La socialista María Chivite, que pese a no haber ganado las elecciones es la candidata que presumiblemente cuenta con más apoyos para formar Gobierno, ha iniciado este jueves una “primera toma de contacto” con los que esta legislatura han sido sus dos socios de Ejecutivo, Geroa Bai (la coalición de Socialverdes y PNV) y Contigo/Zurekin (Podemos, IU, Equo, Alianza Verde y Batzarre), con los que aspira a reeditar un Gobierno progresista. La candidata del PSN y presidenta en funciones ha asegurado haber encontrado una “voluntad positiva” en las otras dos formaciones para volver a formar un Gobierno de coalición, de cuyas negociaciones ha excluido de manera deliberada a EH Bildu.
Pero antes deberán cerrar un acuerdo para la mesa del Parlamento foral, para lo que ya se han emplazado a una nueva reunión la semana que viene. Y ahí se ha constatado el primer enfrentamiento entre socios. Tanto PSN como Geroa Bai reclaman para sí la presidencia de la Cámara, que esta legislatura ha estado en manos del presidente del PNV navarro, Unai Hualde. “Entre socios preferentes, la segunda institución le corresponde a Geroa Bai”, ha enfatizado Uxue Barkos. Pero los socialistas argumentan que ahora tienen “mayor apoyo social” (once parlamentarios) con respecto a sus socios que el que tenían en 2019, al contrario que Geroa Bai, que ha pasado de tener nueve a siete parlamentarios, por lo que exigen tener mayor peso en los órganos de representación institucional, tanto en el Gobierno como en el Parlamento.
Más allá de las tiranteces en cuanto al reparto de cargos, de momento en el Legislativo, tanto PSN como Geroa Bai y Contigo/Zurekin se han mostrado confiadas en cerrar un acuerdo programático de Gobierno para los próximos cuatro años. Todos ellos han coincidido en que la firma se produzca “cuanto antes”, si bien María Chivite ha resaltado que por encima de todo “debe de ser un buen acuerdo”. Todo hace indicar que la campaña de las elecciones generales del 23 de julio coincidirá en fechas con la negociación, que podría verse retrasada hasta pasados los comicios. La investidura de Chivite además, dependería en última instancia de la abstención de EH Bildu, con quien Chivite ha asegurado que no se va a sentar a negociar, ni siquiera ese hipotético apoyo por omisión, lo que podría condicionar los plazos por lo que supone para el PSOE en Madrid cada acercamiento con la coalición abertzale.
Por el momento las partes se han limitado a exponer su posición negociadora y han coincidido en que todavía “queda mucho trabajo por hacer” para llegar a un acuerdo. Los socialistas reclamarán tener mayor representación institucional, algo que no ha sentado bien en Geroa Bai, donde consideran que esta legislatura ya han tenido mucha mayor visibilidad que ellos con ocho del total de trece consejerías, por las cuatro de Geroa Bai y una de Podemos.
Desde Contigo/Zurekin, por su parte, la candidata Begoña Alfaro ha destacado que primero tratarán de influir en las prioridades del Gobierno, en el que quieren volver a entrar. En una entrevista con este periódico, Alfaro reconoció que en la pasada legislatura apenas tuvieron poder de acción en el Ejecutivo, manejando apenas un 1% del total del presupuesto, y que en esta ocasión buscarán un mayor poder de influencia.
La negociación del Ayuntamiento de Pamplona, en paralelo
En la negociación del Gobierno se dejará al margen lo que pueda suceder en el Ayuntamiento de Pamplona donde en las últimas horas, ante el veto que se han interpuesto de manera recíproca EH Bildu y PSN para darse la Alcaldía, se ha comenzado a gestar entre las fuerzas de izquierda una tercera vía. El plan -necesariamente un parche temporal- consistiría en investir alcalde a uno de los dos candidatos con menor representación, Koldo Martínez (Geroa Bai, dos escaños de 27) o Txema Mauleón (Contigo/Zurekin, sin más compañeros).
Eso sí, la candidata de Geroa Bai, Uxue Barkos le ha trasladado a Chivite que le “preocupa la situación” de bloqueo que se está dando en el Consistorio y que podría acabar con UPN de nuevo en la Alcaldía. “Es una irresponsabilidad mirar para otro lado y no sentarse a hablar de posibles acuerdos centrándonos en la mecánica de elección en la política municipal, pero en Pamplona el 55% de los votos el pasado domingo es voto progresista y tirarlo a la basura y generar la búsqueda de una confrontación que pueda llegar a fricción social nos parece una auténtica irresponsabilidad”, ha opinado.