Dos auditores contratados por la Liga de Fútbol Profesional para realizar una auditoría complementaria a las cuentas de Osasuna en las temporadas 2012/2013 y 2013/2014, ante las sospechas del presidente Javier Tebas de que dinero extraído de las cuentas del club se había utilizado para primar a terceros y amañar partidos, han asegurado este lunes en una nueva sesión del juicio del ‘caso Osasuna’, que durante esos años salieron de las arcas de Osasuna 2,3 millones de euros en efectivo para los que no han encontrado soporte documental.
En concreto los auditores se refieren a un pago de 900.000 euros en la temporada 2012/2013 y otro de 1,4 millones de euros en la temporada 2013/2014. Para el primero de ellos, el único justificante que se les dio fue un recibí por valor de esa misma cantidad de 900.000 firmado por los agentes inmobiliarios también imputados en la causa Albert Nolla y Cristina Valencia. El pago de ese dinero a los agentes inmobiliarios se debía, explicaron en sus declaraciones los acusados, para la valoración de unos terrenos de Osasuna para su futura venta y un estudio para la reforma del estadio de El Sadar -donde juega Osasuna como local-. La fiscal, sin embargo recoge en su escrito de acusación que dichas labores nunca se llegaron a realizar y que se trataría de un recibí falso para justificar las extracciones de dinero en efectivo durante esa campaña que posteriormente serían utilizados, supuestamente, para pagar a los jugadores del Betis para que ganaran al Valladolid y se dejaran perder en Pamplona contra Osasuna. La fiscal también concluye que a los agentes se les pagó 30.000 euros por su firma en el recibí.
Los auditores han señalado este lunes, que pese a la existencia de ese recibí, “no hay evidencia del servicio prestado” por ese valor de 900.000 euros, ni un contrato ni un documento que ponga de manifiesto que se hayan realizado esos trabajos de valoración de las instalaciones o el estudio de reforma del campo de fútbol.
Respecto al contrato y las facturas de la mercatil portuguesa con sede en Madeira Fliefield, que ascienden a 1,4 millones de euros, los auditores tampoco encontraron “ningún tipo de soporte documental”. El contrato está basado en labores de consultoría y seguimiento de jugadores para posibles fichajes, pero nuevamente, como ocurre con el recibí de los agentes inmobiliarios, no existen “evidencias del servicio prestado”. En este caso, además, los auditores tampoco fueron capaces de identificar quién es el firmante por parte de la empresa portuguesa, ni tampoco por parte de Osasuna.
Los dos peritos han señalado que les llamó la atención primero, que pagos de cantidades tan elevadas se hiciesen en efectivo y después, que no exista ningún tipo de soporte documental que justifiquen esos pagos. “Lo mínimo que esperábamos era encontrar algo tangible sobre las labores realizadas por Fliefield y los agentes inmobiliarios que justificaran esos pagos tan elevados”, ha señalado uno de los auditores contratados por Javier Tebas.
Por lo tanto el testimonio de estos dos auditores avala la tesis de la Fiscalía y de Osasuna, que defienden que tanto el recibí firmado por los agentes inmobiliarios como el contrato y las facturas de Fliefield son falsos y fueron utilizados por los miembros de la Junta Directiva imputados para justificar en las cuentas anuales de Osasuna las extracciones de dinero de las cuentas bancarias y la caja fuerte del club y que posteriormente, fueron presuntamente utilizados para pagos ilícitos con el fin de amañar partidos.
¿Quién firmó el contrato de Fliefield?
Los auditores no fueron capaces de determinar quién de Osasuna firmó el contrato de Fliefield por valor de 1,4 millones de euros cuya actividad no tiene soporte documental. El contrato, según recoge la fiscal en su acusación, fue firmado por el exgerente de Osasuna Ángel Vizcay simulando la firma del expresidente Miguel Archanco.
Este lunes un perito policial que realizó el cotejo de firmas en distintos documentos relacionados con Osasuna ha explicado que no puede concluir si el expresidente del club Miguel Archanco firmó o no ese contrato, de fecha 1 de julio de 2013 con una firma correspondiente al representantes de Fliefield y otra firma correspondiente al representantes de Osasuna. El documento que analizó el perito policial es una fotocopia, por lo que, según ha dicho, no pudo realizar un trabajo “exhaustivo” para llegar a la conclusión de qué persona firmó en nombre de Osasuna el contrato, situación que ya advirtió el perito en la fase de instrucción.
El perito policial ha señalado que la firma puede tener coincidencias con la de Archanco, pero ha precisado que “de ninguna forma” puede ser una opinión “concluyente” ya que la firma “podría haber sido realizada por cualquier otra persona”.Sin embargo, el perito sí ha concluido de forma indubitada las firmas recogidas en otros documentos. Es el caso, por ejemplo, de una salida de 400.000 euros de efectivo el 16 de mayo de 2014, firmada por Miguel Archanco y el directivo Juan Pascual, cantidad que sería la entregada al entonces director de la Fundación Osasuna, Diego Maquirriain, para que a su vez la llevara a Sevilla, donde le esperaban el gerente del club, Ángel Vizcay, y el directivo Jesús Peralta para pagar a los jugadores del Betis.
Maquirriain reconoció en el juicio que trasladó ese dinero a Sevilla pero negó que supiera que pudiera ser para el pago de posibles primas a jugadores del Betis y que la información que le dieron fue que el dinero era para necesidades que Osasuna tenía que atender.