Es un lunes cualquiera de un mes cualquiera y Adrián se levanta temprano. Ha conseguido curro “de lo suyo”, lo han cogido de becario en una empresa. Tiene ganas de empezar a trabajar, de empezar a aprender. Tendrá un tutor que le enseñará a desenvolverse en el mundo laboral. Eso le han dicho en la Universidad, así que se viste rápido, se toma un café y se dirige contento a empezar esta nueva etapa.
En el autobús se encuentra a Salva, que también va a empezar a trabajar de becario. En el trayecto hablan de Mavi, es enfermera y aquí no encontraba nada. Ahora vive en Reino Unido, donde sí parecen tener trabajo para la juventud española. Comentan que últimamente ven a Mavi más triste cuando hablan con ella por Skype. Será porque no puede venir a celebrar la Navidad junto a su familia. Será porque Mavi no eligió irse de forma voluntaria, sino que se vio obligada a hacerlo. También hablan de Marcelo y de la fiesta sorpresa de despedida que le van a preparar. Marcelo es biólogo y quiere hacer investigación. Mientras que se dedica a soñar con probetas y laboratorios, trabaja de camarero tres días a la semana. Recibe 200 euros al mes por ese curro y, además, baja las cifras del paro. Ante este panorama Marcelo ha decidido hacer las maletas e irse, si su país no tiene un futuro para él, tendrá que salir fuera a buscarlo.
Adrián y Salva se bajan del autobús y se despiden. Ambos llegan a sus nuevos lugares de trabajo y conocen a sus tutores, quiénes les enseñan las funciones que van a tener. Están contentos porque van a trabajar “de lo suyo”. Los meses pasan, al igual que los años. Después del primer día nadie más se acercó a enseñarles nada. Los dos están haciendo el mismo trabajo que sus compañeros, asumiendo responsabilidades y cotizando. Son unos trabajadores más. La única diferencia es que ellos cobran 300 euros al mes y no tienen derecho a vacaciones ni a paro cuando esta aventura del “becariado” acabe. Pero sí que cotizan a la Seguridad Social y, por lo tanto, bajan el paro. ¿Qué pasará cuando se atrevan a protestar y a reclamar derechos laborales? ¿Serán contratados o decidirá la empresa contratar a otro becario en su lugar?
José Miguel ha quedado con Isa y Nerea para tomar unas cañas. Los tres están parados, algo nada inusual en este Región donde la tasa de paro joven se sitúa en el 49,2%. Isa ha tenido suerte, va a empezar a cuidar niños en un centro comercial unas 8 horitas a la semana. No está mal, porque no hay otra cosa. Mientras que hablan de esto, sonriendo resignados, aparece un político en la televisión del bar. “Está bajando el paro”, dice, “España se está recuperando” continúa, sacando pecho. Y sonríe, el político sonríe. Ahí es cuando José Miguel, Isa y Nerea dejan de sonreír. No sonreía Dani cuando se tuvo que ir a Latinoamérica, desconsolado, porque aquí no encontraba nada. Tampoco sonrieron Víctor y Eli cuando tuvieron que abandonar sus estudios porque ya no podían pagar las altas tasas universitarias. Tampoco sonreía Silvia cuando tuvo que retrasar estudiar su máster porque no había ayudas. Ahora también está por ahí, en algún lugar del mundo. Luchando para ahorrar, para tener la oportunidad de construir una vida digna.
La juventud hemos entendido, a golpe de realidad, que cada vez que un político dice que baja el paro, nos está mintiendo. Nos engañan porque no dicen que el paro baja porque los jóvenes nos estamos yendo fuera a construir ese futuro que aquí se nos niega. El paro baja porque trabajar 8 horas a la semana por 200 euros es “crear empleo” para ellos. El paro baja porque los becarios, esos que no tienen derechos laborales, también lo bajan. ¿Qué vida podemos construir nosotros con este panorama? ¿Cuándo nos podremos independizar? ¿Cuándo podrán volver todos esos amigos que se han ido?
Desde el Círculo Joven de Podemos Región de Murcia queremos aprovechar esta semana, cuando ya se ha celebrado el Día del Trabajador, para decir que no nos engañan y que sabemos perfectamente que Murcia #NoEsRegionParaJovenes. Hemos entendido que no debemos frustrarnos ni resignarnos, que debemos defender lo que nos pertenece, que es el derecho a tener un futuro. No queremos que vendan y mercantilicen nuestra educación, queremos que se invierta en ella, que se apueste por una educación pública que nos incluya a todos y no sólo a los que más tienen. Entendemos que invertir en educación es invertir en futuro. Tampoco queremos irnos, queremos construir nuestras vidas junto a los nuestros, donde elijamos hacerlo. Para ello, consideramos que nuestros políticos deben apostar por cambiar el modelo laboral que hoy día tenemos. Queremos elegir trabajar en el sector servicios, no que nos impongan hacerlo. No queremos, tampoco, que nuestras becas, nuestro futuro y nuestra dignidad se pierdan en aeropuertos vacíos o pelotazos urbanísticos. Queremos y demandamos una Región que mire al futuro y apueste por sus jóvenes, esos que sí creen que puede haber algo diferente a lo que tenemos. Queremos un futuro que nos incluya a todos y vamos a empezar a trabajar por él, ¿te unes?
Rosa Mª Egea. Portavoz del Círculo Joven de Podemos Región de Murcia. Este artículo recoge las voces y las experiencias de todos y todas las integrantes del círculo. Rosa Mª Egea. Portavoz del Círculo Joven de Podemos Región de Murcia. Este artículo recoge las voces y las experiencias de todos y todas las integrantes del círculo.
Es un lunes cualquiera de un mes cualquiera y Adrián se levanta temprano. Ha conseguido curro “de lo suyo”, lo han cogido de becario en una empresa. Tiene ganas de empezar a trabajar, de empezar a aprender. Tendrá un tutor que le enseñará a desenvolverse en el mundo laboral. Eso le han dicho en la Universidad, así que se viste rápido, se toma un café y se dirige contento a empezar esta nueva etapa.
En el autobús se encuentra a Salva, que también va a empezar a trabajar de becario. En el trayecto hablan de Mavi, es enfermera y aquí no encontraba nada. Ahora vive en Reino Unido, donde sí parecen tener trabajo para la juventud española. Comentan que últimamente ven a Mavi más triste cuando hablan con ella por Skype. Será porque no puede venir a celebrar la Navidad junto a su familia. Será porque Mavi no eligió irse de forma voluntaria, sino que se vio obligada a hacerlo. También hablan de Marcelo y de la fiesta sorpresa de despedida que le van a preparar. Marcelo es biólogo y quiere hacer investigación. Mientras que se dedica a soñar con probetas y laboratorios, trabaja de camarero tres días a la semana. Recibe 200 euros al mes por ese curro y, además, baja las cifras del paro. Ante este panorama Marcelo ha decidido hacer las maletas e irse, si su país no tiene un futuro para él, tendrá que salir fuera a buscarlo.