Miguel Sánchez mantuvo este miércoles un encuentro con miembros de la Asociación de Vecinos de Ronda Sur y de la Plataforma Pro Soterramiento, encabezados por sus presidentes, Domingo Centenero y Joaquín Contreras respectivamente, para cambiar impresiones sobre el soterramiento del AVE a su paso por la ciudad de Murcia. Según Sánchez, “hubiera sido más sensato realizar la variante de Camarillas, pero ahora el AVE ya está en las puertas de Murcia”, y por ese motivo cree que se debe “poner en valor las infraestructuras ya construidas”.
Contreras y Centenero han tenido la oportunidad de expresar directamente al candidato de Ciudadanos su hartazgo e indignación por las “promesas incumplidas” por el Gobierno regional, después del compromiso adoptado por todas las administraciones y los vecinos en 2006, según el cual el AVE llegaría a la ciudad soterrado, y sobre todo tras más de 20 años de protesta para lograr el soterramiento del ferrocarril en Murcia y la integración de los barrios del sur.
Algunos de los presentes, según ha informado C's en un comunicado, han confesado “sentirse traicionados”, porque un día los gobernantes se pusieron del lado de los vecinos “para hacerse la foto”, cuando en realidad “el día anterior habían firmado lo contrario”. Además, el proyecto presentado como alternativa por parte del Partido Popular, en el que se presenta un soterramiento del AVE por fases, ha sido calificado por los vecinos como “una trampa”. “Jamás se llevará a cabo”, expresaron Contreras y Centenero a Miguel Sánchez.
El candidato de Ciudadanos a la Presidencia de la Región de Murcia ha asegurado que “el soterramiento del AVE es irrenunciable”, y en cualquier caso, ha rechazado que el AVE “llegue en superficie” y también la posibilidad de que el soterramiento se haga por fases.
Tanto el representante del partido de Albert Rivera como los vecinos han compartido su preocupación al respecto de que no se lleve a cabo el soterramiento integral en Murcia, ya no sólo por el hecho de que se profundizaría en la herida que divide y separa a los barrios del sur del resto de la ciudad, y por el previsible aumento de la degradación de ese área, sino también “por el paso de trenes con mercancías peligrosas” por un importante núcleo de población.