Fulgencia, la estrella humorística del confinamiento en el pequeño pueblo murciano de Campos del Río

Fulgencia se ha reconvertido en artista durante el estado de alarma. “Parece que el confinamiento nos ha hecho a todos agudizar la imaginación”, dice muy risueña a eldiario.es Región de Murcia al otro lado del teléfono. Vecina del pequeño municipio de Campos del Río, con solo 2.000 habitantes, a Fulgencia se le ocurrió grabar pequeños vídeos con un toque de humor en los que se disfraza y da rienda suelta a la artista que lleva dentro.

A sus 60 años, es la pequeña de nueve hermanos. “Eran para mi gente, somos una familia muy grande y en los primeros día del confinamiento me estrené con un vídeo para el grupo familiar de whatsapp”, explica. Pero el vídeo corrió como la pólvora. “Mis hermanas lo publicaron en sus redes y mis hijas, y llegó a otros grupos de los vecinos de Campos”. Lleva ya más de 40 vídeos, en los que colaboran su marido y sus dos hijas. “Tenemos todo un equipo artístico, con guionista, dirección y encargadas de vestuario; yo soy la artista”, se ríe.

Para la puesta en escena han desempolvado los disfraces de carnavales de sus hijas, “hasta los que teníamos guardados de cuando yo estaba soltera y salía en las carrozas”. Pero otros, “como el de indio, el de cazafantasmas o el de monja los hemos hecho ahora con lo que teníamos por casa”.

Las temáticas han sido muy variadas, “imagínate, para hacer 40 vídeos sin repetir”. Y han aprovechado las fiestas de Semana Santa para vestirse de “Manolas”, las Fiestas de la Huerta de Murcia “para vestirnos de huertanas como si estuviéramos en una barraca”, también han escenificado la batalla de las flores o el entierro de la sardina.

Fulgencia dice que en el pueblo “hemos sido bastante responsables”, a pesar de que no se había detectado ningún caso de coronavirus hasta este martes, que se registró un contagio de una persona que trabaja fuera del municipio. En un sitio tan pequeño, relata, “te sientes mal porque conoces a todo el mundo, y quieres lo mejor para tus vecinos”.

“No es lo que enfermó, sino la reliquia que quedó”

En cuanto al futuro, Fulgencia se muestra preocupada. “No es lo que enfermó, sino la reliquia que le quedó; como dice el refrán”. Hace siete años cerró la conservera Halcón Foods, “de la que vivíamos casi todo el pueblo”. Tanto ella como su marido se quedaron en paro cuando echó el cierre. “Fue un palo, pero la gente se ha ido buscando empleo fuera de aquí; ahora veremos en qué queda todo esto”.

Este viernes Fulgencia se despide de su público. “Ya me estoy quedando sin ideas y sin disfraces; y mi hija trabaja por la mañana y cada tarde me ayuda con el vestuario, pero ya estamos un poco cansadas las dos”. Cuenta que ha esperado a que se abra la veda para poder salir a la calle, y ya la gente estará un poco más entretenida.

Ella dice que tiene muchas ganas de salir a pasear, “pero con precaución porque el bicho sigue ahí fuera”. Cuando la situación se relaje un poco más, lo que más le apetece es “salir al campo, a mis tierras y a mi casa de la huerta, a jugar a la petanca y reunirme con mi familia”. De momento, tendrá que conformarse con un paseo por la Vía Verde, “que está cerca de mi casa del pueblo”.

A Fulgencia ya la conocían de sobra en el pueblo, pero con el confinamiento han descubierto su faceta de artista. “Cuando salgo a la calle me dicen que se mean de la risa y que están todo el día esperando mis vídeos; por lo menos he puesto mi granito de arena para sobrellevar los días más duros”.