Núñez Seixas, Xosé Manoel (2005). «Los vencedores vencidos: la peculiar memoria de la División Azul, 1945-2005»
Cervera, Javier (2006), Madrid en guerra. La ciudad clandestina, 1936-1939, segunda edición, Madrid: Alianza Editorial.
El 15 de abril de 2016 el pleno municipal de Cehegín (Murcia) aprobó una moción de reconocimiento y homenaje a sus doce vecinos deportados a campos de concentración nazis. La iniciativa contó con el respaldo de todos los grupos salvo el Partido Popular. Su portavoz, Mª Dolores Carrasco lamentó que se planteara esta propuesta aludiendo a que se “debería homenajear también a los ”miembros de la División Azul, a las víctimas de ‘la matanza de Paracuellos’ o a los asesinados por ETA“ (minuto 3:14).
El texto que recogía la petición de reconocimiento y homenaje a las víctimas del nazismo formaba parte de una investigación del historiador Víctor Peñalver, que mediante esta acción buscaba “sacar del olvido a doce vecinos cehegineros que defendieron la democracia y la libertad en España y en Europa”.
En este sentido, el historiador quería con su investigación que el propio pueblo conociera sus nombres, “han pasado más de 70 años para que estos vecinos tengan un mínimo reconocimiento institucional”. Los supervivientes españoles de los campos nazis no pudieron regresar a España tras su liberación por “temor a ser perseguidos por la dictadura franquista”, sostiene Víctor Peñalver.
La División Azul surgió como fuerza de combate, integrada por voluntarios del Bando Nacional y Falange, de la mano del Ministro de Asuntos Exteriores franquista Ramón Serrano Súñer para combatir a los soviéticos, en conflicto con la Alemania Nazi. Además, su creación supuso saldar una deuda pendiente con el III Reich, que participó en la sublevación miltar de Francisco Franco con la Legión Cóndor, y ayudó a consolidar una dictadura de más de 40 años.
Asimismo, pese a la larga historia de terrorismo de la banda ETA, no se encuentran entre las víctimas a ningún conciudadano ceheginero. No por ello se opusieron a homenajear la muerte de Miguel Ángel Blanco a manos del grupo terrorista desde el Ayuntamiento de la ciudad.
Por otra parte, las llamadas matanzas de Paracuellos llevaron a la muerte a algo más de dos mil prisioneros considerados opuestos al bando republicano. Este acontecimiento fue considerado uno de los que mayor dimensión tuvo lugar en la retaguardia de la zona republicana, caracterizándose por la discrepancia y controversia que la envolvió, especialmente en torno a la figura de Santiago Carrillo. Con todo, y a día de hoy, no hay datos oficiales de ciudadanos de Cehegín entre sus víctimas.
No obstante, la agrupación popular, que gobernaba en 2005, permitió el homenaje al sacerdote ceheginero, Esteban Zarco Moya, asesinado en Orihuela en plena Guerra Civil (1936) por no renunciar a su fe. Sus restos fueron trasladados a la Iglesia Mayor de Santa María Magdalena, en Cehegín, uno de los templos más importantes de toda la Región de Murcia.
Núñez Seixas, Xosé Manoel (2005). «Los vencedores vencidos: la peculiar memoria de la División Azul, 1945-2005»
Cervera, Javier (2006), Madrid en guerra. La ciudad clandestina, 1936-1939, segunda edición, Madrid: Alianza Editorial.