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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El expresidente de Murcia: “¿Crítica interna en el PP? Perdone que me dé la risa”

El expresidente de la Región de Murcia Alberto Garre (Torre Pacheco, 1952), volvió a ser noticia este viernes tras conocerse que ha solicitado la baja como militante del PP en una dura carta dirigida al presidente del partido, Mariano Rajoy, en la que le acusa de “inacción ante la corrupción”.

Garre, que ya había pedido públicamente la dimisión de su sucesor en el Gobierno regional, Pedro Antonio Sánchez, imputado en el caso Auditorio, acusa al PP de “despreciar la ejemplaridad exigible a los políticos, que, según dice, defendieron durante muchos años”.

En la carta a Mariano Rajoy en la que ha pedido la baja de afiliación del PP, critica su “inacción ante la corrupción”.

No critico, digo que no está ejerciendo su autoridad en este asunto. Ya he dicho más de una vez que la corrupción se combate de dos formas: aplicando generosidad por parte de las personas investigadas o aplicando autoridad en la jerarquía superior del partido. En Murcia, el presidente de la comunidad autónoma no ha aplicado la generosidad ante las investigaciones que se llevan a cabo. Ni el presidente del país, Rajoy, ha aplicado autoridad para hacer posible que el partido del PP siga gobernando esta región tras haber ganado estas elecciones, pero con otro candidato. Creo que ambos han ofrecido cicatería. No ha habido ni generosidad ni autoridad.

¿Por qué cree que Pedro Antonio Sánchez sigue aferrándose a su puesto?

No lo sé porque la experiencia electoral señala que nos está perjudicando sobremanera. Esto ya lo dije. A raíz de que empezaran a salir los informes en el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que apuntaban que uno de los grandes problemas de los ciudadanos es la corrupción, deberíamos haber adoptado un giro. Lo llevo diciendo desde hace muchísimo tiempo en los órganos internos del partido y en la convención de Cáceres se lo dije a Rajoy y al resto de los presidentes autonómicos. No se me hizo caso.

Como en las elecciones nacionales la corrupción no pasó factura...

Bueno, bueno, bueno, le pasó 3,5 millones de votantes de factura. Yo creo que eso es una buena factura y no le ha seguido pasando más porque probablemente la población entiende que hay una izquierda absolutamente desnortada que sería todavía peor. Pero es que en esta región afectó más aún: aquí perdimos 147.000 votos y once diputados.

Lo curioso de todo esto es que ni en el congreso nacional de Madrid ni en el congreso regional celebrado la semana pasada aquí en Murcia ningún dirigente político explicó por qué se han perdido 45 diputados del Congreso de los Diputados y once diputados en la Asamblea Regional de Murcia. Es como si no hubiera pasado nada. Y sí está pasando, lo que está pasando es que hay desafección hacia los políticos y especialmente hacia el Partido Popular.

¿Cree que la imagen del PP se está viendo perjudicada?

Creo que está muy perjudicada. Se debería haber hecho algo y no se ha tomado ninguna medida. Cuando antes veíamos que había una simple imputación, se apartaba a los políticos del cargo, nos vamos ahora, dicen, al proceso oral. Yo soy abogado de profesión: si del proceso oral a la sentencia van cuatro días, pues ya de paso esperamos a la sentencia firme y se toma la determinación. Y mientras tanto, si el proceso dura cuatro meses, cuatro años o catorce, la población está tensa porque no sabe quién le está dirigiendo ni qué capacidad de gestión ni qué fuerza moral tienen para seguir dirigiendo. Y esto es lo que hay que evitar.

En la región la crisis política se está prolongando mucho.

Sí, estamos asistiendo a la mayor crisis de Gobierno de esta comunidad. ¿No hay nadie en este partido que sepa distinguir la responsabilidad política y la responsabilidad penal? ¿No hay nadie que acierte a comprender que lo mejor es quedarse en su casa a esperar con su conciencia tranquila una sentencia que lo absuelva o le condene? Y mientras tanto, la población, la sociedad, pendiente de lo que haga una persona. ¿Pero es que Murcia va a depender de una única persona o es que España es Mariano Rajoy?

Y mientras tanto, incertidumbre.

No se puede seguir así. Y luego vemos cuatro grupos parlamentarios en nuestra Asamblea Regional que, perdóname la expresión, pero parece un gallinero con pollos sin cabeza. Aquí las lealtades políticas hasta hace bien poco se podían modificar de un mes a otro o se rectificaban los unos a los otros. Ahora ya se rectifican cada hora. Cada hora dicen: “ahora presento la moción de censura”, “ahora no la presento”, “ahora de esta manera”, “ahora de la otra”.

¿Qué opinión tiene de la moción de censura que ha presentado este viernes el PSOE?

La moción de censura no tiene por qué ser única y exclusivamente para cambiar al presidente de Gobierno. La moción de censura tiene la finalidad, eso es verdad, de proponer un candidato alternativo que pueda ser elegido por las Cortes, pero también ejerce la máxima función de control al Gobierno y a su presidente. Creo que la sociedad está necesitada de saber qué es lo que está pasando. Por lo pronto, esa moción de censura yo no tengo motivo para criticarla por sí misma. Pero otra cosa es que prospere, que no va a prosperar. Otra cosa es que metan en un lío a Ciudadanos, que parece ser que lo va a meter.

¿Cree que el PP a última hora va a presentar a otro candidato?

Yo creo que sería una magnífica salida. Lo podían haber hecho ya hace tiempo. Y por qué no ha sido así habría que preguntárselo a los dos autores de este galimatías: a los dos presidentes, al de aquí y al de allí.

Y quizá también a los propios integrantes del Partido Popular que debían ser más críticos con sus compañeros.

¿Habla usted de crítica interna en el PP? [Risas] Perdone que me dé la risa porque aquí, si alguien dice algo, tiene asegurado que no va a salir en la foto. Pero fíjese, que el único que se ha escapado a eso he sido yo y puedo decirlo porque tengo pruebas. Voté en septiembre de 2008 contra la disciplina del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados una iniciativa que era el proyecto de reforma del estatuto de Castilla-La Mancha, que, entre otras cosas, ponía fin al proyecto del trasvase Tajo-Segura. Rompí la disciplina y me di por finiquitado políticamente.

O sea que a estos que dicen ahora que yo estoy diciendo lo que digo porque estoy cabreado les digo: mire usted, cuando estaba legítimamente sentado en el Congreso de los Diputados hice exactamente igual que hoy, rebelarme contra algo que era inconstitucional, insolidario y muy perjudicial para la Región de Murcia. Y digo que eso no es una crítica, eso es un hecho. Y digo que se puede hacer porque después de aquello fui apartado durante tres años del comité ejecutivo regional. La votación se produjo un martes y me quitaron del comité ejecutivo ese mismo sábado en el congreso del partido.

Fue una reacción muy estricta.

Si fuesen igual de estrictos con el cumplimiento del programa electoral, no tendrían esos problemas. Siempre digo que la verdad nos hace fuertes. Y cuando se va con la Constitución y el programa electoral en la mano, te podrán hacer la puñeta, pero después de haberme echado del comité ejecutivo he llegado a ser presidente de la comunidad autónoma. Hay que defender la Constitución, nuestro programa y el estatuto de autonomía porque estamos en un Estado democrático de derecho y con la ley en la mano en democracia se va a todos sitios.

En los partidos políticos hay una falta de democracia interna y en el momento en que han comenzado a ponerla en práctica han tenido muchos problemas.

Le puedo decir de uno al que laminaron completamente en la primavera de 2015 y le puedo decir que a mí no me ha llamado ni uno solo de los compañeros ni para preguntar por la salud después de tantos años en este partido. No sé si se les ha comido la lengua el gato. Eso no obedece a una situación subjetiva de un personaje porque son muchos personajes. Eso obedece a otra cosa: instrucciones de la partitocracia. Esto funciona de esa manera y una de dos: o nos lanzamos a criticar eso aunque sea la mayoría silenciosa o lo que peligra ya no es el partido o el diputado, sino el sistema democrático. Y eso está por encima de todo lo demás.

La unión que demuestra el PP puede ser beneficiosa a corto plazo, pero cerrar filas en casos de imputados tal vez no lo es tanto en el medio plazo.

La disciplina es para el Ejército, lo que debe de operar en política es la lealtad. Y la lealtad en un doble sentido: a los principios constitucionales y el programa electoral por encima de todo y luego también la lealtad a los cargos orgánicos. Pero esa lealtad funciona lo mismo de abajo arriba, que debiera funcionar de arriba abajo. Porque sin ese sentido no hay lealtad, eso se llama servilismo.

¿Cómo ve el panorama político en la región tras la moción de censura?

El que ve todo el mundo, e incluso si ahora miramos al cielo, se está poniendo nublado otra vez. El panorama político está un día a 12 grados y al día siguiente a 30... pues igual que la climatología está funcionando la política.

¿Ha pensado en volver a la política?

De momento voy a descansar, me he quedado felizmente liberado y prefiero descansar. Y después ya veremos. Poco caso me han hecho.

Su visión crítica no ha encontrado espacio en el partido.

Yo creo que no. Vamos a la fosilización de las ideas regeneracionistas que hacen mucha falta a todos los partidos. En todos los partidos se ha pasado del dicho aquel de 'todo el que meta la mano se le corta' a decir 'a los tuyos con razón o sin razón'. Estamos en una partitocracia que no nos lleva a buen puerto democrático.

Hace falta regeneración. Quienes mejor conocemos a las personas de los partidos es quienes hemos estado dentro. ¿Por qué no se aparta a los garbanzos negros? Hace falta gente honesta y con vocación política, que no haga de la política una profesión. Y mire que esto se lo dice una persona que ha estado 30 años en política, pero yo no he dejado nunca de ser abogado y de tener mi despacho abierto.

Me subí por primera vez a un coche oficial el 10 de abril de 2014 cuando juré el cargo como presidente y me trajeron desde San Esteban a casa y me decían que era por medidas de seguridad. Mientras que hay nenes que con poquitos años -23 ó 24- se subieron a un coche oficial, les pusieron un chupete y siguen ahí subidos. No saben lo que es pegar palo al agua. A esas cosas se acostumbra la gente mucho. Y además, como nunca han hecho otra cosa, piensan que eso es así y tiene que seguir siendo así.

¿Qué solución le ve a eso?

Hacer un Estatuto del diputado, una ley de la función pública pero más incardinada dentro de los grupos parlamentarios. No se puede llevar a un Parlamento a cualquiera. Todo el mundo tiene derecho, pero sobre todo los que tienen derecho son los representados y no quienes no saben ganarse la vida fuera de la política.

¿Qué espera que suceda el lunes, fecha en la que concluye el ultimátum de Ciudadanos a Pedro Antonio Sánchez?

Espero que recobren el sentido común todos los grupos parlamentarios, que recobren la altura de miras. Y al mismo tiempo, que bajen a pie de calle y hablen con la gente y vean el enfado que tienen y las ganas de que se pongan de acuerdo. Lo importante no son Pedro Antonio ni González Tovar (PSOE) ni Urralburu (Podemos) ni Miguel Sánchez (Ciudadanos), lo importante es que haya un Gobierno que funcione bien y que se gane la confianza. Y hoy está difícil porque se han prometido muchas cosas que luego no se han cumplido.

De hecho, se ha incumplido el punto del acuerdo de gobierno con Ciudadanos que hablaba de dimisiones en caso de imputación.

Sí, y eso no tiene defensa posible. Si a uno lo acusan de un delito, se puede defender empezando por la presunción de inocencia; pero si a uno le acusan de haber incumplido la palabra de forma verbal, por escrito y en votaciones hasta en tres ocasiones... pues eso no tiene presunción de inocencia posible.