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Juegos eróticos

“No pienses en un elefante” es uno de los primeros libros que cualquier persona interesada en la comunicación política lee. El profesor Lakoff, su autor, lleva décadas investigando la importancia del lenguaje en la política y aburrido de ver cómo los conservadores norteamericanos dominaban lo que el denomina “enmarcado” editó este breve libro en 2004. Buscaba contrarrestar la campaña de George W.Bush, sin lograrlo, pero su reflexión sigue siendo, en muchos casos, una voz que clama en el desierto ya que el mundo conservador, con un mensaje simple, sigue ganando en esta batalla del lenguaje.

Juegos eróticos, adoctrinamiento, pornografía, censura de canciones, incitación a la masturbación o promoción de la homosexualidad. Son algunos de los conceptos que opinadores, medios de comunicación y cargos políticos han dedicado desde el comienzo de este curso al programa Skolae, puesto en marcha por el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra. Salpicando textos o minutos de radio y televisión con este tipo de conceptos, sin ningún análisis mínimamente acercado al mundo de la pedagogía es fácil lograr el objetivo; escandalizar a las familias en curso electoral.

Ana Beltrán, la líder del PP foral, recorre programas de radio y platós televisivos afines repitiendo una salmodia; “defender el derecho de los padres a educar a sus hijos libremente, y según sus principios y valores”. Cuando uno escucha al número dos de su partido reivindicar “poner el belén y la Semana Santa” como condiciones de ser buen español, que se hable de “padres” e “hijos” y no de familias es una anécdota. Pero una anécdota que demuestra que sí, es necesario educar sobre igualdad.

El PP, sin embargo, ha descubierto el peligro de Skolae un año tarde. El programa se presentó públicamente en 2017 y se puso en marcha de manera experimental en 16 centros escolares en el curso pasado. A la par que Skolae se ponía en marcha en esos centros, el PP preguntaba de manera frecuente a la presidenta Uxue Barkos y a la consejera de Educación, María Solana, sobre el retraso en impartición de las unidades didácticas sobre el terrorismo de ETA en el sistema educativo navarro. Es difícil de medir el escándalo que hubiera supuesto que alguien en el hemiciclo le hubiese respondido a Beltrán que las familias tienen derecho a educar a sus hijos e hijas libremente.

Matar al prójimo porque no piense como tú es una abominación, pero no lo ha sido para un porcentaje importante de la población navarra durante varias décadas y por eso es bueno que el alumnado aprenda el valor del respeto a la vida humana y lo ocurrido en su entorno hace pocos años. Medio centenar de mujeres han sido asesinadas por hombres durante este año 2018. No por pensar diferente, sino por su género, el femenino. La última, Laura Luelmo, que salió a hacer deporte y no volvió con vida. Sólo en Navarra se registran 11 delitos contra la libertad sexual al mes y muchos de ellos no llegan siquiera a denunciarse.

Que la mitad de una sociedad no pueda salir a hacer deporte por el campo o volver a casa sola después de tomarse unas cervezas sin miedo, o ponerse la ropa que le apetezca; ese es el problema. En España, 24 millones de personas viven en esta situación. Utilizando un lenguaje comedido, se trata de una evidente anomalía democrática ante la que no vale apuntar a la libertad de las familias para inculcar los valores que les apetezca a sus descendientes como excusa para no ponerse realmente manos a la obra. Es evidente que, en este caso, el particular “home schooling” que proponen PP, UPN, Confederación Católica de Padres y demás acompañantes no está funcionando.

En un reportaje titulado “Así adoctrina el Gobierno de Navarra a los niños; menos amor y más sexo” el diario ABC recoge como una de las pruebas de ese supuesto adoctrinamiento una ficha de Skolae; creemos preciso ir logrando desde edad temprana que el alumnado no esté obsesionado por la machacona pregunta: “¿Me quiere o no me quiere?” y que la sustituya por: “¿Se atreverá a quererme como yo me merezco?” La ficha es para estudiantes de entre 14 y 18, una época que parece bastante adecuada para cuestionarse el mito del amor romántico. Ese mito recogido en cuentos como La Bella y la Bestia en el que la moraleja consiste en que la chica debe tener paciencia y aguantar los arrebatos de ira de la Bestia porque en algún momento se convertirá en un príncipe. Amor romántico que aparece en las cientos de canciones en las que el leit motiv es el sentimiento de posesión del hombre sobre la mujer y dar a los celos un halo de justicia.

“El listado de las canciones prohibidas en Navarra: el plan Skolae censura a Amaral, Shakira, Bustamante, Maluma y Daddy Yankee”, apunta un titular del diario valenciano Las Provincias. Cualquiera que lo lea en Valencia pensará que si viene los próximos Sanfermines se encontrará con policías forales en cada bar preparados para cortar la electricidad en el momento en el que arranque Maluma. De nada vale que alguien le explique la diferencia entre prohibir y animar a que el alumnado distinga entre canciones que promueven valores de igualdad y las que no lo hacen.

Para educar a un niño hace falta la tribu entera, dice un proverbio africano. Educar a miles necesita miles de tribus. A falta de tribus, nuestra sociedad dedica recursos económicos a ello y por tanto qué valores se enseñan con esos recursos es tarea de toda la sociedad, no únicamente de cada uno de sus progenitores. Dan muchos más clicks en las webs los titulares escandalosos que las explicaciones pedagógicas. Es más barato endurecer, a golpe de titular de prensa, el Código Penal que transformar desde la raíz una sociedad para hacerla mejor. Dejar de pensar en un elefante, como propone Lakoff, puede ser un buen comienzo.

“No pienses en un elefante” es uno de los primeros libros que cualquier persona interesada en la comunicación política lee. El profesor Lakoff, su autor, lleva décadas investigando la importancia del lenguaje en la política y aburrido de ver cómo los conservadores norteamericanos dominaban lo que el denomina “enmarcado” editó este breve libro en 2004. Buscaba contrarrestar la campaña de George W.Bush, sin lograrlo, pero su reflexión sigue siendo, en muchos casos, una voz que clama en el desierto ya que el mundo conservador, con un mensaje simple, sigue ganando en esta batalla del lenguaje.

Juegos eróticos, adoctrinamiento, pornografía, censura de canciones, incitación a la masturbación o promoción de la homosexualidad. Son algunos de los conceptos que opinadores, medios de comunicación y cargos políticos han dedicado desde el comienzo de este curso al programa Skolae, puesto en marcha por el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra. Salpicando textos o minutos de radio y televisión con este tipo de conceptos, sin ningún análisis mínimamente acercado al mundo de la pedagogía es fácil lograr el objetivo; escandalizar a las familias en curso electoral.