No se puede dudar de la buena voluntad de quienes se levantan en una mañana fría de domingo, a una hora relativamente temprana, y se desplazan más o menos kilómetros para celebrar una asamblea. Ahora bien, siendo la voluntad una condición previa indispensable para comenzar a debatir y tratar de llegar a acuerdos, de ella no surge automáticamente y como por arte de magia el consenso.
La prueba estuvo en la II Asamblea de Ganemos la Región de Murcia, convocada para avanzar en la construcción de un espacio de confluencia entre los distintos movimientos sociales, partidos políticos y ciudadanos de a pie que llevan años movilizándose en las calles contra el recorte de derechos y de servicios públicos.
En la Casa de la Cultura de Archena se congregaron este domingo cerca de doscientas personas, entre las que había destacados dirigentes de Izquierda Unida –con su coordinador regional-, de Equo, de Alternativa Socialista y de Republicanos, así como de las Plataformas de Afectados por la Hipoteca, Foro Ciudadano, colectivos de inmigrantes y ciudadanos ‘anónimos’, y también algunos miembros del círculo local de Podemos.
El fin de la cita era debatir, consensuar y cerrar los ‘pequeños grandes detalles’ de los tres documentos constitutivos –la propuesta organizativa, la de primarias abiertas y el código de ética política-, que durante más de un mes han estado abiertos en la red para recibir aportaciones y enmiendas de los que han querido –y han podido- participar.
Como es fácil de prever, el consenso en la mayor estaba asegurado y se verbalizó en la presentación del acto por parte de Ángel Luis Hernández y de Isabel Haro. En sus discursos se condensaron las palabras que todos los presentes suscribirían y suscriben: “Hay que acabar con la corrupción, hay que frenar el recorte de derechos, no hay que pagar su deuda…”. “No queremos que nos amenacen más, queremos echarlos de las instituciones”, dijo Haro, que también aprovechó para “enaltecer” el trabajo de la Mesa de Coordinación: “Ganemos la Región de Murcia es una necesidad de los ciudadanos y ciudadanas”, afirmó.
Por su parte, Ana Ortuño, miembro de Ganemos Archena, incidió en “el uso del sentido común y de la gestión honesta como símbolo”. “Ganemos es un proyecto colectivo, un movimiento ciudadano serio, próximo, honesto, participativo, de gente normal, basado en el sentido común”, añadió; una idea ilusionante que invita a participar, “porque las cosas no van a cambiar por sí solas”.
La materialización de la idea
Pero toda idea, por maravillosa que sea, debe mancharse un poco al bajar al mundo material. Y si no queremos usar la palabra mancharse, diremos pulirse, limarse o moldearse hasta posarse en el suelo y ser realmente útil. Por todo ello, pequeños detalles como quitar el uso de la palabra al que la tiene, olvidarse de sustituir el masculino por el genérico en los documentos, la fórmula de plantear las preguntas que se debían votar o incluso el orden de los documentos a tratar, generó resoplidos, gestos y muecas a veces desesperadas. También palabras más o menos airadas. Nadie dijo que fuera fácil.
Detalles aparte, el meollo de la cuestión, al menos en cuanto al tiempo que se le dedicó durante la asamblea, a las diferentes intervenciones que desató o a lo ajustado de sus votaciones, estuvo en varios aspectos concretos de los documentos sobre las primarias y sobre el código ético.
En el caso de las primarias, el mayor disenso estuvo en el sistema de ponderación y en el uso de un modelo de corrección a la hora de configurar las listas. En ocasiones se mezclaron ambos conceptos y se hizo difícil avanzar por la confusión generada. Pero más que la ponderación –que era un instrumento ya previsto-, fue la corrección lo que dividió posiciones: por un lado se defendió que no se corrigiera de ninguna manera el resultado de las primarias, de modo que pudieran resultar elegidos los cinco miembros de un mismo partido para las cinco primeras posiciones de la lista. Por otro se defendió corregir esa hipotética situación evitando que hubiera dos miembros consecutivos y más de dos miembros de un mismo partido u organización entre los cinco primeros puestos de la lista.
Los que rechazaban la limitación, argumentaron que si se quiere que Ganemos la Región de Murcia sea un ejemplo de democracia radical, no se debe poner trabas a la decisión libre de los votantes. También se dijo que no había razón para ocultar la militancia o pertenencia a ningún partido político, y que los partidos también tienen derecho a ser votados.
Por otro lado, los que defendían la corrección afirmaban que el poder de movilización y de convocatoria de los partidos puede favorecer el desequilibrio con respecto a los candidatos independientes, y que es necesario transmitir la idea de que no va a ser posible que ningún partido u organización cope los primeros puestos de la lista con sus miembros. Además, negaron que eso supusiera asegurar cuotas a nadie, porque el resultado y la subsiguiente corrección dependería de los votos, sin que con ello se asegurase la presencia de los miembros de un partido que no hayan recibido suficientes apoyos.
Esta última postura fue la que finalmente se aprobó en votación, tras múltiples interrupciones, aclaraciones, matizaciones y consideraciones a favor y en contra del asunto en fondo y en forma. Y así, con algún que otro matiz aclarado, la asamblea aprobó el modelo de primarias de Ganemos la Región de Murcia.
¿Dignificar o precarizar la política?
La otra clave en la que se expusieron distintos puntos de vista y que dio opción a confrontar opiniones, fue, dentro del código de ética política, el régimen de retribuciones. ¿Cuánto debe cobrar un cargo público? ¿Debe estar su salario en consonancia con la dura realidad que sufre la mayor parte de la sociedad? “De ese modo estaremos precarizando el ejercicio de la política”, se dijo, y a la política se la debe “dignificar” para no disuadir de participar en la gestión a personas muy formadas y con buenos sueldos en la empresa privada, que no aportarán sus conocimientos si van a perder dinero.
Pero por otro lado, una retribución muy elevada, ¿no hará un efecto llamada a aquellos que quieren acercarse a la política “para forrarse”? ¿Y no supondrá un agravio para aquellos que han de votar a sus representantes en Ganemos la Región de Murcia, cuando sepan que van a ganar mucho, muchísimo más de lo que perciben ellos, aunque también tengan una gran formación y conocimientos?
Que había que limitar, lo tuvo todo el mundo claro, pero tampoco se podía negar que cualquiera de las dos posturas era defendible. Incluso se ha hecho algún estudio al respecto de la corrupción política en la que se analiza su incidencia en relación a los salarios. Entonces, ¿dónde y cómo poner el límite? El debate se vio dificultado por la ausencia de números concretos y por las dudas respecto a la terminología a usar como expresión de dicho límite: ¿Había que hablar de ‘salario mediano’, de ‘salario medio’, de ‘salario mínimo interprofesional’, de la escala salarial por niveles profesionales de la Administración? ¿Y cuánto supone todo eso? ¿70 mil euros al año, cuatro mil euros al mes…?
Entre las opciones a votar, el máximo que se propuso fue el de un funcionario del ‘grupo A 30’ de la Administración regional –el mayor sueldo que percibe un empleado público-, la opción menos apoyada. Finalmente se aprobó un tope de dos veces el salario mediano de la Región de Murcia –el salario mediano es el que divide a los trabajadores en dos mitades según su salario: los que tienen un sueldo superior y los que tienen un sueldo inferior-. Entretanto, y en mitad del debate, hubo alguna llamada a la perspectiva cuando las posturas parecían más enconadas: “Recordad que el objetivo de todo esto es echarlos de las instituciones”, dijo un ciudadano.
Pero ese día, Archena no fue el único foco de atención de las personas que quieren favorecer un cambio político y social en la Región de Murcia. A la misma hora en la que Ganemos la Región de Murcia confrontaba posturas en la Casa de la Cultura, a 75 kilómetros en dirección sur, en Cartagena y frente a la Asamblea Regional, se presentaba la candidatura ‘Claro que Podemos’, en el proceso constituyente del partido de Pablo Iglesias en la Región de Murcia. Una candidatura que si vence en sus primarias y sigue los preceptos aprobados por Podemos a nivel estatal, posiblemente abogará por presentarse de manera independiente. En ese caso sólo se confluirá físicamente durante el tiempo que estén las papeletas de unos y de otros dentro de las urnas, en las elecciones del próximo mes de mayo. De momento, cualquier posibilidad está abierta.