Manifestación en Murcia contra el asesinato racista de Younes: “También tienen la culpa quienes fomentan el odio”

“Le gritó 'moro de mierda' en un bar, se fue a su casa, volvió y lo mató a sangre fría”, ha relatado con un micrófono en la mano Rashid Boukhzer en la concentración en la plaza de Santo de Murcia en Murcia convocada el domingo a las 19h contra el asesinato racista de Younes hace una semana en la localidad murciana de Mazarrón. “La culpa la tiene quien le pegó tres tiros, pero también quienes fomentan el odio y el racismo y quienes manipulan en las instituciones, en el Congreso de los Diputados o la Asamblea Regional”, ha dicho Boukhzer ante unas doscientas personas.

Previamente, este miembro de la Plataforma de Apoyo al Rif en la Región había tenido un enfrentamiento con unas mujeres marroquíes que lo acusaban de politizar el acto al portar una pancarta en la que se leía “Mohamed VI, tu chantaje migratorio aumenta el racismo”. “Estamos aquí para rechazar el racismo, no para criticar los Gobiernos de España o Marruecos”, le espetó Fátima. “Hoy estamos aquí para Younes, no para mezclar temas políticos. Es indignante porque con el tema de la independencia del Rif de unos o si viva el rey de Marruecos de otros se está eclipsando el tema del racismo”, ha indicado Imad, de 35 años.

“Al asesino lo han querido hacer pasar por loco cuando es un racista que tenía en su casa muchas armas”, señaló José, de 55 años, tras una bandera marroquí. “La gente se tiene que morder la lengua antes de decir según qué cosas. Hoy estamos recordando a Younes, pero ha habido más como él”, añadió mientras los manifestantes gritaba proclamas como “¡Fuera racistas de nuestros barrios!” y “¡No a los CIE!” (Centro de Internamiento de Extranjeros).

“Queremos reflejar públicamente nuestra condena al racismo: ya sea con una broma en una barra de bar o desde una tribuna política. Es un asunto muy peligroso”, manifestó también el secretario general del PSOE en la Región, Diego Conesa, que asistió a la concentración junto con el alcalde socialista de Mazarrón, Gaspar Miras. “En Mazarrón puede haber unas 3.000 personas de origen magrebí. Aportan mucho al municipio con su trabajo en la agricultura, el turismo o la pesca. Tendríamos muchas dificultades sin su trabajo para seguir siendo la despensa de Europa”, apuntó Miras, quien también alertó contra los “mensajes lanzados por parte de los partidos políticos de derechas”.

La investigadora colombiana Claudia Carrasquillo, que llegó a la Región en el año 2000, ha reflexionado que “no es solo que te maten o acuchillen” -en referencia a otra agresión racista ocurrida la semana pasada en Cartagena en la que apuñalaron a una mujer al grito de “¡Sudaca, nos quitan la comida!”-, sino que “hayan aumentado las expresiones racistas en el día a día después de haber conseguido un altavoz político”.

Carrasquillo considera que los migrantes siempre han estado separados del resto de la población en la Región, “en la iglesia o en sus propias fiestas”, pero “el discurso estaba muy tapado”. “Cuando se empiezan a hacer declaraciones racistas en el discurso político, ya no hay tapujos”, ha añadido. “La solución está en trabajar la interculturalidad en los barrios porque, por ejemplo, todos los vecinos van a estar interesados en tener un buen parque para sus hijos. Pero es que no hay ninguna estrategia política de intregración de los migrantes. El último plan de integración de inmigración que hubo en la Región fue en 2009”, ha apuntado.

La investigadora también cree que “hay que reconocer una realidad más heterogénea, como es la formada por las parejas mixtas”. “La viuda de Younes es española. El matrimonio tenía tres hijos, uno común y dos de un matrimonio previo de ella, pero los niños reconocían a Younes como su padre”, ha contado.“No todo es tan homogéneo como nos quieren hacer ver”, ha añadido.

Stop Racismo Región de Murcia ha convocado una nueva manifestación para denunciar el asesinato racista de Younes el próximo viernes 25 en la capital murciana y el domingo 27 a las 19.30h en la plaza de España de Cartagena.