La Fundación Proyecto Hombre Navarra atendió en 2017 a un total de 1.234 personas, en su mayoría (86%) hombres. El perfil medio de los que reciben ayuda de la ONG es un hombre de 39 años con problemas con los estimulantes, como la cocaína y las anfetaminas. Sin embargo, el alcohol sigue siendo la sustancia más consumida y que más demanda tratamiento. En el caso de las mujeres, tres de cada cuatro usuarias lo son por problemas relacionados con la bebida, según recoge el informe anual de la Fundación presentado hoy.
En el caso de los hombres, los estimulantes en su conjunto (cocaína y anfetaminas) representan el mayor número de demandas, con un 44,4%. El director de la Fundación, Alfonso Arana Marquina, la directora del Centro de Atención Ambulatoria de Adicciones ALDATU, Cristina Illescas Orduña, y la directora de la Comunidad Terapéutica Proyecto Hombre, Pepa Palacios Rubio, han dado a conocer el documento en rueda de prensa.
Tal y como queda reflejado en su memoria, la Fundación Proyecto Hombre Navarra recibió el año pasado 302 nuevas demandas, treinta de ellas en el centro penitenciario de Pamplona. Estas últimas se llevaron a cabo mediante entrevistas individuales a personas reclusas “con el fin de promover y facilitar su acceso a los tratamientos como medida alternativa al cumplimiento de su condena en prisión siempre que fuese legalmente posible”, ha afirmado Pepa Palacios. Así, el total de personas atendidas por los tratamientos de Proyecto Hombre Navarra durante el 2017 asciende a las 1.234 personas.
De entre los atendidos, la inmensa mayoría fueron hombres (el 86%) frente a un 14% de mujeres. La edad media fue de 39,15 años en el caso general. Sin embargo, en el segmento de las mujeres, la edad ascendía hasta los 41,68 años.
En relación con la situación laboral, tal y como remarca Palacios, la Fundación ha apreciado “una clara mejoría con respecto a los años precedentes, reduciéndose significativamente el porcentaje de personas desempleadas”. No obstante, la organización continúa observando unos niveles altos de desocupación, por lo que cuenta entre sus programas con un Servicio de Inserción Sociolaboral, que atendió a 100 personas a lo largo del 2017.
Los problemas con el juego y las apuestas, en auge
En cuanto a los ingresos y el balance económico de la Fundación, el director, Alfonso Arana, ha apuntado unos ingresos de más de 1.700.000 euros que, no obstante, han dado lugar a un déficit de 13.123 euros.
Además, Arana ha destacado “la importante aportación económica de las personas atendidas y de sus familiares”, así como “la necesidad de un nuevo sistema de relación con el Gobierno de Navarra a partir de la nueva Ley Foral de Conciertos Sociales y Sanitarios”.
Proyecto Hombre Navarra se propone como principales retos para el nuevo año abordar los problemas asociados al juego y las apuestas, así como adoptar una perspectiva de género en la atención que ofrece la Fundación. Para hacer frente al primero de estos dos problemas, la organización ofrece un Programa de Tratamiento específico del Juego Patológico.
Alfonso Arana ha señalado la preocupación de la Fundación por “la excesiva liberalización del sector del juego y su presencia constante en los medios de comunicación por medio de la publicidad de casas de apuestas y otras formas de juego online”. Por este motivo, el director ha subrayado la necesidad de “poner coto a las estrategias de publicidad y marketing de este tipo de juegos, así como a su accesibilidad, en la línea de las estrategias utilizadas con el tabaco y, en menor medida, con el alcohol”.
Asimismo, Cristina Illescas ha explicado la necesidad de abrazar una perspectiva de género en la atención: “Aunque la gran mayoría de las personas atendidas son hombres, tenemos la impresión de que existe un número importante de mujeres que no acceden al tratamiento o lo hacen con más edad y, por lo tanto, con un mayor deterioro que los hombres”. “El desafío es ofrecer un tratamiento que satisfaga las necesidades particulares de las mujeres, diferentes de las de los varones”, ha añadido el director de la Fundación.
En el caso de las mujeres, tales particularidades responden, como ha recalcado Illescas, a “las sustancias consumidas y los contextos de consumo, las motivaciones de uso, el curso de la adicción o la accesibilidad de los recursos asistenciales”. Por ello, ha dicho, “los tratamientos deben contar necesariamente con una clara orientación diferencial en función del género”. Con este propósito, los programas de Proyecto Hombre Navarra cuentan con actividades específicamente dirigidas a las mujeres.