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¿Hacia una sociedad inclusiva?

Lejos quedaron aquellas épocas en las que se confirmaba la superioridad de la raza blanca con respecto a otras razas; o aquellos tiempos en los que, en algunos países, como Estados Unidos, se realizaban pruebas que demostraban que los afroamericanos y algunos otros inmigrantes eran inferiores intelectualmente a los blancos, justificando así las políticas racistas y segregacionistas. No tan lejos queda la declaración de un premio Nobel, el señor James Watson, que afirmaba en 2019 que, genéticamente, los negros son menos inteligentes que los blancos. Afirmación, por cierto, sin ningún fundamento científico.

Actualmente, estas afirmaciones o prácticas antidemocráticas y discriminatorias no tienen respaldo científico ni social, no obstante, las notas de las minorías étnicas siguen siendo bajas en comparación con las de sus compañeros autóctonos. Save The Children señala que los alumnos inmigrantes o de origen inmigrante tienen más probabilidad de repetir curso, denunciando que la segregación escolar sigue aumentando en muchos países, incluido España.

¿Por qué sucede esto? ¿Cuál es el motivo por el cual hay desigualdad en las notas en relación con las etnias o nacionalidades? ¿Por qué hay más abandono de la escuela entre los discentes inmigrantes que los autóctonos? Las respuestas a todas estas cuestiones pueden ser muchas y, a veces, complejas. Los estudios científicos en este ámbito arrojan conclusiones parecidas. En ese sentido, una de las respuestas es evidente: El nivel socioeconómico de los alumnos y alumnas es un elemento que influye, y de manera acusada, en los resultados académico de éstos. En otras palabras, los pobres siguen teniendo más probabilidades de fracaso académico y abandono escolar que los ricos.

 Por lo tanto, la clase social del niño o niña es importante para el desarrollo educativo del mismo. Un discente que tiene padres con un nivel educativo alto y que leen en casa, que crece rodeado de libros, que tiene referentes positivos dentro del entorno familiar, y que está bien alimentado, tendrá más probabilidades de éxito en el sistema educativo. No obstante, los alumnos que no tienen referencias familiares, y que viven en un hogar donde, en lugar de lectura hay conflictos y problemas económicos; donde en vez de estar preocupados por sacar la mejor nota de clase, la preocupación es saber si cenar o no por la noche, o si van a poder comprarse ese abrigo nuevo este año o seguirán poniéndose el que llevan usando durante los últimos seis, evidentemente, tienen menos probabilidades de tener éxito, aumentando, además, la probabilidad de abandono escolar.

Los últimos resultados PISA evidencian que España obtiene una puntuación por debajo de la media europea (481 puntos en matemáticas, 483 en ciencias), una puntuación similar a la de los estudiantes de Hungría y Lituania. Estos resultados PISA también evidencian que el estatus socioeconómico es muy relevante a la hora de tener en cuenta el rendimiento de los alumnos. Así pues, la segregación es una de las causas principales de los bajos resultados PISA. En ese sentido, Save The Children sostiene que “la mitad de los niños en España estudia en escuelas con alta concentración de alumnado en situación de vulnerabilidad”.

Es evidente que la inmigración existente tanto en España, como en el resto de Europa, es una inmigración mayoritariamente económica. Estamos hablando de personas que vienen en busca de oportunidades laborales, por lo tanto, suelen tener pocos recursos, y tienden a residir en zonas habitualmente marginadas. Este hecho, como se ha explicado anteriormente, es uno de los elementos que explica el bajo rendimiento de estos alumnos. Pero hay muchos otros, como por el ejemplo el no dominio de la lengua que se usa en la institución educativa, elementos culturales, de integración, etc.

 Para disminuir estas desigualdades que nacen y viven en nuestras sociedades, hace falta tener voluntad de mejorar el sistema educativo, llevando a cabo medidas eficaces a corto y a largo plazo. Estas medidas pasan necesariamente por garantizar la equidad, por instalar un enfoque intercultural en el que caben todas las culturas y todos los educandos, independientemente de su déficit intelectual, género, etnia, etc. En ese sentido, la inclusión educativa es un fin que debe ser perseguido para la mejora educativa de nuestros centros, sin embargo, es evidente que está lejos de conseguirse.

El Profesor de la Universidad de Murcia Andrés Escarbajal, un buen conocedor del ámbito de la inclusión educativa, afirma que “queda mucho camino por recorrer si de verdad queremos mejorar las bajas notas en PISA (por cierto, unas pruebas sin adaptaciones para determinados alumnos) y camino por recorrer para tener un sistema educativo inclusivo eficaz, pues tenemos que poner más medidas y programas de apoyo, apostar por las aulas ocupacionales, las aulas de acogida, contratar a más profesorado de compensatoria en secundaria, y no podemos tener un sistema donde a la FP Básica se entra por nota, así los más desfavorecidos se quedan fuera en muchas ocasiones”.

 En definitiva, si queremos que haya igualdad real, que nuestros niñas y niñas cuenten con las mismas oportunidades educativas, independientemente de su género, orígenes o clase social, al mismo tiempo que evitar más segregación, más absentismo, y bajas calificaciones, tenemos que seguir apostando por una sociedad y un sistema educativo inclusivo.

 

Lejos quedaron aquellas épocas en las que se confirmaba la superioridad de la raza blanca con respecto a otras razas; o aquellos tiempos en los que, en algunos países, como Estados Unidos, se realizaban pruebas que demostraban que los afroamericanos y algunos otros inmigrantes eran inferiores intelectualmente a los blancos, justificando así las políticas racistas y segregacionistas. No tan lejos queda la declaración de un premio Nobel, el señor James Watson, que afirmaba en 2019 que, genéticamente, los negros son menos inteligentes que los blancos. Afirmación, por cierto, sin ningún fundamento científico.

Actualmente, estas afirmaciones o prácticas antidemocráticas y discriminatorias no tienen respaldo científico ni social, no obstante, las notas de las minorías étnicas siguen siendo bajas en comparación con las de sus compañeros autóctonos. Save The Children señala que los alumnos inmigrantes o de origen inmigrante tienen más probabilidad de repetir curso, denunciando que la segregación escolar sigue aumentando en muchos países, incluido España.