En la región ha comenzado un nuevo desarrollo de planta de biogás y al mismo tiempo han crecido las movilizaciones vecinales por sus riesgos ambientales y sociales. Estos proyectos de instalación se hacen con nula transparencia, sin información directa a la ciudadanía afectada y en las cercanías de los núcleos urbanos. El problema no reside solamente en los riesgos de la tecnología de biogás-biometano, sino en el sistema de producción y en el modelo de planta que se está imponiendo que, para ser rentables, tienen que ser enormes.
Vecinos y ecologistas mostraron su oposición a la instalación de una de estas plantas en Fuente Álamo y el alcalde de Santomera considera que el municipio no reúne las condiciones para albergarla. En entrevista con los representantes vecinales aseguraba que mientras él fuera alcalde no habría planta de biogás en Santomera.
Sin embargo, el Ayuntamiento de las Torres de Cotillas, a través de su alcalde, está empeñando en vender las bondades de la instalación de una planta de biogás en el municipio, lo que ha suscitado toda una serie de movilizaciones de la ciudadanía en contra de dicha instalación por los riesgos ambientales, de salud pública y bienestar ciudadano.
El proyecto, promovido por Enagás y Bioenergy Las Torres, producirá biogás y su posterior depuración para la obtención de biometano. Todo mediante un proceso de transformación en materia orgánica de residuos agrícolas, ganaderos y de la industria alimentaria. Además, el gas, produciría aguas enriquecidas con fertilizantes para el riego y otros biofertilizantes sólidos a base de compost. En estas instalaciones se plantea la posibilidad de tratar más de 150.000 toneladas anuales de purines y otros elementos orgánicos.
El domingo, 6 de octubre, miles de personas se manifestaron en Las Torres para mostrar su rechazo a la planta de biogás proyectada en el municipio. La marcha contó con la participación entre 6.000 y 7.000 según fuentes de la plataforma Stop Biogás. A la marcha se han sumado también vecinos de los municipios de Alguazas y Campos del Río, próximos a la ubicación elegida por Enagás. Entre ellos se encontraba la alcaldesa de esta última localidad, que le pidió al alcalde torreño que escuche sus vecinos y ha felicitado a estos por la movilización. Se reclamó la dimisión del alcalde y a los ediles del equipo de gobierno, que no se opongan a la construcción y al interés público para el proyecto.
Con un término municipal de 39 kilómetros cuadrados, el municipio no tiene una extensión suficiente como para poner una planta de este tipo sin perjuicio de sus habitantes, a cinco kilómetros del centro y a menos de algunos núcleos diseminados, lo que supondrá un perjuicio para la salud y la calidad de vida de los residentes. El proyecto de instalación de esta planta de biometano viene a ubicarse en una zona sensible para los residentes del municipio cercanos a la planta y los municipios limítrofes.
En el municipio de Las Torres de Cotillas se generan 8.500 toneladas de residuos al año y la planta tiene capacidad total de tratamiento de residuos de 263.604 toneladas/año (798,92 toneladas/día). Este proceso aumentara de una manera exponencial el tratamiento de residuos (purines, residuos agrícolas, estiércoles, restos de animales en descomposición) que tendrán que traerlos de fuera, con el consiguiente trasiego continuo de vehículos pesados que aumentará el riesgo de incidentes o accidentes.
Un elemento de impacto de la ubicación de la planta será de la intensidad del tráfico de vehículos pesados que generará el transporte a la planta de toneladas de purines y otros residuos va a perjudicar a todos los vecinos con la contaminación y los malos olores.
Mantener una posición general favorable al desarrollo del biogás no impide tener determinadas reservas y cautelas en un proyecto concreto, existen numerosos riesgos que pueden desvirtuar los principales objetivos, No se puede tener una aceptación acrítica para relajar en ningún caso las exigencias ambientales. En definitiva, el proyecto de la planta de biogás se ha hecho de espaldas a la ciudadanía con una nula transparencia por parte de la administración local. Como señalaba el editorial de un diario murciano, estos proyectos no pueden ni deben prosperar por imposición con el rechazo ciudadano. Ni en Las Torres, ni en Santomera, ni en cualquier otro municipio.
En la región ha comenzado un nuevo desarrollo de planta de biogás y al mismo tiempo han crecido las movilizaciones vecinales por sus riesgos ambientales y sociales. Estos proyectos de instalación se hacen con nula transparencia, sin información directa a la ciudadanía afectada y en las cercanías de los núcleos urbanos. El problema no reside solamente en los riesgos de la tecnología de biogás-biometano, sino en el sistema de producción y en el modelo de planta que se está imponiendo que, para ser rentables, tienen que ser enormes.
Vecinos y ecologistas mostraron su oposición a la instalación de una de estas plantas en Fuente Álamo y el alcalde de Santomera considera que el municipio no reúne las condiciones para albergarla. En entrevista con los representantes vecinales aseguraba que mientras él fuera alcalde no habría planta de biogás en Santomera.