La ciudad de Murcia contaba en el año 1900 con 111.000 habitantes. Cartagena tenía entonces 100.000. Eran la sexta y la séptima ciudades de España en población. Ciudades igualmente pujantes, semejantes en tamaño, que caminaban en paralelo. Pero a lo largo del siglo XX, y ello por muchos motivos, Murcia se fue despegando paulatinamente y Cartagena, a pesar de su pujanza portuaria e industrial, se fue quedando atrás. En 2023 la capital de la Región ha alcanzado los 469.000 y es la séptima ciudad de España en número de habitantes, mientras que la segunda ciudad de la Región tiene 218.000. Hoy la una es el doble de la otra. Y Cartagena ha caído en el ranking de las ciudades más pobladas de España hasta ser la 24ª. Hemos perdido muchísimo peso específico en los últimos 125 años, crisis tras crisis, decisión política centralista tras decisión política centralista.
¿Y qué tiene que ver eso con el título de la columna de hoy? Bueno: la Región de Murcia está en el proceso de impulsar sendas Zonas de Actividades Logísticas en ambas ciudades. Las ZAL son importantes porque concentran en una determinada área geográfica todas las actividades relativas a los procesos logísticos tanto para el mercado doméstico como para el comercio internacional. Aquí en nuestra Región tenemos en marcha esas dos: la de Murcia y la de Cartagena.
La de Cartagena está llamada a ser un nodo logístico internacional por la interconexión con el Puerto, con una intermodalidad –puerto, ferrocarril, autovías- que la hace potencialmente muy competitiva y rentable. Uno de los activos más importantes para que la ciudad crezca y vuelva a tener el músculo perdido es el desarrollo de la ZAL de Los Camachos, lo que generaría flujos económicos y poblacionales enormemente positivos.
Y hace poco la Comunidad Autónoma ha dotado con 24.3 millones de euros para el desarrollo de la ZAL de Murcia (que no tiene puerto) y con solo 1.7 a la ZAL de Cartagena, con sus dos dársenas portuarias. Se trata de una diferencia escandalosa. En pocos años la ZAL de Murcia será una realidad palpable, mientras que la ZAL de Cartagena se sigue desarrollando con mucha lentitud, entre otros motivos por la falta de apoyo decidido por el Gobierno regional.
Ve uno las fotos aéreas de la ZAL de Los Camachos en Cartagena y la imagen es la misma que hace cinco o diez años: unas parcelas vacías, unos polígonos sin actividad, unos viales y carreteras sin tránsito alguno, apenas alguna nave construida. ¿Cuál es la conclusión que saca cualquier cartagenero que ve estas imágenes y lee estas noticias? Pues que nuestra ciudad es, una vez más, discriminada en las preferencias del Gobierno de Murcia.
Y este tipo de decisiones políticas y administrativas no contribuyen a la reducción de la brecha entre las dos ciudades, sino, precisamente, a su ampliación. Y no es la primera ni será la última ocasión en la que esto sucede: seguimos sin saber por qué hay tantos y tantos retrasos en el desarrollo de las comunicaciones ferroviarias con Cartagena, por qué todo parece diseñado para que se produzca el despegue y el arranque de la ciudad de Murcia y al mismo tiempo se consagre el retraso atávico de la ciudad de Cartagena. Eso es política regional, eso se decide en la Comunidad Autónoma y estas medidas solo contribuyen a aumentar la discriminación que sienten muchos cartageneros por parte de sus (cada vez más lejanas) autoridades autonómicas. Y a explicarnos por qué si las dos ciudades eran iguales antes, ahora la una es la mitad de la otra, y no por casualidad.
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