La derecha siempre gana, siempre consigue (con el abrumador apoyo de su prensa) llevar el debate a un terreno delirante, completamente alejado de la realidad, en el cual el honrado ciudadano 'como Dios manda' se ve atacado, sometido, casi humillado, por una insaciable fuerza represora izquierdista y radical. Y claro, lo que piden a ese ciudadano es una actitud bélica, heroica, pues está en peligro la supervivencia del Mundo Tal y Como lo Conocemos.
El último ejemplo lo estamos viviendo, ahora mismo, en directo, con el 'pin parental' (o la 'objeción de conciencia educativa') que Vox, PP y Ciudadanos han pactado implantar en Murcia (y pronto en Madrid y Andalucía).
Imaginen a alguien que viene de fuera, que no conoce España, ni su sistema educativo, y que entrara ahora mismo en Twitter o leyera la prensa española. Y no me refiero solamente a tuits de esa gente anónima llena de odio y de insultos, a ese ejército insomne e incesante. Imaginen que ese amigo extranjero leyera un tuit de, por ejemplo, Pablo Casado, el líder del principal partido de la oposición; este tuit, por ejemplo:
¿Qué pensaría cualquier persona que leyera esto?
Efectivamente: que el Gobierno (radical y sectario) se acaba de inventar una nueva ley peligrosísima para la educación de nuestros niños, que están amenazados, peor: están al borde de ser enajenados, convertidos en Dios sabe qué. Te necesitan, necesitan tu odio heroico contra esa nueva ley inimaginable y nunca vista que....
Vale, ya se está viendo el truco, ¿no? Claro. No existe esa nueva ley. Es decir, sí existe, pero al revés. La ha propuesto Vox, y la ha pactado con PP y Ciudadanos. Ellos la llaman 'pin parental', aunque básicamente es una objeción de conciencia educativa: es decir, no quieren que sus hijos reciban educación sexual, ni charlas sobre feminismo, violencia de género, diversidad sexual, o inmigración. Es decir, quieren conservar a sus hijos tan machistas, racistas y homófobos como lo son ellos, sus padres.
Entonces, si la ley radical, si la novedad en un status quo educativo asentado desde hace años la han propuesto ellos, ¿por qué Casado ha escrito eso? ¿Por qué el mensaje en las redes de toda la derecha es 'hay que parar esta nueva locura de la izquierda contra nuestros hijo'?
La derecha siempre gana, siempre lleva el debate a esa posición en que ellos son unas víctimas asediadas. Y lo primero para conseguir eso es mentir descaradamente. Casado sabe. Arrimadas y Abascal saben que ese “adoctrinamiento” del que hablan está en la LOMCE. Casado sabe, esto es lo más grave (porque Abascal siempre puede pensar que el PP es la “derechita cobarde”), que el 'pin parental' va en realidad en contra de artículos del Real Decreto que su gobierno (el de Rajoy, el de Wert) impuso y que está aún vigente.
Fue el gobierno del PP el que escribió estos objetivos de la ESO y Bachillerato (RD 1105/2014): “Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre personas y grupos, ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos y la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, como valores comunes de una sociedad plural…”.
Radicales palabras, sin duda, adoctrinadoras, propias de una izquierda salvaje y desmelenada. Pero no, las firmó Wert. O este otro objetivo: “Valorar y respetar la diferencia de sexos y la igualdad de derechos y oportunidades entre ellos. Rechazar la discriminación de las personas por razón de sexo o por cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Rechazar los estereotipos que supongan discriminación entre hombres y mujeres, así como cualquier manifestación de violencia contra la mujer”. Este objetivo que todo centro educativo debe perseguir a través de distintas vías no lo escribió una asamblea feminista radical: está firmado por Wert, y por Rajoy.
La propuesta de objeción de conciencia contra estos objetivos (del PP, insisto) no puede legalmente salir adelante. Una norma de la Comunidad de Murcia no puede contradecir una norma superior de obligado cumplimiento como es un Real Decreto. Además, ya el Tribunal Supremo falló en su momento en contra de la 'objeción de conciencia' que el PP impulsó en su momento (sí, no hacía falta Vox para hablar de racismo y homofobia en España) contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Saben que es ilegal, pero no importa, ya han ganado. El PSOE y Podemos se han encontrado, de repente, defendiéndose de algo que no ha sucedido: ellos no han propuesto ningún cambio en esos objetivos educativos que están en la LOMCE. Ha sido la coalición Vox, Ciudadanos y PP quien ha propuesto acabar con esos objetivos en las CCAA donde gobiernan.
Y han conseguido que su radical giro hacia la institucionalización del machismo, del racismo y de la homofobia parezca una heroica defensa del ciudadano de a pie, “normal y corriente”, frente a un ataque de la izquierda más radical. Y, de paso, se insulta a los profesores, que nunca viene mal, que es ya una tradición del PP, ¿verdad, Esperanza Aguirre?