Para empezar, también, ¿qué es en esencia un sindicato? Trabajadoras y trabajadores organizados para mejorar sus condiciones laborales y defender sus derechos. El sindicato es la gente. Mira los rider, no han dejado de ser falsos autónomos por iniciativa de la empresa.
Me vienen a la cabeza algunas preguntas que nos hicimos en el Aula Abierta de AFEReM (Asociación Futuro de la Educación de la Región de Murcia). ¿Sirven las estructuras sindicales en un mundo de empleo precario e inestable? ¿Nuestro modelo sindical -el del estado español- es el más efectivo? ¿A qué se debe la desafección sindical? ¿La educación como negocio está desarmando de sentido el sindicalismo educativo? También se abrió el melón de la digitalización o se habló de la relación entre salud mental y condiciones de trabajo.
Agotamiento en el trabajo, sensación de cansancio, meses que se pasan como una sucesión de semanas frenéticas y fines de semana dedicados a la colada, la compra, la familia, alguna quedada y vuelta a empezar. Papeles y más papeles, que no se sabe muy bien para qué sirven, sin huecos para preparar clases o coordinarse con el resto del equipo, para ayudar a estudiantes con problemáticas que se escapan de nuestra capacidad; equipos de orientación incapaces de atender a todo el alumnado, por mucho que quieran, falta de apoyos de personal docente y no docente, y todo esto en modo borrador legislativo y con unas instrucciones de inicio de curso que dan para otro artículo.
En los colegios no hay ni un hueco libre, en los institutos prácticamente igual, tardes de reuniones presenciales u online, prepara las clases, fórmate. Hemos sido capaces de dar clases online durante un año, pero ahora tenemos que digitalizarnos, sube las cosas del Classroom. ¿Seguro que está bien eso de que Google tenga estos datos? ¿Está bien que la multinacional marque las dinámicas de trabajo y los métodos?
Crisis climática, inflación, una pandemia, la guerra en Ucrania, gente vomitando odio en la tele y en las pantallas. Nos repartimos entre la necesidad de disfrute y la sensación de impotencia. Deberíamos organizarnos. Si nos juntamos todos, conseguimos volver a la situación precrisis. Ya no puedo más. No me da la vida. ¿Y más allá de la educación? Bueno, más desolación. Precariedad y atomización de las vidas que importan, que son las de todos.
Se puede repensar si queremos un sindicalismo que se sustente solo sobre la afiliación, se puede repensar si habría que acercar el sindicato a los barrios, donde, quizá, una vecina que ha estado en el paro, de extra en la campaña de verano en un chiringuito, y de administrativa a tiempo parcial en el mismo año, sepa dónde acudir siempre. Se puede debatir sobre si es mejor profesionalizar el sindicalismo o trabajar desde el centro de trabajo, o las dos cosas.
Volvemos a la misma pregunta ¿para qué sirve un sindicato? Para que trabajadoras y trabajadores organizados…
Hace solo diez años la movilización ciudadana era tal que se hicieron las Leyes Mordaza para desactivarla. Que no se nos olvide que no hemos dejado de movilizarnos: Mareas, Marchas de la Dignidad, la PAH, 15M, Huelga Feminista, Soterramiento, Mar Menor, Regularización Ya.
Que no parezca que vamos de un tema a otro, es que todo está relacionado. Igual que un sindicato no puede ser apolítico, porque la política es la gestión de lo común, la gente defiende su trabajo y también lo público, lo colectivo. Lo que pasa es que nuestra Región es un poco particular. Murcia es de las pocas comunidades autónomas que no ha revertido recortes. Jugada maestra la del Partido Popular murciano que ha pasado, en quince años, de sostener la educación sobre los centros públicos a tener casi la mitad de centros educativos subvencionados, siendo especialmente golosa la porción de tarta de la Formación Profesional y la de la Educación Infantil de 0 a 3 años, quién lo iba a decir. Y qué decir tiene que Google y Microsoft se están frotando las manos con la digitalización forzosa. ¿Había ahí alguna puerta giratoria?
Empezamos con los Jueves Verdes a finales del curso pasado para empezar ya movilizados en este, ha sido el profesorado el que ha forzado a las organizaciones sindicales conservadoras a convocar movilizaciones por la recuperación de derechos. El objetivo: seguir escalando en la movilización, conseguir compromisos políticos, revertir los recortes, recuperar derechos y exigir mejoras laborales y educativas.
¿Para qué sirve un sindicato? Las trabajadoras y trabajadores organizados…
En unos años tendremos que cambiar muchas cosas, habrá menos niñas y niños y tendremos que dejar de lado el vehículo privado. ¿Vamos a permitir que sean las empresas privadas, que, no lo olvidemos, buscan la obtención del máximo beneficio, quienes gestionen lo común? Que cada colegio sea bueno, que se reduzca la ratio en vez de cerrar aulas, que podamos trabajar con tiempo y espacios de reunión y coordinación suficientes…
Esto no es una carta de deseos, para esto sirve un sindicato.