“En Murcia no nos pagan a los artistas por trabajar”, afirma tajante la artista Andrea Glez en un vídeo publicado en Instagram a finales de marzo y que cuenta con más de 200.000 reproducciones, cientos de comentarios y miles de likes. Mirando a la cámara, la fotógrafa cuenta cómo se negó a participar en la celebración del 25 aniversario del Museo de la Ciudad de Murcia, dependiente del Ayuntamiento de la capital murciana, a través de la creación conjunta de 25 artistas visuales junto con 25 escritores de piezas y textos sobre hitos del patrimonio murciano que “darán lugar a una exposición temporal y un libro que refleje la experiencia”. “Al no existir remuneración económica, a los autores les serán proporcionados 6 ejemplares del libro editado con motivo de la exposición (con un valor de 150 €)” es el último punto de las condiciones de participación en el proyecto, por el cual Glez se negó finalmente a tomar parte en la muestra.
En este post publicado en la red social por la fotógrafa oriunda de Albacete explica lo “duro” que ha sido para ella tener que decirle que no a una institución “como es un museo”. “Necesitaba anteponer mis principios”. Glez también subraya en el vídeo que “no puede ser que el Museo nos devalúe de esa manera a los artistas y contribuya a la precariedad del sector”.
Desde la Concejalía de Cultura de Murcia replican que “la exposición no es una exposición de artistas, sino de homenaje a la trayectoria del museo”. Por tanto, “se consideró hacer partícipe al sector cultural en este proyecto; el museo aporta a esta exposición piezas propias e investigación del equipo técnico”, continúan y por ello, “la petición era de colaboración, con una sola creación por colaborador”. El Museo se hace cargo también de la producción de las obras sin coste para los artistas y ofrecían como aliciente presencia en medios y visibilidad.
Algunos de los compañeros de Andrea Glez, como los fotógrafos Pascual + Vincent o las artistas Julieta Varela y Laura Turpín también respondieron que no a la propuesta o “encargo”, como ellos entienden la oferta de participar en el aniversario, y ponen sobre la mesa el 'Manual de buenas prácticas profesionales en las artes visuales', editado por la Unión de Asociaciones de Artistas Visuales y que aboga como uno de sus puntos fundamentales por la remuneración del artista “por el trabajo o los servicios prestados”.
“Estamos llenando las salas con arte, pero nosotros no recibimos nada”, explica Glez a elDiario.es por teléfono. “Estoy dedicando mi tiempo a la creación, además de que me he formado y llevo toda la vida dedicándome a ello. Estoy generando un flujo de visitantes y un conjunto de catálogos. Es una actividad económica y se tiene que cobrar por ello”, señala la artista quién, además, se dedica al diseño gráfico para ganarse la vida.
“Es decir, una institución celebra una gala y a los camareros les paga, pero a lo mejor a la banda de música que toca le dicen que se den por satisfechos con la visibilidad. Eso no puede ser: ni con fotógrafos, pintores, músicos o ninguna otra rama artística”. En otras ocasiones, cuenta Glez, el Ayuntamiento de Murcia sí que ha retribuido la creación de su obra como fue en el caso de los Reactivos Culturales que se pusieron en marcha durante la pandemia o cuando se celebró el festival Estrenarte en su edición de 2023.
Uno de los escritores que forma parte del elenco que participará en la muestra del Museo Ciudad reconoce -aunque prefiere mantenerse en el anonimato- que, “en estos casos, la mayoría de la gente participa por compromiso”. “Te llega la petición de colaboración a través de un amigo o amiga y al final dices que sí”. Y aunque señala que no se trata de “un gran texto”, sí que es “un encargo que te puede llevar una semana entre que te sientas a pensar, lo escribes y lo pules; y nadie va sobrado de tiempo”.
12.342 euros por comisariar y diseñar el aniversario
Pascual Martínez, la mitad del dúo artístico Pascual + Vincent, subraya una y otra vez que valoran “enormemente” el trabajo que realiza el Museo de la Ciudad para difundir y divulgar el patrimonio cultural de Murcia. De hecho, esta institución cultural no tiene el objetivo de promover el arte contemporáneos de la capital murciana. “Reconocemos el esfuerzo realizado por los profesionales que trabajan en él” y, aunque les gusta la iniciativa, consideran que está “mal planteada”.
Su malestar aumentó al descubrir que el Ayuntamiento de Murcia le había pagado 12.342 euros al fotógrafo José Luis Montero el pasado 15 de febrero por “comisariar la exposición conmemorativa del 25 aniversario del Museo de la Ciudad y por el diseño integral de la efeméride”, según reza el epígrafe de contratos menores que se puede encontrar en la página web del Consistorio de la capital del Segura.
Sobre su remuneración, el comisario Montero aclara que es un contrato para una serie de trabajos anuales en el Museo. Una versión que corroboran desde el Ayuntamiento de Murcia: “El comisariado de la selección de colaboradores en el proyecto por parte de Charo Guarino, profesora de la Universidad de Murcia, y de José Luis Montero, ha sido gratuito”, concretan al tiempo que puntualizan que el diseño y comisariado técnico por parte de Montero para esta actividad “es una parte del contrato anual para todas las acciones del 25 aniversario del Museo de la Ciudad”.
El contrato “para todos los trabajos relativos a 'Museo intervenido. Memoria 25' es de 5.000 euros, e incluye la coordinación con los distintos proveedores, el seguimiento de impresión, la corrección de galeradas, el diseño de imagen corporativa, la banderola de la fachada, el diseño del libro conmemorativo y de la intervención gráfica en el museo”. El contrato global, por tanto, “no es para el 25 aniversario; sino para los trabajos de diseño de todo el año, al igual que el de impresión”.
Desde el Ayuntamiento explican que el gasto de la producción de esta exposición cuesta aproximadamente lo mismo que costaron en 2020 las exposiciones 'Donde Crecen los Mirtos' de Pascual + Vincent (13.631,67 euros) o 'Manqud' de Carmen López-Briones (13.680 euros). En estas dos exposiciones, los creadores sí que cobraron su proyecto, según el Consistorio.
Antes de recibir el correo a finales de marzo, como el resto de los 49 artistas que participan en el evento, Martínez había hablado con Montero por teléfono en diciembre de la posibilidad de recibir una retribución de 200 euros que, finalmente, no se materializó porque “había artistas que no podían facturar”.
Efectivamente, confirman desde Cultura, “se planteó la posibilidad de un pago simbólico, pero ante la imposibilidad de facturar de muchos artistas, se optó por enviar en la primera comunicación oficial desde el museo la propuesta de producir, a cargo de nuestro presupuesto, la imagen o el texto que se aportara, siguiendo las instrucciones de los creadores; entregarles, una vez terminado el proyecto, el elemento producido y seis ejemplares del libro conmemorativo”.
“Este tipo de cosas no solamente suceden aquí en Murcia, sino en todo el territorio nacional. El artista no puede verse pagado solo con la idea de la visibilidad y la participación en un proyecto. Hemos sucumbido a eso”, afirma Martínez por teléfono. “Sí, el otro día fui al Mercadona y le dije a la chica, mira, te pago la compra con seis catálogos de una exposición”, abunda el fotógrafo tirando de ironía. Pascual + Vincent llevan más de una década dedicados al arte, han publicado dos libros con una editorial británica y han realizado exposiciones en varios países, “como Rumanía, con un PIB inferior al de España”, y por las que han cobrado siempre.
Específicamente en Murcia, Pascual relata que las convocatorias que organizaba el Ayuntamiento de Murcia a nivel de concurso, residencias y exposiciones en salas han desaparecido; y enumera el concurso de etnografía y el de arquitectura del espacio expositivo Molinos del Río, las residencias artísticas del Cuartel de Artillería, los reactivos culturales de la capital murciana o exposiciones que se organizaban en la sala del Laboratorio de Arte Joven o en el Centro municipal del Carmen de la capital murciana.
67% hombres y 33% mujeres
También apunta el fotógrafo a que en lugares limítrofes a la Región de Murcia “la cultura se entiende de otra forma”. “Hablo de ciudades como Alicante, Benicàssim, Almería o Albacete. Ni siquiera estoy haciendo la comparación con Barcelona o Madrid. Hay que recordar que Murcia es la séptima ciudad más grande de España y no podemos permitir que trate así a sus artistas. Es que ni siquiera nos pagan los derechos de autor por el catálogo cuando van a hacer uso de tu obra”.
Y añade, “nosotros queremos  un tejido cultural en la ciudad y en la Región de Murcia. Que todos tengan las mismas oportunidades y que, al final, no sean siempre los mismos en los mismos sitios porque eso no es hacer cultura”, al tiempo que recuerda que el 72% de los artistas en España viven “en la precariedad”.
Otro de los aspectos denunciados por el tándem fotográfico es el hecho de que el 67% de los de los artistas seleccionados para la exposición, después denominada 'Museo intervenido' para “mostrar de forma fragmentada lo que aparece de forma extendida en el libro conmemorativo” y que se podrá visitar durante cinco meses a partir del 12 de septiembre, van a ser hombres, mientras que el 33% son mujeres.
“Volvemos a las cuotas de siempre. Conocemos a muchísimas fotógrafas de esta ciudad a la que todavía no se le ha dado ninguna oportunidad. Y miras en Bellas Artes y quienes más lo estudian son mujeres y luego resulta que a nivel profesional no se les considera, no se les llama para nada”.
Sobre este punto, desde la Concejalía de Cultura consideran que su apuesta por la igualdad es “decidida”: “Quien conozca la trayectoria del museo y sus actividades sabe que la igualdad en la cultura es un eje fundamental y prioritario; y en el panorama actual, es un logro el índice de mujeres creadoras en el proyecto”. “Hay que recordar que este proyecto incluye la colaboración de casi cincuenta creadores y creadoras, que no solo pertenecen al sector de la fotografía, sino que también hay escritores/as, poetas y profesores/as de humanidades”.
En total, señalan, “47 creadores han confirmado su colaboración, de los que 32 son hombres y 17, mujeres. El 32% son mujeres. De las escritoras, el 37% son mujeres. De las fotógrafas, el 25%; en el listado inicial había cinco mujeres creadoras que, por diferentes motivos, han rechazado la invitación, lo que ha hecho bajar el porcentaje”.
“No me gusta que me llamen valiente”
Una de las cuestiones que más le molesta a Andrea Glez es que la hayan llamado “valiente” por expresar su postura ante la celebración de la puesta de largo del Museo de la Ciudad de Murcia al cumplir cinco lustros.
“La mayor pena que tengo es que la mayoría de comentarios y mensajes que me han enviado por privado -a la publicación de Instagram- es de gente que le ha pasado lo mismo o que se ha dejado el arte porque o bien no tienen dinero para producir o porque le ofrecen trabajos pagados con visibilidad solamente”.
Otro de los fotógrafos que participa en la exposición, David de Flores, de La Cámara Roja, coincide en que “hay que entender que ser artista es igual de válido que ser camionero, enfermera o arquitecta; que se tiene que valorar nuestro trabajo y que la primera que tiene que hacerlo es la administración”.
Y De Flores pone sobre la mesa otro punto de vista: “También muchas veces es el artista el que se tira piedras en su propio tejado porque nos presentamos mensualmente a un montón de convocatorias porque si te eligen expones en tal sitio y aunque no hay remuneración, lo haces porque la institución es potente, te nombran y engordas currículum”. Sin embargo, “la mayoría de las veces no hay dotación económica, es algo estructural y no solo en esta comunidad, en el resto de España también, nos tratan a patadas; hay que irse fuera para que te valoren”.
“Un problema de base”
Ese sistema, considera el fotógrafo, “lo estamos alimentando nosotros mismos por no denunciar las bases de las convocatorias”. Y aunque se muestra “agradecido” porque el comisario le reclutó para la exposición, reconoce que “me sorprendieron las condiciones”. Eso sí, descarta que “se haya hecho así de forma perversa; es un problema de base, no hay presupuesto”.
En algunas ocasiones, aclaran desde la Concejalía de Cultura, “los comisariados son gratuitos, mientras que, en otras muchas, esa tarea se realiza desde el equipo técnico propio del museo”. La producción del Museo de la Ciudad en un 99% es propia. “Las exposiciones colaborativas son algo normal y recurrente en todas las administraciones públicas”, concluyen.
“Que se remunere o no a los artistas depende de muchas cosas, del planteamiento de la exposición, de la petición que se haga y del tema presupuestario”, asegura a elDiario.es Región de Murcia el comisario José Luis Montero, quien considera que -respecto a la denuncia pública de los fotógrafos- “cada uno es dueño de sus actos y puede tener su postura”. “Si te hacen una propuesta de colaboración puedes aceptar o no, pero lo que no hay que usar es la ironía, el cinismo, ni los ataques personales, no entra dentro de mi criterio”, considera.
En opinión del comisario, el Museo está haciendo una labor “muy importante”: “No hay que olvidar que hay una cuestión también de visibilidad para los artistas, que el coste del montaje es cero para ellos y que por su esfuerzo se les van a entregar unos catálogos”.
Según el comisario, “ninguno de los escritores ha expresado quejas por la forma de colaboración”. En cambio, cuenta, “lo que me he encontrado en un tanto por ciento muy elevado son muchas ganas de trabajar en un proyecto que ha gustado mucho” y en el que Montero ha intentado “que hubiera un abanico de gente consagrada y gente que está iniciando su carrera para que se vieran reflejadas visiones y lenguajes diferentes”.
Analfabetismo cultural y desprestigio
“Los museos de Murcia capital y, en general, todos los museos pequeños y locales tienen una misión maravillosa, pero muy poco presupuesto”, valora Cristina Morano, escritora y diseñadora gráfica que forma parte de los artistas que participa en la exposición. “En Murcia los alcaldes Miguel Ángel Cámara y José Ballesta (ambos del PP) han ido recortando presupuestos de los museos en los últimos treinta años poco a poco”, continúa al tiempo que recuerda que tanto el Museo Ciudad como el Gaya -“que son las perlas de la ciudad en cuanto a museos municipales”- nacieron con un presupuesto “importante”, pero ahora está “muy recortado” en ambos casos.
Morano conoce bien su situación porque participó en el montaje de los dos museos como diseñadora gráfica. “Conozco a sus responsables desde la primera época y mantengo una relación de amistad y de admiración con la actual directora del Museo Ciudad, por eso no puedo negarme a lo que me pida”. Sin embargo, reconoce, “los artistas que han protestado tienen toda la razón; y no sé decir qué habría hecho si me hubieran contactado, por ejemplo, para que la protesta hubiera sido colectiva”.
Por otra parte, apunta, “también participo porque soy consciente de los recortes que tienen los museos de Murcia, para apoyarles y no caer en el ridículo; porque los artistas de Murcia nos debatimos entre cobrar para comer y el no querer que nuestra ciudad se hunda en el analfabetismo y el desprestigio”. Morano no es muy optimista: “Los artistas que han protestado deben ser conscientes de que no por mucho protestar van a cambiar las cosas, los gobernantes que tenemos en la Región y en la ciudad no van a ser sensibles a sus quejas, les van a dar igual”.