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Pobre todo el año

Estos días de fiesta y vacaciones, veremos las terrazas de los bares abarrotadas, atascos monumentales en las grandes ciudades en la operación salida, los hoteles presumiendo del cien por cien de la ocupación y pensaremos que toda España está de vacaciones. O, por la parte que nos toca, que toda la Región de Murcia está de vacaciones. Será una impresión que nada tendrá que ver con la realidad.

Hay una región que estos días no estará en la playa, ni en las casas rurales ni en los apartamentos vacacionales de la ciudad. Estarán en sus casas, como el resto del año.

Un 44,4% de la población murciana, casi la mitad, no puede permitirse irse una semana de vacaciones al año. En cifras absolutas, hablamos de 674.208 personas. Si esas personas se fueran de vacaciones esta Semana Santa llenarían más de 31 veces todas las plazas hoteleras de la región. Muchas veces, lo que parece lleno está, en realidad, vacío.

No es un mal menor ni un dato banal. Cuando hablamos de las vacaciones, solemos emplear de forma frecuente el verbo “necesitar”. Necesito unas vacaciones, nos decimos en tono desesperado. Y, habitualmente, no estamos pensando en pasar esos días de descanso en casa viendo la tele o mirando el gotelé de la pared. Estamos pensando en bañarnos en el mar o salir a cenar fuera para dejar de cocinar por una temporada o hacer algunas rutas por senderos de montaña o leer los libros que llevamos atrasados con los pies metidos en una piscina o un río.

Los efectos positivos de las vacaciones son incuestionables. Disminuyen el nivel de estrés percibido, tienen un efecto protector ante la depresión, aumentan la creatividad y la concentración, mejoran la calidad del sueño y del sistema inmune… Para que todo eso suceda hace falta, primero, tener vacaciones y, segundo, poder disfrutarlas convenientemente. Algo que cientos de miles de murcianas y murcianos no se pueden permitir. Y después de un año entero sin poder cambiar de aires, viene otro año entero sin poder cambiar de aires y luego otro año más sin poder cambiar de aires y luego…

El dato de que un 44.4% de la población murciana no puede permitirse salir al menos una semana de vacaciones al año forma parte de lo que el Instituto Nacional de Estadística (asumiendo criterios de Eurostat) llama Carencia Material y Social Severa.

La Carencia Material y Social Severa estudia cómo la pobreza afecta al consumo a partir de 13 indicadores (7 a nivel de hogar y 6 a nivel personal). Además del dato de las vacaciones, podemos saber sobre otras privaciones que provoca la pobreza en la vida diaria, la de todos los días del calendario, sean festivos o laborables.

Un 43% no puede asumir gastos imprevistos; un gasto imprevisto puede ser una avería del coche, una muela picada, unas gafas rotas o un viaje del cole de la chiquilla que hay que pagar. Un 21,4% de nuestros vecinos y vecinas no pueden mantener su casa a la temperatura adecuada. Pasan frío en invierno y calor, mucho, en verano. Un 5,1% no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días (y a saber qué será de este indicador cuando sepamos el impacto de la subida de precios).

A nivel personal, un 11,7% no puede reunirse con amistades y/o familiares para comer o tomar algo al menos una vez al mes. Veremos las terrazas de los bares llenas (y ocupando todos los parques y aceras de nuestras ciudad) pero hay más de 150.000 personas a las que no veremos nunca en esas terrazas. De nuevo, lo que parece lleno está vacío. Un 16,1% no puede participar regularmente en actividades de ocio como practicar un deporte o ir al cine. Un porcentaje todavía mayor, un 19,1%, no puede gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismx cada semana, sea santa o no.

Desde la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en la Región de Murcia (EAPN-RM) entendemos la pobreza como un proceso no como un estado. En otras palabras, nadie es pobre sino que se ve en esa situación. Una situación de la que se puede salir y a la que se puede caer. Por eso defendemos la necesidad de poner en marcha políticas que saquen a la gente de la pobreza y les permitan acceder a los derechos que nos corresponden por igual. Pero mientras se vive en esa situación, se vive en esa situación todo el tiempo.

Quienes no se pueden ir de vacaciones lo tendrán más presente ahora en Semana Santa o en verano. Quienes no puedan calentar su casa, lo sufrirán más en invierno así como sufrirán el calor en verano. Pero la pobreza no es algo de quita y pon ni entiende de modas o temporadas.

Hay muchas cosas que nos hemos ido dejando en el camino de este artículo. Hemos dicho que 670.000 personas no pueden irse de vacaciones y que deben quedarse en casa pero no hemos hablado de las personas sin hogar ni de que los problemas de exclusión relacionadas con la vivienda afectan al 17,6% de la población regional. Hemos hablado del cansancio que nos lleva a necesitar vacaciones pero eso es algo que pasa por tener un trabajo que, al menos, dure el tiempo suficiente para que nos canse. La precariedad laboral es una de las razones que explican que 2 de cada 10 personas con trabajo sigan estando en pobreza. Si pasas mucho tiempo sin poder cambiar de aires, tu ambiente se enrarecerá y los problemas de salud mental podrán aparecer con más facilidad.

La pobreza es una realidad terrible y compleja que no deja nada sin remover. Por eso, a la hora de enfrentarla hay que actuar de forma integral. Desde EAPN Región de Murcia no nos cansamos de pedir el diseño y puesta en marcha de una estrategia regional de lucha contra la pobreza. Haremos porque este sea uno de los temas importantes en los debates que están por venir de aquí al 28 de mayo.

Estos días de fiesta y vacaciones, veremos las terrazas de los bares abarrotadas, atascos monumentales en las grandes ciudades en la operación salida, los hoteles presumiendo del cien por cien de la ocupación y pensaremos que toda España está de vacaciones. O, por la parte que nos toca, que toda la Región de Murcia está de vacaciones. Será una impresión que nada tendrá que ver con la realidad.

Hay una región que estos días no estará en la playa, ni en las casas rurales ni en los apartamentos vacacionales de la ciudad. Estarán en sus casas, como el resto del año.