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Tráfico y contaminación

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En las últimas tres décadas, el crecimiento del tráfico en las principales ciudades de la Región: Murcia, Cartagena, Lorca y Molina; ha sido casi exponencial. El caso más paradigmático es el de Murcia, donde este crecimiento ha supuesto congestión y atascos de tráfico en horas punta, un aumento de la contaminación atmosférica, el deterioro de la calidad del aire y afecciones de la salud pública

Uno de los principales contaminantes más relacionados con el tráfico es el dióxido de nitrógeno (NO2) que se da en grandes y medianas ciudades. Un reciente informe señala que la aglomeración de contaminación de NO2 en cuarenta ciudades supone el 30% de las 151 existentes en España, pero en ellas reside el 52% de la población. En dieciséis de los veinte municipios más poblados del país, alguna de las estaciones de medición supera los 20 microgramos por metro cúbico de media anual que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En la ciudad de Murcia hemos tenido dos meses consecutivos, enero y febrero, de contaminación por dióxido de nitrógeno. Se han producido 30 y 27 días en los que se ha superado diariamente el valor límite de 25 microgramos/metro cúbico, establecido por las directrices de la OMS, lo que evidencia el problema agravado de la contaminación asociada al tráfico rodado y sus derivadas de afecciones a la salud pública.

El Ayuntamiento de Murcia no se implica en el desarrollo de medidas de control del tráfico y disminución de la contaminación y, por el contrario, nos ofrece un programa megalómano de construcción de aparcamientos subterráneos en el casco urbano que, por su efecto llamada, producirá un aumento significativo de este tipo de contaminación para perjuicio del bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía.

El dióxido de nitrógeno (NO2) causa problemas en el sistema respiratorio y cardiovascular y está muy vinculado en las ciudades a las emisiones de vehículos diésel y de gasolina. Interviene en diversas reacciones químicas que tienen lugar en la atmósfera, dando lugar tanto a la producción de ozono troposférico como de partículas en suspensión menores de 2,5 micras (PM 2,5), las más dañinas para la salud.

Una investigación dirigida por Juan Antonio Ortega, jefe de la Unidad de Salud Medioambiental del Servicio de Pediatría del Hospital La Arrixaca, observó una asociación entre la media diaria de NO2 y el riesgo de ingresar por bronquiolitis. El estudio señala que la contaminación atmosférica urbana aumenta los ingresos hospitalarios en pediatría por patología aguda respiratoria, especialmente por crisis de asma y bronquiolitis.

La combustión de gasolina y diésel producen gran parte de la contaminación de partículas PM2.5 que se encuentran en el aire exterior, así como una proporción significativa de partículas PM10. Por su menor tamaño, las micropartículas PM2.5 penetran más profundamente en los pulmones y pueden llegar al torrente sanguíneo. Estas partículas, al ser tan pequeñas y de escaso peso, tienden a permanecer más tiempo en el aire que las partículas más pesadas.

Durante el período de primavera/verano en las ciudades de la Región se forma ozono troposférico (O3) a través de reacciones químicas entre contaminantes emitidos por vehículos, fábricas y otras fuentes industriales. Los hidrocarburos y los gases de óxido de nitrógeno reaccionan en presencia de la luz solar para formar ozono. El clima cálido, con radiación solar promueve la formación de este contaminante.

La definición de grupos vulnerables a la contaminación del tráfico es importante para la investigación y la toma de decisiones políticas sobre calidad del aire. Entre estos grupos se encuentran recién nacidos, niños pequeños, personas mayores, mujeres embarazadas y población con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y de otro tipo.

Necesitamos un giro radical de las instituciones municipales en el control del tráfico y sus emisiones. Este cambio pasa por la implantación de las zonas de bajas emisiones en el casco urbano, la mejora significativa del transporte público, el aumento de la peatonalización y sistemas integrados de carril bici.

Todo ello, en el contexto de planes de movilidad sostenible que definan nuestras ciudades como espacios urbanos para el bienestar de la ciudadanía.

En las últimas tres décadas, el crecimiento del tráfico en las principales ciudades de la Región: Murcia, Cartagena, Lorca y Molina; ha sido casi exponencial. El caso más paradigmático es el de Murcia, donde este crecimiento ha supuesto congestión y atascos de tráfico en horas punta, un aumento de la contaminación atmosférica, el deterioro de la calidad del aire y afecciones de la salud pública

Uno de los principales contaminantes más relacionados con el tráfico es el dióxido de nitrógeno (NO2) que se da en grandes y medianas ciudades. Un reciente informe señala que la aglomeración de contaminación de NO2 en cuarenta ciudades supone el 30% de las 151 existentes en España, pero en ellas reside el 52% de la población. En dieciséis de los veinte municipios más poblados del país, alguna de las estaciones de medición supera los 20 microgramos por metro cúbico de media anual que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).