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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Javier Sánchez Serna: “Conesa tendrá que optar entre pactar con los poderes fácticos o abordar las transformaciones que necesita esta tierra”

Javier Sánchez Serna (Murcia, 1985), diputado nacional por Murcia de Podemos, analiza la situación política de su partido de cara a las relaciones con el PSOE desde su entrada en el gobierno y frente a unas próximas elecciones. El diputado responde por correo electrónico a las preguntas de eldiario.es.

Recientemente ha entrado en el cargo de delegado del Gobierno por Murcia Diego Conesa, del PSOE. ¿Ha habido toma de contacto? ¿Qué políticas plantean de cara a las relaciones futuras con Conesa?

Diego Conesa sabe que tiene en Podemos un aliado clave para impulsar una agenda de cambio regional. Pero al igual que le pasó a Pedro Sánchez, Conesa tendrá que optar entre pactar con los poderes fácticos o abordar las transformaciones económicas, sociales y culturales que necesita esta tierra. Por ahora lo vemos dubitativo. Por un lado hace guiños a los movimientos ciudadanos pero, por otro, parece que busca cierta complicidad con el bloque oligárquico que sostuvo al PP estos años.

Nosotros vamos a plantear, claramente, un Gobierno de coalición progresista, porque necesitamos desalojar al PP de San Esteban, pero no solo eso. La Región necesita un cambio de rumbo político y económico que pasa, entre otras cosas, por la transformación del modelo productivo y de la estructura laboral.

Y ante esto, como decía, el PSOE tendrá que optar. Porque, a pesar de la llegada de Sánchez a Moncloa, sigue viviendo una crisis existencial. De hecho, nos consta que hay sectores del PSOE que preferirían llegar a acuerdos de gobierno con Cs antes que con Unidos Podemos.

Todo apunta a que el AVE finalmente llegará soterrado. ¿Cree que afectará al PP en las elecciones de 2019 su papel en el conflicto del AVE?

La no entrada del AVE en superficie supone una derrota de enorme magnitud para el Gobierno regional. Durante muchos años, el PP intentó convencer a la sociedad murciana de que la llegada del AVE lo justificaba todo: el incumplimiento del Protocolo 2006, el sobrecoste de las obras o el aislamiento de los barrios del sur de Murcia. Pero, esta vez, el PP ha perdido la batalla de la opinión pública.

Esta derrota simbólica resulta importantísima porque descabalga al PP como portador de los intereses generales de la Región, y lo sitúa como representante de parte (más bien, de una minoría). Estamos asistiendo, por tanto, al agotamiento del proyecto de Región de las élites. Y estas élites, por cierto, también presentan tensiones y dudas sobre qué partido puede representar mejor sus intereses; si el tradicional Partido Popular, el partido de Albert Rivera o el partido de Garre.

Uno de los principales opositores a la llegada del AVE es el diputado por Murcia del PP en el Congreso Teodoro García, recientemente elegido secretario general. ¿Murcia entrará más en la agenda del PP?

El nuevo Secretario General del PP se ha caracterizado por su cinismo, su afán privatizador y sus continuos desprecios a la ciudadanía. Hay que recordar que Teodoro García estuvo aplaudiendo al expresidente Pedro Antonio Sánchez hasta el día de su caída, que se ha burlado repetidamente de los defensores del Mar Menor, que acusó a los vecinos de Santiago el Mayor de arruinar a las empresas murcianas y que, por si esto fuera poco, intentó malvender el Faro de Cabo de Palos a una cadena hotelera. Con este historial, Teodoro García tiene difícil presentarse como abanderado de los intereses de los murcianos.

Es verdad que el PP siempre ha utilizado la Región de Murcia, junto a Madrid y Valencia, como laboratorio y escaparate de su gestión. Pero ese triángulo hoy está roto y tiene difícil recomposición. Al final, la imagen del PP en estas comunidades sigue muy lastrada por la proliferación de las tramas corruptas y la ristra de expresidentes imputados.

La elección de Pablo Casado como presidente del PP ha detenido la pérdida de votos en su partido con un discurso antiinmigración y que busca ilegalizar los partidos independentistas. ¿El escoramiento a la derecha puede beneficiar a los partidos de izquierda?

Creo que nos equivocaríamos si entendiéramos la elección de Pablo Casado en clave táctica o electoral. Yo soy de los que piensan que el nuevo rumbo del PP tiene un significado más profundo y tiene que ver con la llegada a España de la ola reaccionaria internacional.

Pero el problema no es tanto el giro a la derecha extrema de PP y Cs, sino qué deben hacer las fuerzas progresistas para enfrentarlo y consolidar el nuevo ciclo de cambio. Y en este punto, quizá haya que tomarse muy en serio las advertencias de Nancy Fraser sobre los límites del “neoliberalismo progresista”. Porque lo cierto es que Trump es el epílogo de la presidencia de Obama, y Salvini de la de Renzi. A mi modo de ver, el social-liberalismo, de corte clintoniano, está agotado; ya no responde a los problemas estructurales de las sociedades de hoy y, lo peor, genera reacciones furibundas.

En nuestro país no creo que un zapaterismo 2.0, esto es, una política de gestos que deje intactas las estructuras de poder, logre frenar la ofensiva conservadora de PP y Cs. Estamos inmersos en la crisis de la globalización, y la sociedad española no va a conformarse con la vuelta a la gastada alternancia PP-PSOE. Hay que ofrecer un proyecto de refundación de país para recuperar soberanía, derechos sociales y seguridad para la gran mayoría.

Tras la desaparición temporal de Montero e Iglesias se habla de la desintegración de Unidos Podemos. ¿Cómo estáis gestionando esta ausencia?

En realidad, si no fuera por esto, dirían que Unidos Podemos se desintegra por cualquier otra cosa. Resulta sorprendente, además, que determinados medios que hace unos meses criticaban a Pablo Iglesias por un protagonismo supuestamente excesivo, hoy le critiquen por lo contrario. Bueno, estamos acostumbrados y sabemos que Pablo Iglesias es el enemigo a batir para una parte importante del establishment.

Se aproximan elecciones municipales y autonómicas. ¿Considera que el cambio de Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza, ha perjudicado a Podemos en votos de cara al futuro en la Región de Murcia?

Es verdad que la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa le ha otorgado una capacidad de maniobra y proyección pública de la que carecía hace apenas unos meses. Pero, sinceramente, no veo a Unidos Podemos en una posición de debilidad.

En el fondo, Pedro Sánchez sabe que es presidente gracias a los votos de nuestro grupo confederal y eso nos va a permitir marcar una parte de la agenda del Gobierno y arrancar victorias concretas que mejoren la vida de los pensionistas, las trabajadoras o los jóvenes emigrados.

Pienso, en definitiva, que llegamos con grandes opciones a las próximas elecciones autonómicas y municipales de 2019. En la Región de Murcia ya gobernamos en Santomera, Molina de Segura y Cieza, y lo hacemos bien. En Molina, por ejemplo, hemos garantizado la apertura de comedores escolares en verano para menores sin recursos. También hemos puesto en marcha una oficina de vivienda para poner la administración al servicio de las personas con riesgos de ser desahuciadas.

Una encuesta del CEMOP de junio daba la victoria a nivel autonómico a Cs, seguido del PP, PSOE y en cuarta posición Podemos. El CIS a nivel provincial mantenía en primera posición al PP en Murcia. La derecha lleva 23 años gobernando Murcia. ¿Piensa que es reversible?

A mi juicio, hay tres razones que explicarían esta larga hegemonía conservadora. La primera fue la apuesta por un capitalismo popular-inmobiliario, que promovió la cultura de la especulación; la segunda fue la configuración de una identidad regional cimentada en la demanda de nuevos trasvases, que permitió a las élites definir la condición de murcianía y de progreso; la tercera, por último, fue la articulación de una densa red clientelar entre poder político y económico, que erosionó las instituciones y la democracia.

Creo que una propuesta que quiera cerrar el paso a las derechas e inaugurar un ciclo de cambio regional debería atacar estos tres nudos a la vez que plantear la transición a un nuevo modelo de desarrollo, basado en la recuperación industrial y la economía verde.

Por lo demás, y a pesar de esta penetración conservadora, la sociedad civil murciana tiene reservas subjetivas para acometer el cambio político. Fuimos los primeros en movilizarnos contra los recortes en 2010, el 15-M fue masivo en nuestras plazas, la movilización feminista del 8-M desbordó la Gran Vía y, además, tenemos un movimiento ciudadano Pro-Soterramiento que es referencia para todo el país y que ha desbaratado los planes de los caciques. Definitivamente, sí, el cambio es posible, la gente puede ganar.

Podemos estrena su marca municipal en la Región en 2019. ¿Llega tarde? El aliado municipal de Podemos, Ahora Murcia, también se presenta, ¿no lo ve confuso para los votantes?

Efectivamente, Podemos se presentará a las próximas elecciones municipales y autonómicas, pero no lo hará en solitario. Como es sabido, las bases de Podemos Murcia votaron ampliamente a favor de la unidad popular, esto es, a favor de construir una candidatura electoral con las fuerzas hermanas.

Por tanto, no va a haber ningún tipo de confusión. En la ciudad de Murcia habrá una sola papeleta del cambio, que se llamará Unidas Podemos-Izquierda Unida-EQUO. Y en este nuevo marco, lógicamente, los espacios municipalistas de Ahora Murcia y Cambiemos Murcia tendrán su encaje. Lo importante, a mi modo de ver, es que este debate ya lo han resuelto las bases y que la apuesta por la unidad es firme.

¿Las heridas de Vistalegre II se han cerrado? El año pasado hablaba de una necesidad de tener un Podemos “a la ofensiva”. ¿Se ha conseguido?

Creo que la ofensiva de Unidos Podemos a la corrupción y al Gobierno de Rajoy, presentando la primera moción de censura en junio de 2017, ha resultado clave para el cambio de gobierno y la apertura de nuevas posibilidades. ¿Alguien se imagina que hubiera pasado si nos hubiéramos abstenido ante el pacto de Pedro Sánchez y Albert Rivera, en marzo de 2016? Pues que hoy, seguramente, no estaríamos hablando ni de memoria democrática, ni de revertir los recortes.

Desde su nacimiento, Podemos ha demostrado audacia y compromiso con el cambio en España, y lo va a seguir haciendo. Hemos podido tener debates a veces intensos, pero afrontamos el próximo ciclo electoral cohesionados y conscientes de nuestra responsabilidad.