Dos hombres de 35 y 32 años han sido condenados a dos años de prisión por estafar 50.000 euros a un compañero que trabajaba con ellos en la campaña de la uva de Viana. Además de la obligación de reintegrar a la víctima la cantidad estafada a razón de 420 euros al mes cada uno, impuesta por la Audiencia de Navarra, deberán pagar una multa de 1.080 euros. Por otro lado, la sentencia recoge el no ingreso en prisión siempre y cuando no vuelvan a delinquir en un plazo de cinco años.
El tribunal ha declarado probada la relación de confianza que establecieron los dos condenados con la víctima, aprovechándose de esta tras confesarles que guardaba en su propia casa una cantidad elevada de dinero, procedente de sus ahorros personales y una herencia. Así, los encausados planificaron una trampa para engañarle explicándole que como ese dinero no estaba depositado en un banco, era dinero negro que había que blanquear. De esta manera, los procesados se ofrecieron no solo a blanquear el dinero, sino a incrementarlo mediante operaciones financieras. Ignorando el engaño al que estaba siendo sometido, según consta en la sentencia, el denunciante les entregó 20.000 euros en metálico.
Pocos días después, los acusados le mintieron al estafado. Le contaron que la persona encargada del blanqueo había sido detenida por la policía y que, para evitar el riesgo de que ese detenido revelase su actuación, tenía que entregarles otros 20.000 euros. Los procesados continuaron embaucando a la víctima con mentiras similares. Incluso llegaron a reclamarle dinero para el juez que llevaba ese supuesto caso por el cual detuvieron a la persona ficticia que era la encargada de blanquear el dinero desde un primer momento. En esta situación, el hombre agotó todos sus ahorros, teniendo que pedir dinero prestado a varios amigos y conocidos para seguir pagando a los estafadores, según recoge la sentencia. Tal y como revela el escrito, entre 2010 y 2015 el perjudicado efectuó no menos de 31 transferencias dinerarias a los encausados, que ahora tendrán que devolver todo el dinero sustraído a la víctima.