López Miras, de protegido de García Egea a herencia incómoda para Feijóo

Dos llamadas telefónicas han sido fundamentales en la carrera política del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras: la que no cogió a Rajoy cuando se disponía a pedirle el apoyo para Soraya Sáenz de Santamaría y la que intercambió con el exsecretario general del PP, el también murciano Teodoro García Egea, la noche del 9 de marzo de 2021 para desactivar la moción de censura que pretendía fulminarle como barón popular y que acababan de firmar los diputados socialistas y de Ciudadanos de la Asamblea Regional.

Gracias a esta última conversación y a las negociaciones que ambos mantuvieron con los tránsfugas de Cs –Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez– y los disidentes de Vox –Mabel Campuzano, Francisco Carrera y Juan José Liarte– el jefe del Ejecutivo murciano se mantuvo en el poder y les arrancó el compromiso de apoyar la reforma a la Ley del Presidente que le permitió volver a presentarse a las elecciones de 2023, a pesar de ser una iniciativa impulsada por los propios populares en 2014, que no le habría permitido repetir como candidato.

Lo que en el momento se vendió como el resultado de la astucia política de García Egea, hasta el punto de que Pablo Casado vino a celebrar el triunfo del 'no' a la moción al Parlamento murciano, a la postre ha dejado a López Miras al albur de los caprichos de los consejeros y diputados tránsfugas. Por segunda vez y, en menos de dos meses, el presidente murciano vio la semana pasada cómo la estabilidad de su Gobierno se ponía contra las cuerdas por las desavenencias entre los tres díscolos de Vox, de quienes depende para tener mayoría. Si las tensiones entre la consejera de Educación, Mabel Campuzano, con sus compañeros Carrera y Liarte le llevaron a esta a perder la cartera de Cultura el pasado febrero, el jefe del Ejecutivo murciano apagó un nuevo fuego el jueves de la semana anterior cuando, tras tres horas de cese, fue readmitido el director de la Biblioteca Regional al amenazar Campuzano con abandonar a los suyos e irse al Grupo Mixto.

La 'Ayuso murciana' que apoya a Feijóo, posible adversaria

Y aunque López Miras se apuntó hace un semana el tanto de llevar a 85 de los 90 compromisarios murcianos al congreso extraordinario que se celebra el 1 y 2 de abril en Sevilla para nombrar a Alberto Núñez Feijóo nuevo presidente del PP, fue su presunta adversaria Patricia Fernández, alcaldesa del municipio murciano de Archena y conocida como 'la Ayuso murciana', quien se adelantó en Twitter al presidente murciano para pedir la celebración de dicho congreso. López Miras fue el último barón popular en retirar su apoyo a Pablo Casado y Teodoro García Egea durante la crisis interna popular.

La prensa regional lleva al menos dos años informando sobre la posible candidatura de la alcaldesa de Archena para liderar el Partido Popular en la Región. “A Fernández le apoya tanto la vieja como la nueva guardia del PP”, afirma una fuente cercana al PP respecto al soporte que ha recibido de antiguos líderes populares como el expresidente de la comunidad Ramón Luis Valcárcel o el antiguo alcalde de Murcia Miguel Ángel Cámara, pero también miembros de Nuevas Generaciones. A la regidora archenera también le avalan tres mayorías consecutivas obtenidas en su municipio, mientras que López Miras no ha conseguido ninguna victoria en las urnas desde que accediera al poder en 2017: ni en las elecciones municipales, ni autonómicas ni nacionales.

El propio Feijóo, durante el encuentro que tuvo con los militantes populares el pasado 11 de marzo en el Teatro Circo de Murcia, acompañado por López Miras en el escenario, no tuvo reparos en criticar a los jóvenes que “vienen a la política a aprender”, abogar para que gobierne la lista más votada –en el caso de la Región de Murcia es el Partido Socialista– y hasta mencionar al expresidente Ramón Luis Valcárcel, quien gobernó con mayorías absolutas durante 19 años y le “sacaba diez puntos más” en las victorias obtenidas en sus respectivas comunidades: la Región de Murcia y Galicia.

Suspenso en el barómetro regional

El PP murciano está valorando la posibilidad de no celebrar el congreso regional previsto para este año para que López Miras no se les tenga que ver cara a cara con Fernández. “Patricia no lo tendría fácil en caso en unas primarias porque tendría que enfrentarse al aparato, a favor de López Miras. Al final, ganaría quien fuera señalado por Madrid”, apunta un joven militante popular. El pasado domingo ambos dirigentes coincidieron protagonizando el pregón de la Semana Santa en dos pedanías de la capital murciana, Torreagüera y San Ginés.

López Miras se ha enfrentado, además, por primera vez al suspenso como líder regional en el barómetro de invierno del Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP): del 5,5 que obtuvo en la primavera de 2021 ha pasado a un 4,6. Los resultados del grupo de investigación de la Universidad de Murcia también otorgaron en este último barómetro 19 escaños al PP frente a los 16 con los que cuenta actualmente en el Parlamento murciano, mientras que Vox doblaría el número de diputados respecto a las autonómicas de 2019 y pasaría de cuatro a ocho.

El presidente murciano está acostumbrado, por otra parte, a lidiar con el azar en la vida política. No en vano, el antiguo presidente de la Región Pedro Antonio Sánchez (PAS) le eligió a dedo cuando su partido le obligó a dimitir por las acusaciones en el 'caso Púnica' en abril de 2017, aún cuando albergaba esperanzas de volver a recuperar el liderazgo popular en la Región. “He llorado esta mañana todo lo que tenía que llorar, a partir de ahora las lágrimas se tienen que convertir en fortaleza”, declaró López Miras la mañana en que PAS le propuso como candidato a presidir la Comunidad Autónoma. “Este va a seguir siendo el Gobierno de Pedro Antonio Sánchez”, subrayó en aquel momento López Miras, quien se encumbró como el presidente más joven de una comunidad autónoma con 33 años.

“Guardar la silla”

“Ellos tenían pactado la vuelta de PAS al poder y Fernando acepta el cargo porque le va a guardar la silla”, apunta una fuente popular crítica con el actual mandatario murciano. “Pedro Antonio empieza a tener problemas con la justicia y a partir de ahí empieza la debacle del PP en Murcia. Dejamos de tener rumbo y ya hacemos la política del parche”. En esos momentos López Miras era diputado en la Asamblea Regional e iba tercero en la lista de los populares por Lorca. “No le ha importado nunca el tema de la integración, para él el partido son cuatro personas y el resto le sobran. Además, la comunidad autonóma debe cada vez más dinero, tiene peores políticas relacionadas con el medio ambiente y, algo inexplicable, le da la consejería de Educación a una persona negacionista”, añade en referencia a Mabel Campuzano, díscola de Vox y actual titular de Educación, quien declaró públicamente que no se vacunaría contra la Covid–19 por ser 'preguntacionista“.

En las elecciones de 2015 y 2016 Pedro Antonio Sánchez también eligió a García Egea como cabeza de lista del PP al Congreso por la Región de Murcia. “Teo y Casado son aprendices de Miras. No es que Murcia sea la réplica de lo que había en Madrid, es que Madrid era la réplica de lo que hay en Murcia”, afirma un antiguo dirigente popular.

“La transición de Ramón Luis Valcárcel, visto con el paso del tiempo, no ha podido salir peor”, añade esta misma fuente. El expresidente murciano ganó por mayoría absoluta cinco elecciones autonómicas seguidas entre 1995 y 2014. En 2011, los últimos comicios a los que se presentó Valcárcel, el PP venció también en 42 de los 45 municipios que componen la Región. Actualmente, el Partido Popular gobierna en 17 de ellos, mientras que el PSOE lo hace en 23.

El jefe del Ejecutivo murciano es descrito por otra voz crítica del entorno del PP regional como “una figura efímera que se ha convertido en aspirante a la eternidad”. “Feijóo no querrá de entrada generar un conflicto en una de sus baronías, pero si se necesita un voto de calidad no se va a decidir por López Miras”, añade.

Fuego cruzado desde el Consejo de Transparencia

A la incipiente crisis del PP en la Región de Murcia se suman las quejas provenientes del presidente del Consejo de Transparencia. Como su propio nombre sugiere, esta entidad tiene el objetivo de fiscalizar la actividad de la Administración regional en su relación con personas, colectivos u otras instituciones, ya sean públicas o privadas. Quien lo preside, Julián Pérez-Templado, fue propuesto por Cs en el parlamentos autonómico y respaldado junto a PP y Vox. Exmagistrado ya retirado, parecía un candidato afable para el gobierno conservador, dada su relación con miembros el Partido Popular: durante su etapa como juez fue puesta en duda su imparcialidad por dichos vínculos.

Con 46 años de trayectoria profesional en la magistratura, Pérez-Templado creció en torno a la vieja guardia del PP, la que gobernó con mayoría absolutas durante 20 años bajo el mandato del expresidente regional Ramón Luis Valcárcel, con quien guarda una estrecha relación: es íntimo amigo de su hermana y su cuñado. Un vínculo que el propio Pérez-Templado admitió hace diez años, cuando le pusieron una denuncia -que tampoco prosperó- por archivar una querella interpuesta contra Valcárcel, pese a los lazos personales que los unían.

La amistad entre el magistrado retirado y el propio Ramón Luis, no ha sido obstáculo para que Pérez-Templado se enfrente al Gobierno de Fernando López Miras desde su puesto como presidente de Transparencia. El magistrado jubilado ha llevado al Ejecutivo a los tribunales por no permitirle contratar a su propios empleados, y he reclamado públicamente que se cree un canal telemático directo entre la sociedad murciana el organismo que dirige. “A toda institución pública le molesta que entre a controlarle, he sido juez cerca de 50 años, dejaré de saberlo” cuenta Templado en una entrevista concedida a un canal local, “hay reacciones humanas que tenemos someter a la legalidad”.

La primera vez que Pérez-Templado fue recusado, fue por guardar en un cajón una imputación al expresidente murciano Pedro Antonio Sánchez. En la segunda ocasión, fue por irse de cañas con altos cargos populares mientras encabezaba una causa abierta contra el anterior jefe del Ejecutivo murciano. Ambas recusaciones fueron archivadas. Además, tuvo que apartarse de las investigaciones en torno a la trama Púnica al revelarse en una fotografía su relación cercana con uno de los imputados. Desde el PP justificaron su elección por un currículo y trayectoria profesional “intachable”, y porque su fichaje daría “independencia y objetividad” al propio Consejo de Transparencia. Una labor que el exjuez parece haberse tomado más en serio de lo que los populares esperaban.