La polémica con la comisión de investigación sobre la Desaladora de Escombreras está afectando notablemente a las relaciones entre los miembros de Partido Popular. Tras las declaraciones la semana pasada de Alberto Garre en la comisión, calificando como “mal negocio” el asunto de Escombreras, Garre denuncia un intento del grupo popular de “desactivar” sus críticas a la Desaladora.
Garre ha calificado de “impropio” el comportamiento del grupo parlamentario popular por no haberle preguntado a él directamente cuando compareció ante la comisión. El expresidente regional asegura que le tenía fijada su posición en la Asamblea acorde a los informes que le envió el gobierno regional. El pasado miércoles 10 de febrero, ante la comisión, con los nuevos informes, fijó su posición al respecto.
En respuesta a las críticas de Víctor Martínez, que aseguraba que el gobierno “no hace negocios, sino que presta servicios”, Garre ha manifestado que él se refería a que cualquier contrato que un organismo público firma con una empresa privada se constituye como un negocio jurídico. Al respecto, el expresidente ha señalado con ironía que si “alguien entendió que me refería a otro tipo de negocio, es que le ha traicionado el subconsciente”.