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“Las ciudades van a jugar un rol fundamental en la lucha contra el cambio climático”

El investigador Joan Rieradevall participa en el seminario La economía circular y la transición energética, organizado por el Gobierno de Navarra, el Colegio de Ingenieros y la fundación Naturgy. El objetivo de impulsar una economía más sostenible, con menos consumo de energía y una mejor utilización de los recursos disponibles resulta especialmente importante en las ciudades, que ocupan solo un 3% de la superficie mundial pero suman casi el 80% del consumo de energía y más de un 70% de la emisión de gases de efecto invernadero.

Por eso es necesario incorporar el concepto de economía circular, en el que “el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantienen en la economía durante el mayor tiempo posible”, según define la Comisión Europea. Los expertos abogan por que la economía circular esté presente en toda la cadena de valor, desde el diseño inicial del producto y los procesos de producción del mismo hasta la reducción de la generación de residuos, fomentando el reciclaje y la valorización de los mismos para su reutilización.

Rieradevall sorprende tanto por su conocimiento como por su capacidad para divulgarlo. En una conversación previa a la entrevista, revela que el mayor impacto ecológico en el ciclo de vida de un cuchillo es su limpieza, por ejemplo: “Darle un agua antes de meterlo al lavavajillas es un gesto innecesario que despilfarra millones de litros de agua si contamos el consumo agregado”, apunta.

¿Qué pueden hacer las ciudades contra el cambio climático?

Las ciudades van a jugar un rol fundamental en la lucha contra el cambio climático, sobre todo a través del consumo de recursos. El 80% del consumo de la energía se da en ciudades. También entre el 70% y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque suponen solo un 3% del territorio mundial, suponen un altísimo impacto en el medio ambiente. Los indicadores nos dicen que se están produciendo cambios positivos, pero son muy lentos, demasiado lentos.

El medio ambiente es también salud, especialmente en las ciudades

En las ciudades hay emisiones, muchas. El coche es un artefacto que nos da muchos servicios, pero también problemas. Necesitamos energía para los edificios, agua y alimentos. Es como un gran cubo de Rubik: agua, energía, movilidad, materiales, emisiones, residuos… y los alimentos, que son fundamentales en el ecosistema humano y quizá el punto más crítico dentro de los suministros. La falta de energía o de agua es más manejable, pero si eventos climáticos extremos nos dejaran sin producción de alimentos sería muy crítico. Hasta el 90% de los alimentos llegan a las ciudades desde distancias superiores a 1.000 kilómetros. En una ciudad hay alimentos para 10 días. Esto quiere decir que la ciudad del futuro debe pensar mucho en sus alimentos.

¿Una producción de kilómetro cero, local?

Nosotros hablamos de metro veinte, que es lo que tienes al alcance del brazo. Podríamos poner invernaderos con lechugas en los techados de los centros comerciales. Podríamos cogerlas vivas, sin costes de transporte y una trazabilidad total. Fertilecity es nuestro proyecto de ciudad fértil. Pensamos que no vamos a tener edificios maravillosos, pero sí interconectados a escala barrio. Restaurantes, viviendas, tiendas, industrias de bajo impacto… todo va a estar mezclado. El calor residual de nuestras casas podrá ir al invernadero, para tener contentas a las plantas en las noches de invierno. Más información en ICTA y Sostenipra.

La economía circular es eficiencia

Nuestra nueva visión se llama Nexus: la interconexión de energía, agua y alimentos. Debemos reflexionar sobre las necesidades. Yo prefiero muchos edificios un poco eficientes que uno muy eficiente. Invernaderos en cubierta sería un primer paso interesante, por ejemplo: genera dinero, reduce costes de transporte, llega antes…

¿Qué me dice del coche eléctrico?

Es importante estar dispuestos a cambiar de hábitos. Yo, que me dedico a esto, tardé 25 años en no tener coche. Ahora, porque lo necesito, me he comprado uno eléctrico. En la ciudad es imbatible: no hace ruido, no genera emisiones… bien gestionado y sin ser muy utilizado -mejor la bicicleta, andar o el transporte público- es una buena solución parcial. ¿Pero adónde lo conectas? Si consume energía producida de forma renovable, muy bien. Si no, no tan bien. El cambio de cultura es difícil.