Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Economía de Mercado o Sociedad de Mercado
El año ha empezado con buenos indicadores económicos. La confianza del consumidor va recuperándose, lo que provoca mayores ventas y mejores ingresos fiscales por IVA. El euro se encuentra débil en su relación con el dólar aspecto que propiciará un fomento de las exportaciones fuera de Europa. El precio de la energía ha bajado considerablemente con el consiguiente ahorro en los costes de producción; además los salarios están muy contenidos. Las autoridades europeas han implementado mecanismos de compra de Deuda Pública con el fin de favorecer la financiación de la economía; ayudada ésta por un precio del dinero muy bajo. Cierto es que la ingente Deuda Pública y Privada todavía nos atenaza. Falta ver cómo resolvemos la Deuda Griega que es lo más urgente. Pero, en líneas generales, la economía empieza dar síntomas de vitalidad y es una buena noticia. Otra cosa es el volteo de campanas que algunos están llevando a cabo. Que la economía vaya bien no significa que la sociedad vaya pareja. La economía no es más que una parte de la sociedad; aquella que se encarga de la producción y distribución de los bienes y servicios. La sociedad es mucho más que la relación social en torno a la economía. Y nuestra sociedad va mal. Básicamente porque no afrontamos el hecho de que estamos ante un nuevo Modelo de Sociedad.
Por mucho que mejore la economía nunca llegaremos al pleno empleo, ni a la calidad de otras épocas. Esto es así porque la necesidad de empleo masivo que la Sociedad Industrial y Postindustrial requería es cosa del pasado. El alto porcentaje de personas en paro llegará a ser estructural. También la vida laboral de las personas será discontinua con etapas largas de desempleo. Si antes el empleo normalizado era la llave de entrada a la sociedad; ahora la falta de llaves no se puede convertir en un candado para la integración social. Es preciso construir otras fórmulas complementarias al empleo de mercado. Es necesario construir un marco de empleo social y público, complementado con fórmulas de ingresos de ciudadanía con el fin de evitar la exclusión social. Un empleo a dos velocidades, el normalizado, el propio del mercado; y el social, el necesario para no excluir.
Por otra parte, en nuestra Agenda Ciudadana queda la adaptación al reto tecnológico. Ello conllevará transformaciones profundas en organizaciones públicas y privadas. Las empresas como organizaciones serán más líquidas, más flexibles; el empleo será más informal dando paso a proveedores en vez de trabajadores. Por ello, es preciso combinar esa imparable flexibilidad con la seguridad de la protección social.
Finalmente, nuestro creciente envejecimiento población nos lleva a otros retos, no menos importantes. En el caso de Navarra, dentro de seis años nuestra tasa de dependencia puede llegar al 35%. Es decir, 35 jubiladas por 100 personas en edad de trabajar.
No voy a extenuar al lector con más deberes que están sin acometer. Pero sí quiero expresar una última reflexión. Las sociedades han cambiado a lo largo de la historia. Nunca han sido estáticas. En ese cambio, la voluntad humana colectiva ha tenido mucho que ver. El progreso no es algo mecánico y determinado. Ahora bien, creer en el Progreso es una condición imprescindible para la que la sociedad mejore.
El año ha empezado con buenos indicadores económicos. La confianza del consumidor va recuperándose, lo que provoca mayores ventas y mejores ingresos fiscales por IVA. El euro se encuentra débil en su relación con el dólar aspecto que propiciará un fomento de las exportaciones fuera de Europa. El precio de la energía ha bajado considerablemente con el consiguiente ahorro en los costes de producción; además los salarios están muy contenidos. Las autoridades europeas han implementado mecanismos de compra de Deuda Pública con el fin de favorecer la financiación de la economía; ayudada ésta por un precio del dinero muy bajo. Cierto es que la ingente Deuda Pública y Privada todavía nos atenaza. Falta ver cómo resolvemos la Deuda Griega que es lo más urgente. Pero, en líneas generales, la economía empieza dar síntomas de vitalidad y es una buena noticia. Otra cosa es el volteo de campanas que algunos están llevando a cabo. Que la economía vaya bien no significa que la sociedad vaya pareja. La economía no es más que una parte de la sociedad; aquella que se encarga de la producción y distribución de los bienes y servicios. La sociedad es mucho más que la relación social en torno a la economía. Y nuestra sociedad va mal. Básicamente porque no afrontamos el hecho de que estamos ante un nuevo Modelo de Sociedad.
Por mucho que mejore la economía nunca llegaremos al pleno empleo, ni a la calidad de otras épocas. Esto es así porque la necesidad de empleo masivo que la Sociedad Industrial y Postindustrial requería es cosa del pasado. El alto porcentaje de personas en paro llegará a ser estructural. También la vida laboral de las personas será discontinua con etapas largas de desempleo. Si antes el empleo normalizado era la llave de entrada a la sociedad; ahora la falta de llaves no se puede convertir en un candado para la integración social. Es preciso construir otras fórmulas complementarias al empleo de mercado. Es necesario construir un marco de empleo social y público, complementado con fórmulas de ingresos de ciudadanía con el fin de evitar la exclusión social. Un empleo a dos velocidades, el normalizado, el propio del mercado; y el social, el necesario para no excluir.