La Fiscalía de la Región de Murcia ha presentado una denuncia por un presunto delito de odio contra el magistrado murciano Fernando Ferrín Calamita, inhabilitado por el Tribunal Supremo por prevaricación judicial desde 2009 al obstaculizar la adopción de una menor por una pareja homosexual. El fiscal superior, José Luis Díaz Manzanera, ha dado el paso después de que el Ministerio Público abriera diligencias e indagara sobre los últimos años de actividad del juez.
La investigación comenzó a instancias de la pareja de mujeres a las que Calamita dificultó la adopción, que presentaron una denuncia por delitos de odio, tras haber sido hostigadas en varias ocasiones por el magistrado en la última década. El pasado julio a través de una publicación de Facebook –que eliminó al poco tiempo–, el juez aseguró que la pareja se había divorciado y entregado a la menor a los servicios sociales. Unos hechos negados por las madres y tachados de “totalmente falsos”.
La Fiscalía fundamentó en su día la pena por cinco resoluciones del exmagistrado, que revelaron una actitud prevaricadora y una condición homófoba. Si bien el Supremo inhabilitó a Calamita por un total de diez años, hasta 2019, se negó su readmisión por protagonizar una “auténtica compulsión homófoba”.
“El hecho de que se haya presentado la denuncia, solo eso, para nosotras es todo un hito”, valora en declaraciones a elDiario.es Región de Murcia Adelaida Campillo, presidenta de Asfagalem –Asociación de Familias de Gays y Lesbianas de la Región de Murcia–, y portavoz de la pareja de mujeres en la denuncia inicial contra Calamita. Campillo recuerda que los principales valedores del magistrado han sido los sectores más conservadores del Opus Dei y de Vox. El partido de extrema derecha, de hecho, lo ha incluido en el grupo de los tres jueces más “vilipendiados y lapidados” por la ideología 'progre' y el 'feminismo radical', junto al magistrado del Tribunal Supremo Antonio Salas, y Francisco Serrano, exjuez de familia que se unió a los de Santiago Abascal en Andalucía y terminó engrosando las listas de los díscolos que han abandonado el partido.
“Si terminan condenando a Calamita –prosigue Campillo– sería de las primeras sentencias de este tipo y la primera a una persona procedente de la judicatura; sentaría jurisprudencia y, lo más importante de todo, serviría como mensaje de que este tipo de actitudes no quedan impunes”.
Desde Asfagalem censuran que se pueda llegar a excusar un discurso de odio basado en el fanatismo religioso: “No todo vale”. Y critican que el juez ha intentado a lo largo de los años “crear una opinión determinada, introduciendo y asentando en el imaginario de la opinión pública la idea de que las familias homoparentales somos un peligro para los niños”. Y que lo ha hecho “engendrando el odio en las redes sociales, propagando el mensaje de que para nosotros los hijos son un capricho y que cuando nos separamos los abandonamos; en definitiva, que no somos aptos para tener hijos”.