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Claves para el asalto de EH Bildu en Pamplona: voto dual de Geroa Bai y el favor del tránsfuga Adanero

Joseba Asiron, en un acto de campaña de EH Bildu.

Iker Rioja Andueza

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El domingo, en Pamplona, habrá dos urnas. Por un lado, estará la papeleta para las elecciones municipales. Por el otro, se elegirá el Parlamento foral. Pero eso para nada implica que el resultado vaya a ser el mismo. De hecho, los antecedentes muestran que muy probablemente los números sean muy diferentes. Y lo que suceda en el Ayuntamiento de Pamplona podrá condicionar también la futura composición del Gobierno de Navarra. La gobernabilidad en la capital navarra siempre ha sido un rompecabezas.

En Pamplona, según todos los sondeos, la victoria la disputan el exalcalde por EH Bildu Joseba Asiron, un candidato del que ya se destacó en 2015 que había rechazado a ETA y que incluso lleva en la lista algunos críticos de EA, uno de los partidos de la coalición; y Cristina Ibarrola, la cara nueva de UPN que, a la vez, afronta el relevo de su referente local Enrique Maya y la ruptura con el PP. Paradójicamente, una fuerte irrupción de la nueva lista del PP con el tránsfuga Carlos García Adanero podría hacer a la izquierda abertzale primera fuerza en la ciudad aparentemente menos nacionalista de las cuatro en que se presenta, Vitoria, Bilbao, Donostia y Pamplona.

Viajemos en el tiempo a 2019. Las urnas en los colegios electorales también eran dos y la pugna municipal también fue entre EH Bildu y UPN (entonces en Navarra Suma con PP y Ciudadanos). La coalición de derechas logró 43.643 apoyos y Asiron 26.691. El PSN se llevó 17.417 y Geroa Bai 8.406. Sin embargo, ese mismo día, en las elecciones forales, el tirón de la expresidenta Uxue Barkos elevó el dato de la coalición de PNV y Socialverdes en la capital a 19.762 votos mientras EH Bildu bajó a 14.510. Es casi un trasvase automático. Los socialistas, que llegaron a superar la barrera de 23.000 en las generales, aspiran a crecer con una nueva candidata, Elma Saiz, que releva a Maite Esporrín. Y Geroa Bai confía en taponar la sangría con un rostro reconocible, Koldo Martínez.

En Pamplona, el PSN no apoyó a EH Bildu en reciprocidad por sus acuerdos en el Gobierno navarro y permitió 'de facto' que gobernara Navarra Suma. Ahora el escenario es diferente. Asiron ha expresado públicamente que los socialistas deberían corresponder su lealtad en el Parlamento foral con la alcaldía. Pero cualquier acercamiento con EH Bildu supone para los socialistas un frente político en Madrid. Fuentes socialistas indican que todo sería más sencillo si Asiron fuese la lista más votada. El sistema electoral de las municipales prima al ganador y evitaría el trance para el PSN de tener que hacer un pacto expreso con la izquierda abertzale.

Operación Balduz: pactos con HB en 1979

Y, ahora, viajemos en el tiempo a 1979. En la papeleta sociales encabezada ahora por Saiz conviene repasar también los nombres de los últimos puestos. Cierra la plancha Julián Balduz, veterano del partido. Fue el primer alcalde de Pamplona en democracia. ¿Cómo lo logró? Por aquel entonces también el centro-derecha -representada por UCD- y la izquierda abertzale -Herri Batasuna (HB)- eran las fuerzas principales y Balduz quedó tercero, con únicamente cinco de los 27 ediles. Pero, con tal de que no gobernaran los de Adolfo Suárez, HB cedió sus votos al PSN -entonces una filial del PSOE vasco- y, unidos a los del PNV, logró el poder. Y pudo repetir una segunda legislatura.

Balduz lo ha contado esta semana en una charla sobre la Transición que ha tenido lugar en Tudela en la que se llegó a echar a llorar por la corrupción del expresidente Gabriel Urralburu o por el caso de Luis Roldán. “Tuve la carambola de salir alcalde. Fijaos con qué resultado: cinco concejales de 27. Ni borracho hubiera soñado que yo podía ser alcalde. ¿Qué pasó? En el Parlamento sacamos más votos que HB, pero en el Ayuntamiento habíamos sacado menos. HB sacó en Pamplona siete concejales. Empezaron las negociaciones entre el PSOE y HB”, rememoró.

Y siguió: “Empezaron las negociaciones sin saber muy bien qué era HB. Era el brazo político de ETA, que estaba en plena ebullición pero quería meterse en las instituciones. Llegamos a la víspera del 19 de abril. Me fui a casa creyendo que al día siguiente nos votábamos a nosotros mismos y ya está. Pero los de HB, para que no saliese UCD, que había sacado 11, para que no saliese la derecha, me votaron a mí sin decirnos absolutamente nada. Empezó a salir 'Balduz, Balduz, Balduz'. Tuve también los dos del PNV, que hacía seguidismo de HB. Nueve y cinco, catorce. Cambiaba mi vida radicalmente. Llamé al partido. Acepté y no os niego que quizás con demasiada valentía y poca reflexión”. En realidad, EH Bildu también hizo esta misma operación para bloquear a la derecha en Vitoria en 2015, cuando ganó el PP de Javier Maroto y la coalición facilitó que gobernara el PNV de Gorka Urtaran, que tenía exactamente cinco ediles de 27 también.

En 2023, el pleno de constitución del Parlamento de Navarra será el 16 de junio. Es la víspera de la constitución de los Ayuntamientos, también del de Pamplona. Después se negociará la investidura. Las encuestas apuntan a un escenario similar al de 2019, es decir, con posibilidades de que María Chivite repita como presidenta y que sea necesario que EH Bildu lo facilite al menos con su abstención. Sin embargo, una de las pugnas electorales más claras es la posibilidad de que EH Bildu supere en escaños a Geroa Bai.

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