Pedro María Egea Bruno: “Este premio alienta mi larga batalla por la Memoria Histórica”
En un Hemiciclo de Letras de la Universidad de Murcia con entrada limitada, respetando en todo momento las normas contra la COVID-19, tuvo lugar el pasado miércoles 2 de junio la entrega del Premio Memoria Histórica 2020 al catedrático e historiador cartagenero Pedro María Egea Bruno, con el que la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia (FAMH-RM) quiere reconocer, por tercer año consecutivo (en los dos años anteriores el galardón recayó sobre la escritora Almudena Grandes y Fuensanta Escudero, respectivamente), la trayectoria de quienes luchan por que la Memoria Histórica no quede relegada al olvido.
Actuó de maestra de ceremonias María Jesús García Ruiz, integrante de la Federación, quien detalló la trayectoria reivindicativa de las asociaciones memorialistas regionales, resaltó la importante colaboración y contribución del homenajeado con estas asociaciones y fue dando paso a las distintas personas intervinientes.
José Antonio Molina Gómez, Vicedecano de Estudios de la Facultad de Letras de la UMU, como autoridad académica representativa de esa institución, tomó la palabra inicialmente y dijo sentir “una envidia sana y admiración” hacia Pedro por su trayectoria investigadora y reivindicativa. Afirmó que la Historia sobrevivirá, pero la Memoria, en la medida en que está sujeta a la emotividad del ser humano, es frágil y hay que protegerla.
Por su parte, Alejandro García García, profesor de Historia de América de la UMU, fue el encargado de hacer la presentación del premiado. Empezó afirmando que la vocación inicial de Pedro M. Egea era la Filosofía, en su vertiente de la hermenéutica marxista, para decantarse finalmente por la Historia, completando su tesis doctoral con el fallecido catedrático Juan Bautista Vilar.
Alejandro afirmó que Pedro “ha cartografiado la Cartagena del siglo XX como no lo ha hecho nadie”, con obras que inciden de lleno en la Historia del movimiento obrero y la represión franquista en la ciudad. Su perseverante labor archivística y documental se apoya en un “sedimento empírico”, e hizo notar que sus trabajos van en la línea de las propuestas historicistas de autores como Walter Benjamin y Karl Polanyi, entre otros.
Entrega de galardones e intervención del premiado
A continuación, María Jesús G. Ruiz y Óscar Dols Calatayud, presidente de FAMH-RM, hicieron entrega del Premio al homenajeado, consistente en un diploma, un bolígrafo rotulado y un pin recordatorio del Quinto Regimiento republicano.
En su intervención, Egea Bruno dio las gracias a su familia, a las personas presentes en la mesa y a la Federación, por la distinción que se le concedía. Muy crítico con el olvido a que se relega actualmente al mundo memorialista, citó especialmente a las personas desaparecidas como consecuencia de la represión franquista, recordando, en ese sentido, una cita de Julián Besteiro al tribunal que le juzgaba afirmando que el “oro de España está enterrado en las cunetas”. Hizo alusión, así mismo, a los relatos de la cruel represión franquista contenidos en la novela Campo de los Almendros, de Max Aub.
Tras recordar que su intensa labor investigadora ha conllevado incluso amenazas anónimas de quienes no quieren que se desvele la verdad, afirmó que “este premio alienta mi larga batalla por la Memoria Histórica”. Reconoció, no obstante, que “queda mucho por hacer”, entre otras cosas porque, desde los poderes públicos, hay interés en el mantenimiento de la impunidad. Tras citar a Gabriel Celaya, afirmó con rotundidad que “hay que borrar la basura fascista”, admitiendo que se da una “clara complicidad institucional del Gobierno regional y de los ayuntamientos con el terror fascista, en la medida en que se mantiene la simbología franquista en calles, edificios y fachadas, como en la Catedral de Murcia”.
Apeló al papel “nuclear” que debe jugar la Universidad en ese sentido, reconociendo como es debido lugares de la Memoria como el Claustro de Derecho, antiguo Hospital de Sangre de las Brigadas Internacionales, y homenajeando debidamente a los dos rectores de la UMU durante la Guerra Civil, Laureano Sánchez Gallego y Manuel Pérez Xambó.
Egea Bruno reivindicó la necesidad del establecimiento de convenios entre la UMU y los distintos archivos regionales, al tiempo que pidió que la Memoria Histórica, como tal, debe estar presente en los estudios de Grado y Máster del alumnado.
Tras esa intervención, cerró el acto el presidente de FAMH-RM, Óscar Dols, quien destacó que la labor del premiado “ha sido clave para poner en su lugar la lucha por las libertades”. Puso especial énfasis en que “desde la Federación presionaremos a las instituciones para que cumplan con la Memoria Histórica” y reconozcan a las víctimas de la represión franquista. Y no olvidó criticar “el intento de dar el nombre de Juan de la Cierva, conocido inventor, pero también conspirador contra la República, al aeropuerto de Corvera”.
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