Aquella tarde del 23 de febrero de 1981, el técnico de sonido Andrés Moreno Saura se encontraba grabando canciones al Trío Costa Blanca, en los estudios de Radio Nacional de España (RNE), Centro Emisor del Sureste, de la calle Jaime I El Conquistador de Murcia, cuando otro de los técnicos, José María Ramos, dio la voz de alarma. Algo grave había ocurrido en el Congreso de los Diputados. El director de la emisora, José María Gil Espinosa, llamó al jefe de informativos, Matías Sánchez-Carrasco, al de emisiones, Joaquín Alix, y al jefe técnico, Ángel Mas, que minutos después se presentaban en su despacho. No serían los únicos.
Pasadas las 7 de la tarde, se personaban en los estudios tres militares: un coronel de Ingenieros, un capitán del CESID -que vestía de paisano- y un cabo de la Policía Militar con su armamento reglamentario. Exigían hablar con el máximo responsable, al que ordenaban que interrumpiera la programación y emitiera un bando del capitán general de la Tercera Región Militar, Jaime Milans del Bosch, que trajo al gobernador militar, el general de brigada Llamas Martín, en mano y en sobre lacrado, a primera hora de la tarde, un coronel de Artillería desde Valencia. Llamas lo había abierto antes de que se asaltara el Parlamento, por lo que al leerlo se quedó estupefacto. Pasaron a grabarlo en cinta magnetofónica. En el control, el técnico que minutos antes grababa boleros. En el estudio, el locutor Fernando Alonso, que también se hallaba de turno en la emisora, sería el encargado de introducir la lectura del texto que efectuaría de su propia voz el coronel.
Tras unas campanas identificativas de RNE, Alonso anunció el bando. Y el jefe militar, apellidado Cobián, comenzó a leerlo de forma un tanto atropellada y con evidente seseo. La grabación dura algo menos de cuatro minutos. Se emitirá a las 19.45 horas. Previamente, el capitán del CESID pide un aparato de radio para comprobar que el bando sale al aire y no los están engañando. Se anuncian medidas duras y restrictivas, como un toque de queda desde las 21 horas hasta las 7 de la mañana siguiente.
El coronel recibió instrucciones desde el Gobierno militar para que se repitiera su emisión pasada la medianoche. El técnico de sonido Ramón Ruiz Solana será el encargado de pinchar la cinta a las 0.23 horas del 24 de febrero. El director territorial de Murcia consiguió hablar con el director de RNE, Eduardo Sotillos, que le confirmó que el rey había grabado en el palacio de la Zarzuela una intervención, vestido con el uniforme de capitán general, desautorizando a los golpistas y que TVE lo emitirá en cuanto pudiera ser. Desde pocos metros más allá, en la calle Isaac Albéniz, el director de Radiocadena Española, Adolfo Fernández, que estaba en contacto con Gil Espinosa, decidió desconectar de la programación de RNE, en la que sonaban marchas militares decimonónicas, para emitir de forma autónoma. Tras enviar al resto de trabajadores a sus casas, se quedó con un redactor, José María Imbernón, y un técnico, Eduardo Andrés Maroto, situándose ante el micrófono, lanzando vivas a la Constitución y luego también al Rey, una vez que por fin se emitió su mensaje pasada la una de la madrugada. También dio entrada telefónicamente al presidente del preautonómico Consejo Regional, Andrés Hernández Ros, desde un lugar indeterminado en el que, por seguridad, se hallaba oculto. Se trataba de una finca de uno de sus consejeros y Julio Feo, que luego se convertiría en fontanero fundamental de Felipe González en el complejo de La Moncloa, fue el que lo organizó todo.
Sobre las 7.15 horas de la mañana del 24 de febrero se emitió un tercer bando del teniente general Milans del Bosch, a través de nuevo de las ondas de RNE en Murcia, grabado previamente y de unos dos minutos de duración, leído con voz que evidenciaba cansancio por el mismo coronel y que dejaba sin efecto el anterior, tras corroborarse el fracaso del intento de golpe de Estado.
En Madrid, Pity Alarcón estaba en directo en los estudios de la Casa de la Radio, en Prado del Rey, durante la tarde en que se produjo la irrupción del teniente coronel Antonio Tejero en el Congreso. Se enganchó al micrófono de RNE hasta la madrugada junto al locutor Joaquín Ocio. El director, Eduardo Sotillos, les dio una orden concreta y taxativa: “Solo vais a leer lo que yo os traiga al estudio personalmente”. La periodista accitana sería nombrada directora territorial de RNE en Murcia a comienzos de 1983, tras la aplastante victoria socialista en las generales de octubre de 1982, sustituyendo en el cargo a Gil Espinosa, sobre el que recayó la sospecha de haber mantenido cierta confraternización con los sublevados durante la noche y madrugada del 23/24-F, y convirtiéndose en la primera mujer que ocupara esa responsabilidad en las emisoras de la cadena pública.
Sirvan estas líneas, compiladas gracias al valioso archivo de uno de ellos, Diego Gómez Sánchez, y las vivencias de otra voz legendaria de RNE, la de Paco García, para reconocer la labor de aquellos profesionales de la radio pública hace 40 años, en horas tan difíciles como trascendentales, muchos de los cuales ya tristemente ausentes, no solo de los micrófonos sino incluso también de la propia vida terrenal.