La posible visita del expresidente socialista Zapatero a la UCAM, de la mano del ex secretario general de UGT y ex secretario de la Agrupación Socialista de Algezares, Víctor Meseguer, está causando algo más que regomeyo en las filas socialdemócratas de arriba abajo.
Define el Drae “regomeyo”:
1. m. And. y Mur. Malestar físico que no llega a ser verdadero dolor.
2. m. And. y Mur. Disgusto que no se revela al exterior.
Cosa de gran enjundia sería dilucidar cuál de las dos acepciones es la que más se acomoda al caso. Personalmente, me inclinaría por la segunda, oídas las sensaciones que provoca lo de ZP en la dirigencia socialista regional, que se ha puesto de perfil decididamente, desvinculándose del acto auspiciado por el pseudocátedro exsindicalista en la sacrosanta UCAM.
ZP se mete en la boca del lobo: justo en esas fauces que dieron de dentelladas a todas y cada una de sus políticas sociales y progresistas de presidente del Gobierno, como prolijamente explicó aquí mismo José Ángel López Jiménez.
Ya que las políticas sociales que instauró siguen vigentes, ZP asumirá solo ante el peligro el riesgo de que ciertos capitostes católicos le organicen otra como aquella que montaron en 2004 para protestar por los “ataques y leyes aberrantes del Gobierno contra los católicos”, en palabras del propio cardenal Mendoza. Aquel aquelarre papista fue apoyado fervientemente por la CONCAPA, la cosa de los padres de centros educativos privados y concertados. Tela marinera.
Imaginemos por un momento a ZP dando su conferencia junto al exjefe ugetista Meseguer––a quien la devoción le debe venir por la proximidad de su pueblo al santuario del monte, imagino–– mientras vocingleros cristeros se manifiestan a las puertas del recinto. Hay que suponer que el cardenal, sentado a la diestra del expresidente, dará instrucciones para que los mismos seguratas que expulsan a sindicalistas de Ce-cé-o-o de los aledaños del recinto ucamita impidan que la masa estentórea penetre y distorsione el acto.
Hay quien asegura que la única reacción de la ejecutiva socialista al anuncio de semejante evento ha sido la de mover los hilos para que, aprovechando su discutida visita a Murcia, ZP participe en la universidad pública UMU en la presentación de un libro de Antonio Martínez Ovejero, para equilibrar. Cuestión de imagen. O paripé.
En el entorno de los prebostes del PSRM insisten en que están de perfil y así van a seguir porque lo del expresidente y Mendoza es un súbito amor no oficial, que pertenece a la vida y actividades privadas de cada uno, como si estuviéramos en Francia, y, consecuentemente, seguirán haciendo el egipcio.
Oficiosamente, se mantiene la especie de que sigue sin confirmar que la egregia visita a la UCAM se vaya a producir a ciencia cierta el próximo día 18. Mientras, la rumorología se dispara.
También hay quien hace analogía con qué ocurriría si el expresidente Aznar, ahora que vuelve a tener mando subrepticio en plaza, viniera a dar una charla, que podría ser en inglés texano, en el Ateneo Republicano. Se da por hecho que la dirección regional del PP le organizaría inmediatamente una presentación en la sede del Cabildo de Cofradías de un libro escrito por el ilustrado presidente de la Autoridad Portuaria y prologado por aquel padre de la patria, tal como hará ZP con el de Martínez Ovejero. Si finalmente viene…
Porque militantes socialdemócratas de izquierda ––aunque parezca un oxímoron–– se han movido y siguen moviéndose para que tal cosa no se produzca. Se han dirigido por carta y verbalmente a la dirección regional del partido y alguno incluso ha osado elevar su voz hasta Ferraz. Se desconoce el resultado.
De momento, lo único tangible es que el candidato del PSOE a alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, no será presentado como tal aprovechando que viene, si viene, Zapatero. No se habla de suspensión en la dirección socialdemócrata, a pesar de que fue anunciada, sino de que se busca una fecha más adecuada. Buenas perspectivas, pues.