La amenaza de la sequía en algunos territorios ha vuelto a reabrir la guerra de agua, un debate que han protagonizado en los últimos días con versiones antagónicas comunidades gobernadas por el PP. Al 'agua para todos' del presidente murciano, Fernando López Miras, se enfrenta la oposición a cualquier trasvase del Ebro fuera de su cuenca hidrográfica del jefe del Ejecutivo aragonés, Jorge Azcón.
“Si Cataluña pide un trasvase y lo necesita, adelante, y lo mismo ocurre con Andalucía”. Son palabras del presidente del Gobierno de la Región de Murcia, Fernando López Miras, el pasado lunes 22 de enero. El murciano ve con buenos ojos un trasvase del Ebro en Catalunya con la condición de que se inserte dentro de un Plan Hidrológico Nacional. “La Región de Murcia es solidaria, siempre lo ha sido, y respaldamos cualquier planteamiento que se haga para compartir agua. Para llevarla allá donde se necesite”.
López Miras ha pedido al Gobierno central una reunión con todas las comunidades autónomas ante la “situación de sequía” y ha aprovechado la situación para reclamar un Pacto Nacional del Agua. “El agua no puede ser propiedad de la comunidad autónoma por la que pasan los ríos”, ha dicho el murciano. Un planteamiento, recuerdan desde el entorno del presidente murciano, que siempre ha sido el mismo, independientemente de la postura de otros barones del PP. “Mencionó Catalunya porque es una comunidad que ahora necesita agua. Pero su postura es trasvasista, siempre lo ha sido. De donde hay agua a donde falta”, especifican asesores del murciano, al tiempo que recuerdan que en 2018 se reunió con el entonces presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, para reivindicar agua al Gobierno de Mariano Rajoy.
Aunque el PP insiste en que no hay ninguna guerra interna por el agua, lo cierto es que su presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha evitado hasta ahora posicionarse claramente sobre el trasvase.
En Aragón “no sobra agua”
La postura del Gobierno de Aragón respecto al trasvase del Ebro también se mantiene clara: Azcón lo rechaza, a pesar de que su socio de gobierno, Vox, lo contemplaba en su programa electoral. Este mismo lunes Azcón aseguró que en Aragón “no sobra agua, no tiene sentido que hablemos de ningún tipo de trasvase cuando el campo lleva años teniendo problemas en este sentido”.
También ha manifestado su intención de hablar con la ministra de Educación y portavoz del Ejecutivo central, la socialista aragonesa Pilar Alegría, y no con otros presidentes autonómicos, “que defenderán lo que crean que es bueno para su tierra”, en referencia a las declaraciones del murciano, Fernando López Miras, y al impulso que pretende dar a un nuevo Plan Hidrológico Nacional. También dedicó unas palabras al Gobierno Central, criticando que “todavía no se haya pronunciado sobre la propuesta de trasvase de Catalunya”.
No es la primera vez que Azcón dedica unas palabras a López Miras, al que respondió el pasado 22 de enero, cuando se encontraba fuera de España. Azcón reiteró en X el rechazo del Ejecutivo aragonés al trasvase: “El Gobierno de Aragón se opone a cualquier trasvase de aguas del Ebro fuera de la cuenca hidrográfica. No nos sobra agua. Tenemos muchas necesidades de abastecimiento y regadío presentes y futuras y hay herramientas más sostenibles y viables que los trasvases para resolver los problemas de otras zonas que también demandan agua”.
En medio de toda esta polémica a nivel nacional, Azcón libra su propia batalla en Aragón, donde la oposición le critica que haya estado de vacaciones una semana en enero, con el tema del trasvase, entre otros, candente. El PSOE denunció que el presidente de Aragón se fue a Puerto Rico y que no tuvo agenda durante más de una semana.
Un plan con el sello de Aznar
La propuesta del Plan Hidrológico que Miras ha sacado del armario –para conducir el agua por el norte hasta Barcelona y hasta Almería, por el sur– lleva el sello de Aznar pero fue derogado por el Congreso en 2005 con el Gobierno de Zapatero. Presupuestado en 4.000 millones de euros, no pasó de una piedra colocada simbólicamente en Almería en 2001; el extremo sur de la tubería. Un proyecto que, sin embargo, siempre se ha negado a resucitar el PP aragonés. El 'Agua para todos' de la Región de Murcia no tiene adeptos entre los votantes del PP en Aragón y muestra de ello fueron las derrotas electorales cosechadas en esa comunidad por los populares a finales de los 90 y primeros de los 2000, época en la que los aragoneses salieron a la calle varias veces para protestar contra el trasvase. El trasvase del Ebro llegó hasta el Constitucional, que desestimó los recursos de los gobiernos de la Comunidad Valencia y la Región de Murcia contra el decreto de derogación.
'Agua para todos' ha sido la campaña electoral más exitosa en la historia de la comunidad murciana, en la que todos los edificios públicos de la Comunidad y los ayuntamientos donde gobernaba lucían enormes carteles con dicho lema mientras el Gobierno central de Zapatero derogaba el Plan Hidrológico Nacional por la presión de sus socios, la Chunta Aragonesista y Esquerra Republicana de Catalunya.
En el mundo académico es considerada como la mejor y única campaña identitaria realizada en la Región de Murcia. “El PP consiguió identificar a los ciudadanos de esta Región con un proyecto de 'Queremos el agua que no nos dan'. Cuando hay proyecto de identidad que toca los sentimientos más que la razón, la gente termina votando a aquellos que defienden ese sentimiento”, dijo a este diario el codirector del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP), Juan José García Escribano.
El lema juega con la memoria colectiva y el imaginario de que “en cualquier punto del pasado todos fuimos huertanos”. “Hay un consenso social muy grande con el Mar Menor, pero no ha debilitado el sentimiento favorable a lo agrícola y ahí la izquierda no ha tenido un discurso del todo potente”, apuntó el politólogo y sociólogo, José Miguel Rojo.