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La evolución humana es inhumana

Attac Navarra

Raúl Ciriza Barea —

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Quienes saben de ciencia aseguran que el ser humano se diferencia de las otras especies animales por tener el encéfalo altamente desarrollado. Esta característica le permite aprender de sus errores, intuir el devenir futuro de los acontecimientos y planificar estrategias de mejora. Merced a esta habilidad podríamos deducir que nuestra evolución como especie tiende hacia la perfección, y hoy estamos mejor que ayer pero peor que mañana.

Pasemos esta introducción sobre el filtro empírico. O sea, comprobemos si realmente vamos hacia mejor.

1.

En 1972, el holandés Sicco Mansholt -animal con el encéfalo altamente desarrollado- fue elegido presidente de la Comisión Europea. Hijo de agricultores, Mansholt pensaba que el crecimiento económico únicamente sirve a los intereses dominantes, y su objetivo era frenarlo para estabilizar la brecha mundial entre ricos y pobres. En aquel momento, Mansholt se lamentaba de la dificultad de desarrollar sus propuestas, pues “todo el sistema social insiste en el crecimiento”. Es probable que confiase en que, en pocos años, los seres humanos nos diésemos cuenta de que lo realmente importante no se logra aumentando beneficios, sino distribuyendo adecuadamente los recursos.

Hoy el presidente de la Comisión Europea es Jean Claude Juncker, otro animal con el encéfalo altamente desarrollado y con más años de evolución que Mansholt. Entre otras políticas -legales e ilegales-, Juncker firmó unos acuerdos secretos con 340 multinacionales a las que ofreció impuestos ridículos para que se estableciesen en su país, Luxemburgo. Así, esas empresas que recogen dinero de todos los países del mundo -ricos y pobres- llevan años financiando en exclusiva a un país que ya era rico y ahora, es de suponer, riquísimo.

La opinión pública mayoritaria, por cierto, defiende aún más que entonces en el crecimiento como única política económica posible.

2.

En 1978 se firmó una constitución en España que garantizaba derechos como el de la vivienda o el de un trabajo digno. Además de estas utopías, la constitución incluía un artículo que dice así: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. No es cuestión de lavar la cara a esos papeles tan traicionados, tan arrugados e inutilizados por quienes hoy más dicen representarlos. Pero extraigamos enseñanzas. Porque entonces, en 1978, quienes dominaban el país tuvieron que incluir esos artículos para contentar la presión popular.

Hace unos meses Alberto Garzón, animal con el cerebro altamente desarrollado, compañero de Attac y próximo candidato a la presidencia del gobierno, quiso constatar que teníamos aún más conciencia de nuestros derechos que antaño. Escribió aquel artículo en su twitter, sin entrecomillar. Como si fuera una opinión propia: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Inmediatamente recibió un aluvión de mensajes en los que le tildaron de comunista, bolivariano, sátrapa o dictador. Había otros, más cariñosos, que le avisaban de que así no, Alberto, que así no vas a conseguir el apoyo popular. La avalancha cesó solo con otro tuit de Garzón, tan lacónico como vergonzante: “Es el artículo 128.1 de la Constitución Española”.´

Cierre

Quizás haya otras historias que verifiquen la afirmación del primer párrafo, y permitan por un momento creer en el ser humano. Pero es difícil ver la botella medio llena días después de la muerte de Miren, que el pasado sábado se quitó la vida tras haber recibido la negativa de su banco para negociar la hipoteca. Tenía 43 años y hacía dos había sido despedida de una multinacional.

Quienes militamos en Attac no podemos evitar relacionar este trágico suceso con la deshumanización a que nos llevan gobiernos y empresas. Miren ha muerto porque durante décadas nos han tratado de convencer de que lo importante son otras cosas. Nos han subido en el carro del crecimiento, que con esa velocidad estúpida arrasa con derechos y con personas. Y hoy con más fuerza queremos estar ahí para recuperar el discurso.

Este sábado, a las 18:00 en la Plaza de la Cruz de Pamplona, nos manifestaremos para recordar a Miren. Y para seguir intentando que, de una vez por todas, la evolución humana sea realmente humana.

Quienes saben de ciencia aseguran que el ser humano se diferencia de las otras especies animales por tener el encéfalo altamente desarrollado. Esta característica le permite aprender de sus errores, intuir el devenir futuro de los acontecimientos y planificar estrategias de mejora. Merced a esta habilidad podríamos deducir que nuestra evolución como especie tiende hacia la perfección, y hoy estamos mejor que ayer pero peor que mañana.

Pasemos esta introducción sobre el filtro empírico. O sea, comprobemos si realmente vamos hacia mejor.