Tras un año durmiendo en los cajones de la Consejería de Educación, este departamento que dirige la ex de Vox Mabel Campuzano ha vuelto a aprobar una versión -rebajada- del veto parental. En las instrucciones que han remitido este viernes a los centros escolares recogen que los colegios e institutos harán llegar a los tutores legales del alumnado información detallada de todas las actividades complementarias programadas que vayan a ser impartidas por personal ajeno al claustro. Y lo harán, al menos, con 7 días de antelación.
Según las instrucciones, el centro establecerá los cauces de comunicación oportunos para confirmar la recepción de la información por parte de las familias. Y recoge también que el centro deberá adoptar las medidas organizativas necesarias para garantizar la presencia de un docente del centro durante el desarrollo de la actividad.
El veto parental ha sido uno de los principales caballos de batalla de la ultraderecha de Vox. La formación de extrema derecha quiere que los padres tengan la posibilidad de impedir que sus hijos acudan a las charlas sobre violencia de género y diversidad afectivo-sexual impartidas por asociaciones LGTBI. Sin embargo -y a pesar de que fue una de sus bazas para garantizar al PP su apoyo en la investidura del Gobierno regional y a los presupuestos- el Tribunal Superior de Justicia de Murcia lo suspendió cautelarmente en marzo de 2020.
Con el nuevo modelo planteado para el próximo curso, no se requerirá una autorización de los padres pero se les da un amplio margen para conocer las actividades programadas y se deja la puerta abierta a que en el caso de que los progenitores o tutores legales no estén de acuerdo con el contenido de las charlas, puedan mandar a los alumnos ese clase o no. La tuitera murciana Maestra Enfurecida lo señala en uno de sus tuits.
La fracasada moción de censura de Ciudadanos y PSOE al Ejecutivo regional tuvo como consecuencia la entrada de los díscolos de Vox en la Región de Murcia al gabinete de Fernando López Miras y la Consejería de Educación quedó en manos de una de las ex de la formación de Santiago Abascal, Mabel Campuzano, firme defensora del veto parental.