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Privatizar el Sol con dinero de la UE

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Nuevo acto en la historia ruinosa del cantón medioambiental murciano. La relación entre expolio, privatizaciones, y desmantelamiento de las administraciones públicas -del estado- tiene una larga y bien documentada historia. Siempre, invariablemente, acaba mal. Cuanto más se adelgaza el estado más saquean los ricos, recursos, territorios, personas, y peor se distribuye la riqueza. Se crece menos y peor. Todas las economías exitosas tienen un estado proactivo, planificador e inversor. Es imprescindible para hacer que la economía funcione y lo haga con sentido. Es un motor insustituible, pues sin estado no hay mercado. Para los fans de la libertad: el estado es el único garante de la libertad de comercio, pues bajo las oligarquías económicas y su anarquía de la fuerza nunca hay tal libertad. 

El feudalismo económico, al que sirve a rajatabla el PP regional, aborrece que la gente disfrute de libertades económicas. Por ejemplo, la de producir libremente su propia energía. Recordemos que ya en 2015 la derecha, bajo mandato de los 'señores de la luz', reventó los primeros intentos de transición energética, liderados por las pymes, las cooperativas y el sentido común de los particulares, con aquel 'impuesto al Sol' pensado para paralizar el autoconsumo. Se impusieron muchas dificultades para legalizar instalaciones y se bloqueó la compensación por energía sobrante. 

Los oligarcas decidieron frenar todo progreso que no pudiesen capitalizar y arrebatar a la población. Solucionar el problema de la energía a través de su democratización era algo indigerible, y desde luego iniciar un camino de evolución económica, social, y hasta biopolítica, que no podían tolerar. Porque si la energía deja de ser cara y difícil de generar, ¿a quiénes iban a robar ellos?

Ahora, con el cambio de rumbo energético a nivel global, España -y singularmente una región como ésta- parece que va a ser la 'Arabía Saudí del Sol'. Fenomenal. Ahora sí están preparados los oligarcas para llevarse los fondos, después de sacar del mercado a todo el que libremente había decidido apostar por las renovables para su negocio. ¿Quién dijo libertad? Nada, modelo feudo-solar: monopolizar la producción y los permisos de conexión a la red, y administrar la escasez creada. 

El camino que hace tiempo se debió emprender en la Región es el de una administración proactiva, planificadora e inversora. El impuesto al Sol se eliminó en 2018, y ya llevamos años sabiendo de sobra que la reconversión viene. Pero, cuando no se quiere progreso, sino por ejemplo abrir las golas del Mar Menor o privatizar el Sol, lo que se hace con la administración correspondiente es desmantelarla, adelgazar al máximo su capacidad física de regular, actuar, o tener iniciativa económica. Medio Ambiente se ha dejado en mínimos. Ya en 2021 se despidieron 24 técnicas, para que no emitieran más informes sobre el Mar Menor. Después se ha acelerado su precarización, justo cuando más necesitamos una estructura de administración medioambiental fuerte y estable, para aprovechar con ambición de progreso la transición energética y económica. 

Estas técnicas, la mayoría mujeres, son las biólogas, medioambientalistas o ingenieras de montes que debían servir a una planificación exitosa, en vez de ser víctimas de techos de cristal, demasiado frecuentes en las diversas consejerías, o desprecio profesional y laboral. Han continuado los despidos, y para este mes de junio habrán prescindido del 25% de la plantilla técnica de tres direcciones generales. El plan parece ser que el personal concatene contratos basura 'por programas', que a menudo duran tan pocos meses que no dan ni para adaptarse al puesto. No falla, con esta gente 'feminización' laboral es igual a precarización. 

Todo esto ocurre a pesar de que son tareas de alto perfil técnico y de responsabilidad, ya que la planificación, el control y la inversión medioambiental son hoy un motor de desarrollo económico de primera magnitud, además de un mecanismo para proteger lo de todos. O así debería ser. En realidad, esta semana terminaba el plazo para autorizar expedientes y conceder dinero verde europeo a un sinfín de empresas, desde medianas a multinacionales, para que inunden el Campo de Cartagena con el nuevo mar de energía. Así que el plan ha sido que el personal técnico abandone toda tarea que no sean los estudios de impacto para las solares, para intentar que los inútiles que han quebrado la administración no pierdan más de 2.000 millones de euros por no tener estructura administrativa. Eso sí, las técnicas tienen que compaginarlo con tareas propias de puestos estructurales de Consejería, porque tampoco tienen personal para el funcionamiento ordinario. 

Toda esta inversión de la UE, que al fin y al cabo es 'los estados' invirtiendo y dirigiendo con sentido una eco-transformación compleja, precisa de personal especializado, de músculo e inteligencia. Si no se quiere perder el tren económico una vez más, lo primero es poner la maquinaria de gestión pública a punto. Pero no, te dan una millonada para desarrollar la economía y crear puestos de trabajo, y lo desperdicias porque tu dogma te impide fortalecer la administración. Desaprovechas la oportunidad porque odias a los funcionarios, y en tu delirio feudal solo sueñas con la ausencia del estado y la ley. Ese 'Nosotros no sembramos' de los piratas Greyjoy de Juego de Tronos es un lema que le va bien al PP regional. Los amos de viejas costumbres no administran, solo saquean. 

¿Qué se debería haber estado haciendo con el dinero de la UE? Lo primero, invertir en fortalecer, modernizar y preparar la administración para poder recibirlo, e invertirlo en la sociedad y el mercado maximizando el retorno. Lo segundo, planificar con inteligencia, aprovechando para democratizar, extender y repartir el desarrollo y los beneficios económicos. Se debía priorizar la integración fotovoltáica en edificios, polígonos industriales, pymes, cooperativas, y por supuesto explotaciones agrarias, ya que en el caso de la Región de Murcia los sistemas agrovoltáicos son la inversión exitosa más evidente, y la apuesta mejor para hacer partícipes a las personas del desarrollo económico de los territorios que habitan. Convertir a las personas y sus pequeños o medianos negocios en 'decididores' económicos libres es mucho más rentable que expulsarlos mediante la piratería industrial, máxime teniendo en cuenta que ahora 'sostenibilidad' y 'rentabilidad' son inseparables en la planificación económica y en la administración territorial de los recursos.

Pero nada de eso sucede en la Región, esta ultra autonomía al margen de toda ley. Ni siquiera contamos con personal para elaborar un buen plan regional de ordenación de instalaciones fotovoltáicas, que ya debería estar hace años atado a la Ley de Ordenación y Protección del Territorio de Murcia. Al final acabaremos siendo la Arabia del Sol, pero la gente y las pymes seguirán pagando un recibo de luz encarecido por los especuladores, mientras en otras partes de Europa el desarrollo económico verde se tenderá a democratizar y extender de manera eficiente a amplias capas de población. Lo otro, gobernar de manera ineficiente a golpe de intereses de oligarcas energéticos, es más propio de Putin que de una región de la Unión Europea.

Nuevo acto en la historia ruinosa del cantón medioambiental murciano. La relación entre expolio, privatizaciones, y desmantelamiento de las administraciones públicas -del estado- tiene una larga y bien documentada historia. Siempre, invariablemente, acaba mal. Cuanto más se adelgaza el estado más saquean los ricos, recursos, territorios, personas, y peor se distribuye la riqueza. Se crece menos y peor. Todas las economías exitosas tienen un estado proactivo, planificador e inversor. Es imprescindible para hacer que la economía funcione y lo haga con sentido. Es un motor insustituible, pues sin estado no hay mercado. Para los fans de la libertad: el estado es el único garante de la libertad de comercio, pues bajo las oligarquías económicas y su anarquía de la fuerza nunca hay tal libertad. 

El feudalismo económico, al que sirve a rajatabla el PP regional, aborrece que la gente disfrute de libertades económicas. Por ejemplo, la de producir libremente su propia energía. Recordemos que ya en 2015 la derecha, bajo mandato de los 'señores de la luz', reventó los primeros intentos de transición energética, liderados por las pymes, las cooperativas y el sentido común de los particulares, con aquel 'impuesto al Sol' pensado para paralizar el autoconsumo. Se impusieron muchas dificultades para legalizar instalaciones y se bloqueó la compensación por energía sobrante.