La moción de censura ha terminado con Casado y Abascal tirándose de los pelos. A los mayores todo esto les habrá sonado a un tema de Pimpinela. A los jóvenes a una batalla de gallos entre Walls y Force. Se dicen de todo, pero en el fondo son muy colegas y sacan temas juntos.
No se dejen llevar por los fuegos artificiales. En la práctica Casado y Abascal solo se han repartido los papeles de poli bueno y poli malo con un objetivo, ensanchar el campo de la derecha. ¿Por qué disparar a tu enemigo desde una sola posición, pudiendo someterlo a un fuego cruzado desde dos flancos, por la derecha y desde el centro?
En Vox llevan dos años con la derechita cobarde y la veleta naranja, pero ahí siguen de comparsa. Esta semana Casado también ha querido participar con un papel en esta burda comedia. ¿Qué va a suponer eso en la Región de Murcia? ¿Se nos viene encima una guerra civil entre fachas? ¿Peligra el gobierno de López Miras?
De ninguna manera. No va a pasar nada. Algún paripé, un par de escenitas, pero al final todos pasan por el mismo aro. Vox seguirá siendo ese perro faldero. No del PP, que esto va mucho más allá de eso. Azules, naranjas y verdes mean en la misma farola y cazan para el mismo amo. A las pruebas me remito.
21 de abril. PP, Ciudadanos y Vox aprueban juntos los presupuestos de 2020, negociados en enero y sin un euro más para sanidad y los sectores afectados por el Covid-19. Vox vende barato su apoyo y cambian sus votos por un pin, el parental.
6 de mayo. PP, Ciudadanos y Vox votan juntos a favor de modificar la legislación urbanística para favorecer los pelotazos.
9 de julio. PP, Ciudadanos y Vox votan juntos a favor de las rebajas fiscales y exenciones al juego.
29 de julio. PP, Ciudadanos y Vox votan juntos para permitir a las empresas emitir un 30% más de vertidos y emisiones sin evaluación ambiental.
Bonificaciones al juego y alfombra roja a los señores de la construcción y la agroindustria. A esto se han dedicado las derechas en plena pandemia. Casinos, peones y jornaleros y, si puede ser, quitar todos los impuestos y reducir a la mínima expresión todo lo que huela a público. Ese es el proyecto para esta Región que tienen nuestras élites, un puñado de señores que caben en un ascensor y que son los que verdaderamente mandan, sin tener que presentarse a las elecciones.
Lo reconocía el propio portavoz de Vox, Juan José Liarte, en el debate para convalidar el decreto que permite más vertidos y emisiones. “Todos hemos recibido presiones por parte de sectores de la economía murciana”. Es la correa estranguladora del amo.
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