Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Novecento
Cuando me jubilé de mi tarea de coordinador de IU de Navarra, mis compañeros, y sin embargo amigos, me regalaron una copia de un cuadro recreado en la película Novecento. Dicho cuadro refleja un grupo de proletarios en huelga. Cabe recordar que la película relata, a modo de storytelling, el nacimiento del movimiento obrero a principios del siglo pasado. Este viernes es Primero de Mayo. Los sindicatos de clase han convocado diversas manifestaciones en todo el mundo; también en Pamplona. Buen momento para reflexionar en torno a qué permanece, qué ha cambiado y qué cambios necesita el movimiento obrero y sus organizaciones, los sindicatos.
Los sindicatos de clase se encuentran en crisis. No lo digo solo yo, hace un mes, Toxo afirmó contundentemente: “CC OO se reinventa o se la lleva el viento de la historia”. Por extensión, también es válido para UGT. Pero, ante esta apelación a la refundación sindical, a reinventarse, ¿por dónde empezamos?
A mi modo de ver, lo primero, debiera ser mantener los valores propios de la cultura del trabajo. La cultura obrera es la cultura del esfuerzo frente al pelotazo; de la austeridad frente al fetichismo consumista; de la democracia, de la emancipación, frente al autoritarismo; de la fraternidad frente a la insolidaridad. Estos valores los debemos seguir manteniendo desde la ética, la autencidad y la honestidad.
Por otro lado, no podemos obviar que la actual crisis de los sindicatos de clase se debe principalmente a profundos cambios sociales. Básicamente, se debe a la pérdida de centralidad social del trabajo; a su proceso de deconstrucción. Al ser desplazado el trabajo como instrumento de normalidad social se desplaza también a la ciudadanía. Una sociedad regida en torno a las exigencias del mercado y no a las necesidades ciudadanas es una sociedad profundamente desigual. Se está quebrando el Estado de Bienestar. Estamos pasando de la lógica social de incorporación a la lógica de expulsión y exclusión. Por ello, entiendo que el sindicalismo de clase debiera situar su horizonte no sólo en la clase obrera, estricto sentido, sino en la ciudadanía. Los sindicatos de clase convertidos en sindicatos de ciudadanía. Como instrumentos para retomar el cambio social. El mutualismo, el asociacionismo, no en función del lugar que ocupa el sindicado en el proceso de producción sino en función de su derecho de ciudadanía.
Asimismo, el sindicalismo no puede olvidar el horizonte de un modelo social europeo como salida y oportunidad. Precisamente uno de los graves problemas de nuestra democracia es el desacoplamiento de poderes. Ya que mientras el poder económico y financiero se ha globalizado, el político se ha localizado y fragmentado. De ahí la necesidad de un federalismo cívico europeo que el sindicalismo debe promover.
Pero, sobre todo, el nuevo sindicalismo debe impregnarse de innovación social, de nuevas formas de relación, de convivencia social. Salir de la retroalimentación de su propia lógica. Hacer escucha activa y retorno social. La innovación social pasa por avanzar en nuevos modos de vida; fuera de los tradicionales que ha impuesto la sociedad de mercado. Desde la ayuda mutua, solidaridad, cooperativismo… De eso va el sindicalismo y fue lo que dio lugar a su nacimiento. Por ello, creo que el sindicalismo tiene futuro.
Cuando me jubilé de mi tarea de coordinador de IU de Navarra, mis compañeros, y sin embargo amigos, me regalaron una copia de un cuadro recreado en la película Novecento. Dicho cuadro refleja un grupo de proletarios en huelga. Cabe recordar que la película relata, a modo de storytelling, el nacimiento del movimiento obrero a principios del siglo pasado. Este viernes es Primero de Mayo. Los sindicatos de clase han convocado diversas manifestaciones en todo el mundo; también en Pamplona. Buen momento para reflexionar en torno a qué permanece, qué ha cambiado y qué cambios necesita el movimiento obrero y sus organizaciones, los sindicatos.
Los sindicatos de clase se encuentran en crisis. No lo digo solo yo, hace un mes, Toxo afirmó contundentemente: “CC OO se reinventa o se la lleva el viento de la historia”. Por extensión, también es válido para UGT. Pero, ante esta apelación a la refundación sindical, a reinventarse, ¿por dónde empezamos?