miras ha logrado sobrevivir. Otra cosa es el panorama que Feijóo prevé para el medio plazo. Aquí todo cambia, y Patricia Fernández se visualiza en el horizonte como la sucesora del actual presidente del PPRM. Se trata de tener paciencia y de que el techo electoral que limita el crecimiento de López Miras dicte sentencia.

Desde el entorno de este último se están lanzando, durante los últimos días, mensajes orientados a hacer ver que no existe pacto de integración entre el actual inquilino de San Esteban y la alcaldesa de Archena, y de que la reunión entre ambos no conlleva ningún gesto preferencial hacia ella. El objetivo de tal versión interesada es doble: de un lado, se quiere trasladar la idea de que López Miras se encuentra en una posición de fuerza y de superioridad y de que no necesita hacer concesiones para permanecer en el cargo; de otro, aquellos miembros de su equipo que se postulan como sus sucesores intentan crear artificialmente un estado de opinión, basado en la idea central de que la alternativa a López Miras se encuentra en su equipo y no fuera de él. Pero, cuando existe tanto empeño en que trascienda un mensaje, es que quienes lo han alumbrado no la tienen todas consigo e intentan transformar a la desesperada la realidad. Para empezar, López Miras ha negociado con Patricia Fernández desde una posición de nerviosismo y de precariedad. Ha sido consciente, en todo momento, de que, de haber presentado esta los avales que poseía, la edil del Valle de Ricote tenía posibilidades de haber ganado el congreso o, en su defecto, de haberlo perdido por poco. Y, en ambos casos, la posición de López Miras hubiera quedado muy comprometida. Por otra parte, los miembros del equipo de Miras con ínfulas de sucesores conocen perfectamente que Génova ya ha trazado el futuro a medio plazo del PPRM, y de que, en este, no aparecen ellos como protagonistas de la película. No es fácil que vayan a aceptar esta realidad de forma inmediata, pero, si no quieren caer en una incapacitante melancolía, deberán concederle el crédito que exige tarde o temprano.